La Argentina bajó el índice de calidad de sus instituciones

Informe de la Fundación Libertad y Progreso: Argentina perdió cinco puestos respecto de 2010; ahora está en el lugar 125 de 194 países evaluados

La Argentina perdió cinco lugares en materia de calidad institucional, cayó de la posición 120 a la 125 con relación al año pasado, según el índice que sobre la materia divulgó ayer un grupo de organizaciones no gubernamentales sobre la base de mediciones en diferentes áreas del ámbito político y económico realizadas por organizaciones locales e internacionales.

Según este trabajo, elaborado por Martín Krause, de la Fundación Libertad y Progreso, la Argentina es uno de los siete países que más han caído en su índice de calidad institucional (ICI).

El ICI nacional se ubica en 0,3719 (es decir que sólo hay un 37% de países por debajo de su nivel de calidad institucional), lo cual lo ubica en el lugar 125 sobre un total de 194 naciones analizadas. Comparado con la medición de 2007, la caída es de 32 lugares.

El indicador también es negativo en contraste con países vecinos. Así, Chile ascendió cinco lugares -pasó del puesto 26 al 21-, con un ICI de 0,8328. La cifra correspondiente a la Argentina la ubica por debajo de países como Guyana, Moldavia y Honduras y apenas unos puestos por encima de las islas Salomón, Nicaragua y Malí.

Desarrollo económico

Al respecto, Krause relacionó el desarrollo económico de los países con su calidad institucional, al afirmar y demostrar con estadísticas que “cuando hay buena calidad institucional se obtiene un resultado beneficioso, con mayores inversiones y mejores índices de desarrollo humano”. Además, cuestionó las políticas populistas, al calificarlas como “la antítesis de la calidad institucional”.

La encuesta fue presentada ayer en la sede del British Art Center (BAC), en el barrio de Recoleta, y contó con la presencia del abogado Alejandro Fargosi, miembro del Consejo de la Magistratura; el secretario de Redacción de La Nacion Claudio Jacquelin, y Martín Fraguío, director de la Fundación Maizar; moderó el presidente de Libertad y Progreso, Aldo Abram.

El indicador está elaborado sobre la base de diferentes aspectos institucionales en cada uno de los países analizados, como cumplimiento de la ley, libertad de prensa, percepción de corrupción, competitividad global y posibilidad de hacer negocios, entre otros ítems.

Fargosi centró su exposición sobre la calidad institucional en la situación en el Poder Judicial y lo hizo con un encendido optimismo al afirmar que las cifras establecidas en el trabajo “no tienen mucho que ver” con lo que es el país. Al respecto, aseguró que “los índices son como un cuchillo: hay que saber cómo se los maneja” y adjudicó tan baja percepción de calidad institucional a una “actitud autocrítica y lamentadora” de los argentinos que relacionó con la pasión por el tango.

“Este es un país bendecido. Lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta y ser permeables a lo bueno y no a lo malo”, reclamó Fargosi, para quien las demoras en los procesos judiciales y las trabas en áreas de la política y la economía “se solucionan con tres patadas al tablero”, tras lo cual pidió a la sociedad “entrar en la política” para cambiar esta situación.

Por último, Jacquelin trazó un cuadro de situación sobre la libertad de prensa en el país, en el que destacó la existencia de “acosos, hostigamientos, linchamientos virtuales desde tribunas oficiales y parodias de juicios públicos a periodistas”. A la vez, dijo que es necesario que el país cuente con leyes de acceso a la información pública y de defensa de la libertad de expresión.

*Publicado por La Nación, Buenos Aires.
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