En defensa de Hayek

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Este post es una especie de respuesta a Mario Rapoport sobre una crítica que le hace a Hayek en Página 12. No es un diálogo con él. Es una defensa de la figura de Hayek dado el ataque burdo, agresivo y crudamente ideológico en el que consiste el artículo de Rapoport. Por lo demás, es un progreso: la izquierda no académica, sino la llena de odio, argentina, recoge el paso de la Mont Pelerin Society y se digna, al menos, a intentar denigrarla, ironizarla y demonizarla. Pues bien, he aquí mi respuesta.

Las respuestas aparecen después de cada línea puntiada y después sigue el texto de Rapoport.

“Robin Hood o los populistas de mercado”, en Página 12 del Domingo 24 de Abril de 2011.

Por Mario Rapoport *

Si Moisés bajó del Monte Sinaí trayendo las tablas de la ley, al menos no se creía su autor, se las atribuía a una autoridad divina. En cambio, el economista austríaco Friedrich von Hayek siguió un camino inverso cuando organizó desde 1947 reuniones anuales de economistas y empresarios a los pies del Mont Pelerin, en Suiza.
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Bueno, una buena manera de decir que Hayek se creía “autor” del liberalismo. Si Rapoport hubiera leído Los Fundamentos de la Libertad no habría podido hacer esa analogía……….
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Era un nuevo credo

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Nuevo credo. Impresionante. Ahora el autor que critica al constructivismo, a la omnisciencia de los planificadores, es él el que promueve un “credo”. Impresionante la capacidad dialéctica de los que profesan el credo antiliberal, en nombre del cual sojuzgan las libertades individuales de todos, de proyectar su autoritarismo hacia los demás.
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que no provenía de un dios sino de un hombre, aunque muchos veían en él al dios del mercado y del individualismo.

