Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
“En 1956, el Estado, acuciado quizá por la necesidad, echó mano a los capitales acumulados por las cajas (previsionales). Es decir, se apropió de ello. Para mí, eso es simplemente un robo porque no era plata del Estado esa; era plata de la gente (…) Claro que lo descapitalizaron, he visto un decreto secreto por el cual se sacaron 65.000 millones, para hacer otras cosas que no tenían nada que ver con las jubilaciones y pensiones que nosotros habíamos creado”.
“Es decir, señores, se las asaltó. Fue un asalto!”
Estas palabras las pronunció Juan Domingo Perón, en 1973, después de su vuelta a la Argentina, tras 18 años en Europa. El 30 de noviembre de ese año dictó una conferencia por Cadena Nacional, respecto al Sistema Previsional. De allí surgen los fragmentos citados. Se trata de una disertación que hoy debieran escuchar todos los argentinos, especialmente todos los que están en el gobierno.
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En ese discurso, el General se pronunció con pasmosa claridad, aunque sin perder su tono populista grandilocuente.
“Nosotros empezamos a estudiar esos problemas cuando todos nuestros viejos estaban abandonados”, afirmó.
Pero inmediatamente empieza a dar una clase magistral: “No quisimos hacer un sistema previsional estatal, porque yo conocía, y he visto ya en muchas partes, que estos servicios no suelen ser ni eficientes ni seguros; dejando al Estado libre de una obligación que siempre malcumple. Es la experiencia que tengo en todas las partes donde estos sistemas los he conocido”.
En esa misma conferencia, mostró también la consecuencia inevitable, lógica, que sigue a la descapitalización: la inflación y el empobrecimiento de los salarios reflejado en el aumento del dólar:
“Entonces naturalmente que después de ese asalto, los pobres jubilados comenzaron a sufrir las consecuencias de una inflación que no pudo homologar ningún salario, ni ninguna jubilación. Y llegaron a cobrar en relación con el la desvalorización del poder adquisitivo de esa moneda.”
“Cuando nosotros dejamos el gobierno en el 55 el dólar estaba en el mercado libre a $14,50 y ahora estos pobres tenían que cobrar a razón de un dólar de 1400 pesos. Entonces era lógico señores, cualquiera hubiera sido el arreglo que se hiciera esto no tenía arreglo.”
“Lo que pasaba es que habían desfalcado las cajas, las habían asaltado.”
“Y las cajas, como todas las organizaciones económicas y financieras, tienen su límite. El límite está indicado por su capital. Una vez que se le ha quitado el capital es inútil que se pretenda buscarle soluciones de otra manera.”
La confiscación de los capitales acumulados por los futuros jubilados en 2008 “fue simplemente un robo”. Y el uso del dinero de la ANSES desde 2008 también.
El nuevo programa anunciado ayer de utilizar los fondos de la ANSES para otorgar 100.000 créditos subsidiados para construir casas, significa reiterar el desfalco, el robo, el asalto, según las mismas palabras de Perón. Significa descapitalizar la ANSES, y por supuesto, tendrá la consecuencia lógica de aumentar la inflación, desvalorizar el peso, lo que se reflejará en nuevos aumentos en la cotización del dólar y en el empobrecimiento de los asalariados y los jubilados.
Esto, como dijo el viejo general, ocurrirá natural y lógicamente.