Lecciones de historia presidenciales

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA). Profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (2013-14). Licenciado en Economía UBA (1985) Master of Business Administration (MBA) de la la Universidad de Chicago (1990). Autor de numerosos libros y artículos académicos sobre historia, economía y finanzas.

Nuestra presidente ahora no sólo les quiere dar clases de historia a los argentinos sino también al resto del mundo. Su vocación docente es realmente notable.

Me pregunto quien le dio “letra” para este discurso. ¿Habrán sido los historiadores del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego?

Entre las muchas “perlitas” del larguísimo discurso de la presidente Fernández de Kirchner (que seguramente puso a dormir a varios en el Comité de Descolonización de la ONU) extraigo una:

Yo quiero referirme también a la historia, a una historia que se quiere negar. No estoy acá porque hace treinta años, estoy acá porque dentro de unos meses va a ser 180 años que fuimos usurpados. El capitán Pinedo debió abandonar las Islas porque una corbeta inglesa, muy superior en poderío militar, como lo era en ese momento el imperio inglés, el gran imperio naval, del siglo XIX, del cual no era la primera vez que venían a la Argentina. Ya habían venido antes, los hicieron en 1806, cuando todavía éramos colonia española, con el General Belford a la cabeza. Mire usted lo que son las cosas, si hubieran triunfado en ese momento a lo mejor no estaríamos discutiendo aquí y seríamos como Canadá, un protectorado. Pero bueno fueron vencidos por el pueblo de Buenos Aires, por sus mulatos, por sus negros, por sus criollos; las familias más acomodadas hacían tertulias con el invasor. Pero realmente el pueblo sublevado los echó en 1806, pero insistieron en 1807, con el General Wailot y fueron nuevamente derrotados.

La teoría conspirativa de la historia ya es una constante en los discursos presidenciales ¿Por qué esta mania de insistir que hay una historia “que se quiere negar”? ¿A que historia se refiere y quién la quiere negar?

¿Quién es el general Belford? ¿Se habrá querido referir al general William Carr Beresford? Es de quinto grado esa. ¿Y el general Wailot quien es? ¿Whitelocke? Debemos suponer que quienes transcriben los artículos de la presidente han cometido un error. Aunque los historiadores del INRHAIMD son bastante desprolijos con los datos.

Lo que no es un error de transcripción es lo que sigue. ¿Asi que fueron los negros y mulatos (¿habrán sido de Angola?) los que vencieron a los ingleses? ¿Qué pasó con Liniers en la “nueva” historia oficial? ¿De donde sacó la presidente que las familias “acomodadas” hacían tertulias con el invasor? ¿Se estará refiriendo a Martín de Álzaga y Juan Martín Pueyrredón, otros dos héroes de la reconquista? Una versión más burda de nuestra historia es difícil de imaginar. Y es difícil imaginar que a alguien en el Comité de Descolonización de la ONU le interesen estas anécdotas fantasiosas.

Más allá de estos disparates que buscan tergiversar un importante capítulo de nuestra historia, ¿cómo nadie le explica a la Presidente que no puede decir que Canadá es un protectorado inglés lo cual es falso y un insulto al pueblo canadiense?

¿Y cómo nadie le explica que someter al Comité de Descolonización de la ONU a este tipo de peroratas y seudo lecciones de historia argentina no contribuye en nada a que recuperemos las Islas Malvinas?

*Publicado en Entre la Fábula y la Historia
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