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Dios del mercado. Again. Claro, los planificadores y dictadores socialistas no se creen dios, son tipos humildes…..
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Uno que proclama el triunfo del derecho de propiedad sobre el de comer y tener una vida digna,
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No, error. No es que a Hayek no le importa que la gente se muera de hambre. Eso de suponer perversas intenciones en los liberales es de larga data. No, lo que Hayek afirma es que el establecimiento de derechos sociales en las Constituciones es lo que ha llevado al hambre de los pueblos. Ese es el caso. Dice sus razones en DLL libro III. Habría que refutarlas si se quiere ser serio.
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o que señala que para mantener una sociedad libre sólo basta con establecer reglas de “justa conducta” impuestas a todos los ciudadanos por igual, aunque predominen las desigualdades.
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No, no es que las desigualdades no interesen. Es que contrariamente al pensamiento marxista, el salario real de todos tienda a aumentar a medida que aumentan las inversiones en el libre mercado, aunque no aumenten por igual.
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Para Von Hayek, el Estado no debe tener ninguna injerencia en la actividad económica
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Error. Hayek ha sido criticado por los libertarios precisamente por afirmar el ppio. de subsidiariedad para los gobiernos municipales.
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y la libertad individual (de propiedad) no depende de la democracia política.
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No si por democracia política se entiende tiranía de las mayorías. Sí, si por democracia política se entiende estado de derecho, algo que Hayek ha defendido más o menos como Santo Tomás defendió la existencia de Dios.
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Por el contrario, es necesario que prevalezca sobre ésta si resulta perjudicada por el voto de la gente (por eso las cálidas relaciones del iluminado economista con dictaduras como la de Pinochet).
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¿Qué, viván en la misma casa? Qué fácil es descontextualizar una entrevista para acusar a todo el mundo de “Pinochetista” y terminar así con el debate académico.
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Un economista liberal decía hace unos años que Hayek y la Sociedad del Mont Pelerin eran al siglo XX lo que Karl Marx y la Primera Internacional fueron al siglo XIX. Y en parte tuvo razón: el fantasma que recorrió el mundo en los últimos tiempos produciendo devastaciones económicas parecidas a las de los tsunami no fue el del comunismo sino el del neoliberalismo, la doctrina que abreva en las ideas de Von Hayek.
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Error, el fantasma que sigue recorriendo al mundo es el del intervencionismo estatal. Las llamadas políticas neoliberales caen en todas las críticas de Mises al intervencionismo en la parte VI de su tratado de economía. ¿Lo leyó, Rapoport?
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Todo esto venía a propósito de Vargas Llosa, y la coincidencia de su doble presencia en Buenos Aires, donde el Obelisco elevó su estatura y se transformó en un nuevo Mont Pelerin, permitiendo además al escritor hablar del liberalismo, el populismo y otras yerbas por el estilo en la Feria del Libro. Tendría atrapado un público mucho más amplio que los miembros de su decadente sociedad y mataría dos pájaros de un tiro. La mayoría de la gente seguiría viéndolo como Premio Nobel y unos pocos amigos como compinche.
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“Permitiendo” ¿??? ¿A quién hay que pedir permiso para hablar? Qué verbo interesante…….
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A eso hubiera querido dedicarme aquí, a hablar sólo de Vargas Llosa y de Von Hayek y a tratar de explicar por qué el paraíso prometido por el neoliberalismo fracasó tanto como el del “socialismo real”. Ya tenía un argumento, Von Hayek era el Marx de nuestra época, sólo que al estilo Hood Robin.
Pero, cuando iba a seguir escribiendo, algunas lecturas y películas recién vistas me embrollaron las ideas. Un antiguo economista de izquierda, ahora reconvertido, nos dice desde un diario de la derecha tradicional que el populismo fracasa porque para distribuir ingresos primero hay que acumular. Populismo sería, para él, distribuir sin acumular. Claro que el problema surge cuando nos preguntamos a qué tipo de distribución nos referimos.
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Bueno, un reconvertido confundido le arruinó el argumento. La economía de mercado no es un medio para redistribuir.
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Y entonces veo una película rusa-francesa que se llama Concierto y me alegra muchísimo saber que en el mundo donde reinaba el totalitarismo ahora todos son libres. Eso sí, muchos se mueren de hambre y ni siquiera pueden ejercer su profesión y deben limpiar letrinas, mientras otros organizan bodas gigantes para cientos de personas.
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Claro, eso, seguro. El libre mercado imperante en todo el mundo. ¡Dios quisiera! Los que hemos estudiado a Mises y Hayek lo que vemos es intervencionismo en todo el mundo. Debemos estar psicóticos. Vamos a terminar como K-Pax.
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Estos son los antiguos tecnócratas que se quedaron con la torta de la boda gracias a gente como Von Hayek: la propiedad es sagrada si uno consigue robarla a tiempo.
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¡Tecnócratas! Ese calificativo aplicado a Hayek, defensor del orden espontáneo, es lo mismo que decir que San Agustín era ateo…….
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Cada vez nos resulta más claro; la cuestión no está en la dicotomía acumulación-distribución, sino en tener una idea más precisa de acumular para qué y distribuir para quién.
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Claro, la cosa es “distribuir bien”. Los buenos que distribuyen bien versus los malos que distribuyen mal. En el olvido quedan las advertencias de Buchanan contra la ineptitud total de un estado al que se expanden sus atribuciones de intervención. Pero claro, seguro Buchanan es otro pérfido capitalista explotador…….
