Subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE.
“Todo el gradualismo posible y todo el shock necesario”
Me parece que la discusión gradualismo vs. Shock no es del todo pertinente. Claramente, si un herido está grave, no queda otra que el shock. Pero en nuestro caso, si bien tenemos muchas “heridas graves”, lo cierto es que hay un problema estructural y es que hay que cambiar el rumbo. Argentina tiene que entender que el camino del progreso es la libertad económica y la apertura al mundo. Para esto se necesita disciplina fiscal, reducción del gasto público, cero inflación, y desregulación de la economía. Los países más libres del mundo son los que más crecen y los que menos pobreza tienen. El punto es si queremos ir hacia ese lugar o no, por lo que el gradualismo o el shock en ese punto quedan en segundo plano. Primero, ponerse de acuerdo respecto del norte. Después vemos el a qué ritmo.
“El tema es si la justicia va a definir cuál es la línea de corte”
Las instituciones que funcionen son otro pilar de las economías desarrolladas. En cualquier lugar del mundo es deseable que si a uno le violentan la propiedad, exista un castigo de manera de reducir esas transgresiones en el futuro. Ahora también debe combatirse la corrupción, porque sino la única forma de hacerse rico en el país parece ser la de estar conectado con algún ministro. Sin embargo, la verdadera causa de la corrupción es el exagerado estatismo, por lo que un país con menos corrupción exige necesariamente reformas estructurales en este sentido, además de una justicia creíble que vaya a fondo con todas las causas.
“La pobreza no se define por un número sino por la infraestructura, los caminos, la vivienda, la seguridad, la educación”.
La pobreza en el mundo suele medirse como el porcentaje de la población que gana por debajo de un umbral determinado. En este sentido, los mejores caminos, viviendas e infraestructura contribuyen a un mayor crecimiento económico y, por tanto, a reducir la pobreza medida de la forma tradicional que mencionábamos. A lo largo de las últimas décadas, la pobreza en el mundo ha venido cayendo de manera sistemática gracias al avance del capitalismo, la globalización y la innovación. En Argentina la batalla no ha sido del todo exitosa, precisamente porque nos cerramos a todo eso y elegimos el populismo. Esperemos que el nuevo gobierno no se deje tentar por los atajos y tome las medidas necesarias, que terminen contribuyendo con un verdadero progreso y reducción genuina de la cantidad de personas en estado de pobreza.
Fuente: @NetNewsArg