Sobre historia y leyendas

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.

Profesor de Finanzas e Historia Económica, Director del Centro de Estudios de Historia Económica y miembro del Comité Académico del Máster de Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA). Profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York (2013-14). Licenciado en Economía UBA (1985) Master of Business Administration (MBA) de la la Universidad de Chicago (1990). Autor de numerosos libros y artículos académicos sobre historia, economía y finanzas.

Revisando mis archivos me encontré una carta que envié al diario La Nación comentando un artículo sobre el 25 de mayo escrito por Pacho O’Donnell, flamante director del Instituto Nacional de Revisionismo Historico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego. Este personaje es quien ahora escribe la “nueva” historia oficial. Como se puede apreciar la verdad histórica no es la prioridad.

La Nación, 28 de mayo de 2008

Señor Director:

“La nota titulada «25 de Mayo, la historia y la leyenda» (Pacho O’Donnell, 23/5), presenta una visión bastante sesgada de la Revolución de Mayo. Más allá de ciertas aseveraciones simplistas presentadas por el autor sin ningún tipo de evidencia (por ejemplo, para citar sólo algunas, que Moreno fue el representante de los intereses británicos en el Río de la Plata; que la Asamblea del Año XIII recibió instrucciones de Londres para no declarar la independencia o que Rivadavia desautorizó a Belgrano por la creación de la bandera debido a presiones de Inglaterra) varios errores elementales le restan valor al artículo, ya que denotan desprolijidad en el manejo de datos históricos, especialmente del contexto internacional.

Juan VI, agreguemos para mayor precisión, no era emperador de Portugal, sino rey. Nunca existió un imperio de Portugal. Sí existió el imperio de Brasil, creado por su hijo, Pedro I. Auschwitz no fue una victoria de Napoleón, sino un campo de concentración nazi. Probablemente el autor estaba pensando en Austerlitz (2 de diciembre de 1805), una de las victorias más famosas del Gran Corso. De todas maneras, el bloqueo continental de Napoleón que forzó a Inglaterra a buscar nuevos mercados tuvo lugar recién después de la batalla de Jena, a fines de 1806.

“Hace ya más de cien años, Alberdi nos advirtió: «Acostumbrado a la fábula, nuestro pueblo no quiere cambiarla por la historia… No se sabe a dónde se va cuando no se sabe de dónde se viene».

“Somos probablemente el único país que celebra hombres y eventos de nuestra independencia con cuatro feriados nacionales y todavía seguimos sin entender sus verdaderas causas; [no] sorprende entonces que tantas veces nos equivoquemos al interpretar el presente.”

Emilio Ocampo

*Publicado en Entre la Fábula y la Historia
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