Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.Doctor en Administración por la Universidad Católica de La Plata y Profesor Titular de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Sus investigaciones han sido recogidas internacionalmente y ha publicado libros y artículos científicos y de divulgación. Se ha desempeñado como Rector de ESEADE y como consultor para la University of Manchester, Konrad Adenauer Stiftung, OEA, BID y G7Group, Inc. Ha recibido premios y becas, entre las que se destacan la Eisenhower Exchange Fellowship y el Freedom Project de la John Templeton Foundation.
El Instituto Libertad y Desarrollo, de Chile, publica “Economía Internacional al Instante” que en su Nº 847 presenta un informe sobre Irlanda, el cual resulta de interés para países latinoamericanos que han de realizar reformas para poner sus economías en orden: http://www.lyd.org/lyd/EII/EII847Irlanda04032016.pdf
Al respecto, dice el Informe:
Irlanda no se vio tan afectada como otros países durante la crisis de 2008. Sorprendentemente sólo se mantuvo en recesión durante dos años, para luego dar cabida a una rápida y sostenida recuperación que se mantiene hasta hoy en día. En 2014 el tigre celta sorprendió con un crecimiento de 5,2%, el cual se explica principalmente por un crecimiento de 11% en la inversión ese mismo año. Sin embargo, la desaceleración mundial y la no tan auspiciosa recuperación de la Zona Euro explican la disminución en el crecimiento con respecto a 2014, obteniendo un 3,4% el año 2015. Bajo los factores anteriormente mencionados, se mantiene una proyección en torno al 3,2% para el año 2016, la cual sigue siendo una tasa de crecimiento elevada para la Zona Euro.
En cuanto a consumo privado, no hubo crecimiento por seis años seguidos, en 2014 comienza una leve recuperación, para luego fortalecerse 2015, con una expectativa de 2% y proyecciones en torno al 2% para 2016. La demanda interna junto a la inversión ha contribuido para mejorar el crecimiento del PIB desde 2013. Para la demanda interna se espera una leve desaceleración de las cifras en 2015 y 2016, con un crecimiento en torno al 3% y 2,5%, respectivamente.
La inversión total sufrió una importantísima caída desde la crisis. En 2006 alcanzaba niveles por sobre el 30% del PIB. Cinco años después, en 2011, esta cifra no superaba el 17,7%, habiendo sufrido una de las mayores caídas de inversión privada desde la Gran Depresión. El año 2014 la inversión alcanzó el 20,3% del PIB, y se espera que para los años 2015 y 2016 se encumbre hacia 20,8% y 21,6%, según cifras del FMI, lo cual apoya las expectativas positivas de crecimiento.
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Irlanda ha logrado enfrentar las consecuencias de la crisis con perseverancia y buenas políticas públicas. El costo para el gobierno del Primer Ministro, Enda Kenny, fue altísimo, puesto que debió impulsar un importante recorte de sueldos en el sector público y aumentar la deuda pública del país seis veces para rescatar al sistema financiero. En la actualidad la ciudadanía y los inversionistas han recuperado la confianza en la conducción política y económica del país.
Quizás el aspecto más paradigmático en esta materia sea el nuevo impulso que se ha llevado adelante en materia de inversión tecnológica. Lo que partió como un incentivo tributario al ahorro, se ha trasformado ahora en un motor del crecimiento. Empresas como Google, Apple o Microsoft tienen sus oficinas centrales para Europa ubicadas en Irlanda, lo que se ha traducido en un aumento del 65% del volumen de negocios de las empresas irlandesas durante 2014, y lo más destacable de todo, un 70% de las pymes también lo ha hecho. La inversión tecnológica en Irlanda desde EE.UU. es cinco veces mayor al promedio de otros países europeos.
El aumento de la presencia de la industria tecnológica tiene dos motivos. Por una parte, la claridad de las reglas del juego y una institucionalidad confiable, sumado a una tasa efectiva de impuestos del 11,8%. En segundo lugar, la alta calidad del capital humano disponible, con amplias brechas de capacidad debido al desempleo que generó la crisis. De esta forma, Irlanda es hoy el segundo mayor exportador de software del mundo, y aloja nueve de las diez farmacéuticas más grandes. El país está catalogado dentro de los mejores lugares para hacer negocios del mundo.”