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Una cosa es acumular en beneficio de los que se quedan con los dividendos o los altos sueldos de las grandes empresas. O para que esos frutos del progreso técnico se derramen en las cañerías del lavado de dinero y la criminalidad; deterioren en forma salvaje la nave espacial en la que vivimos, o permitan armar unas cuantas guerras para lucrar con las vidas de otros. Eso no es populismo. Será porque se trata de una palabra que asocia a muchos y los que disfrutan de esta suerte de populismo son pocos.
Pero nuestros sabios economistas se olvidan de que los ilustres fundadores de su ciencia, que es la economía política, eran en su época unos malditos populistas. En su lucha contra el monopolio colonial y las monarquías absolutas, el laissez-faire de Adam Smith representaba el populismo de los sectores medios: industriales, comerciantes, profesionales, etc. Qué mejor que liberar las fuerzas del mercado para abatir a tiranuelos y favoritos que se llevaban la mayor parte de la torta.
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Pregunto, ultramarxista amigo: ¿hay algún pensador que no represente los intereses de un sector? Y si Marx tenía razón en que el pensamiento siempre es funcional a intereses de clase, ¿a qué intereses de clase responde su pensamiento, Rapoport?
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Peor aún sucedió con las peligrosas ideas de su colega David Ricardo, que se dio cuenta de que los aristócratas del campo tenían una renta diferencial sobre la que construían sus lujosos castillos y decidió aclarar la cuestión en sus Principios de Economía; una 125 intelectual para su época. Aun así, se tardó casi treinta años en lograr que se abolieran las leyes de granos que los protegían. Introdujo de ese modo la teoría de la distribución, demostrando que los terratenientes acumulaban a costa de los demás.
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Si, claro, su teoría del valor costo fue antecedente de la del valor trabajo de Marx. Para algo llegó la ley de utilidad marginal decreciente, Menger, Bohm Bawerk, Mises, a quienes seguramente Rapoport no leyó porque le habrán dicho que almorzaban con Videla….
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Entonces llegó Marx denunciando que el populismo de Smith y de Ricardo no era suficiente para distribuir mejor las riquezas y que la acumulación volvía a quedar en manos de unos pocos. Ya no eran monopolios comerciales o grandes propietarios rurales, ahora se llamaban en su conjunto capitalistas y superpoblaban el mundo de pobres.
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Claro, llegó Marx anunciando su plus valía como si Bohm Bawerk no la hubiera refutado en sus tres libros de su monumental Capital e interés, que parece que no hay ningún interés en leer………….
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Pero todavía, para colmo de males, vino luego Keynes, que demostró que los vientres gordos de los ricos no llegaban a comerse todo lo producido. No podían seguir vendiendo y estalló la crisis: era el Estado el que debía intervenir creando la demanda necesaria para volver a acumular. Otro populista más y muy peligroso.
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La crisis estalló por la intervención del gobierno en el mercado de capitales como explicó y predijo Mises en 1912. ¿Lo leyó, Rapoport?
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Todas esas ideas había que mandarlas al tacho de la basura si se quería mantener una distribución justa para los que acumulaban.
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El que me parece que tiró a la basura a Menger, Mises y Bohm Bawerk es usted…..
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Y por ese sendero cabalgó Von Hayek desde Suiza hasta Chicago, regado por el dinero de generosas fundaciones.
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Rapoport no sabes ni entiendes nada. Hayek cobró toda su vida sólo salarios universitarios y estuvo bastante mal económicamente antes de 1974. Pero claro, es un liberal capitalista asqueroso, defensor de la clase explotadora, es obvio que Rapoport piense que estaba nadando en castillos de oro………………..
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Más aún, el mal mayor estaba ahora en Adam Smith. Demasiada libertad de mercado, lo que no servía a las multinacionales, no fuera a ser que esa libertad se metiera dentro de sus empresas. No señor, allí ejércitos de economistas y contadores planifican bien las ganancias; el que no debe planificar es el Estado, un monstruoso andamiaje que sólo sirve para apropiarse de los beneficios ajenos y repartirlos a los que no pueden planificar su futuro.
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¿Hayek, defensor de las multinacionales? ¿No sabes Rapoport que Hayek propugnaba la eliminación de todo tipo de protecciones estatales a la actividad privada? No, no sabes. Esa es la cuestión.
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Los pobres músicos de la película Concierto, ex integrantes echados del Bolshoi por defender la libertad de expresión antes de la caída del “socialismo real” y no reincorporados luego, logran engañar a los burócratas que dirigen el nuevo Bolshoi, creando una orquesta propia para tocar y triunfar en París. Pero al final se advierte que si se llega a hacer una continuación de la película volverán a ser pobres y el director de orquesta regresará a limpiar las letrinas del teatro. La libertad del Mont Pelerin es verdadera para los magnates mafiosos que festejan bodas fastuosas.
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De vuelta. Eso son los liberales en la mente de Rapoport. Magnates mafiosos. Genial. Argumento académico perfecto.
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El “capitalismo real” y el “socialismo real” terminaron siendo dos caras de una misma moneda. Por eso, para que las cosas continúen así, no hay que dejar entrar más por la puerta de la academia a economistas populistas que la envilecen, si es que los enmarcamos en su época no como dogmas, se llamen Smith, Ricardo, Marx o Keynes.
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Si quieres aprender del liberalismo, cosa que nunca harás, claro, también debes leer académicamente a economistas importantes, se llamen Menger, Bohm Bawerk o Mises. Pero jamás lo harás, claro. ¡No vaya a ser que te convenzan!!!

http://gzanotti.blogspot.com/2011/06/en-defensa-de-hayek.html
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