Subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE.
En su primer discurso luego del obtener un 25% de los votos en las elecciones legislativas primarias, la presidente Cristina Fernández nos obsequió una reflexión digna de destacar:
“… quiero que me expliquen cómo hago para sacar plata de un lado y no sacársela al otro o que la tenga que poner el otro, porque en economía, cuando vos le das a uno es porque le dejaste de dar a otro, no hay ninguna otra posibilidad”
En términos generales, la presidenta está en lo cierto ¿Cómo hace un estado para obtener recursos si no es compulsivamente a través de los impuestos que le cobra al ciudadano? Sin embargo, Cristina se equivoca cuando dice que así funciona la economía.
La economía, de hecho, no tiene nada que ver con dar a uno y dejarle de dar a otro, sino que es la ciencia que estudia cómo los hombres, interactuando libremente, logran superar la escasez. La economía estudia los intercambios entre los hombres, y la naturaleza del intercambio es exactamente opuesta a lo que la presidenta describe.
Si existe un intercambio libre entre dos personas es porque ambas salen beneficiadas. De lo contrario, ese intercambio no se produciría. Cuando una persona compra un café por 20$, está valorando esos 20$ menos que el café que recibirá. Al mismo tiempo, el vendedor valora menos el café que produce que los 20$ que va a recibir. En el intercambio, todos ganan, no hay ninguna otra posibilidad.
¿Pero qué pasa en la política? Aquí las cosas son bien distintas. Si, por ejemplo, este mismo vendedor de café está teniendo dificultades para vender su producto y acude al gobierno para que éste lo ayude, la respuesta del gobierno puede ser la entrega de un subsidio. El empresario, entonces, no pierde dinero y sigue facturando igual que antes, salvo que sin entregar nada a cambio de esa facturación. Para peor, el dinero que se utilizó para subsidiarlo viene del bolsillo de un contribuyente que no quiso comprar voluntariamente su café y que ahora, gracias a la acción estatal, se ve obligado a hacerlo.
Cuando este tipo de intercambios tiene lugar, no ganan todos. Gana el empresario, pero a costa del contribuyente.
Como se ve, solo en esta circunstancia lo que afirma la presidenta es cierto. Sin embargo, esa circunstancia tiene muy poco que ver con la economía y mucho que ver con la política.
Finalmente, para ser fiel a la realidad, Cristina debería haber dicho: “… porque en política, cuando vos le das a uno es porque le sacaste a otro, no hay ninguna otra posibilidad”.
* PUBLICADO EN EL PUNTO DE EQUILIBRIO, 20 DE AGOSTO DE 2013