Por: Pablo Jiménez y Guillermo Gammacurta
ÁMBITO FINANCIERO – En una estrategia que apunta a atar el pago a los jubilados con el blanqueo de capitales, el Gobierno apuesta a que se exterioricen entre u$s 20.000 millones y u$s 60.000 millones. Con la penalidad promedio del 7%, el fisco recaudaría entre u$s 1.400 millones y u$s 4.200 millones. Una vez blanqueado, si en una segunda fase los dólares ingresan al país, habrá más apreciación cambiaria. En ese marco, la industria sufrirá a causa de la pérdida de competitividad. Aparecen buenas perspectivas para los sectores de construcción, intermediación financiera, bancos, mercados de capitales, actividades de infraestructura, proyectos energéticos y turismo.
Con el deadline del 31 de diciembre, último día antes de la entrada en vigor del acuerdo a nivel global de intercambio automático de información de cuentas financieras, el Gobierno confía en que blanqueo debatido por estas horas en el Congreso conlleve un incentivo importante para que los argentinos decidan exponer sus tenencias de activos en el exterior.
Con la decisión tomada de pagar la deuda y recomponer los haberes de los jubilados, la estrategia oficial apunta, o al menos así se argumenta, a conseguir parte del financiamiento mediante el blanqueo, para evitar un mayor costo fiscal. Con optimismo los responsables de diseñar el proyecto apuestan a conseguir que se blanqueen u$s 60 mil millones, y en un cálculo conservador apuntan en sus libretas unos u$s 20.000 millones. Ahora bien, con una penalidad promedio del 7% el fisco conseguiría vía el impuesto por declarar entre u$s 1.400 millones y u$s 4.200 millones, la otra duda pasa por estimar cuánto de ese dinero blanqueado finalmente ingresará al país, y cuánto lo hará al sector financiero y cuánto a inversiones de infraestructura o productivas.
“Es difícil arriesgar número, pero por el interés que percibo entre clientes e inversores va a ser muy importante; el blanqueo va a ser masivo”, estimó Rodrigo Álvarez, director de Analytica, en diálogo con Ámbito Biz. En cambio el exdirector del Banco Central, Arnaldo Bocco, analizó que “el Gobierno necesita más dólares, están sobreestimando la entrada de dólares, creo que no va a haber u$s 20 mil millones en ningún escenario de blanqueo de capitales”. En la misma línea, Andrés Asian, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) sostuvo que “no veo por qué debería ingresar dinero en términos que este blanqueo a diferencia de los anteriores no es ni más bondadoso ni menos, la única diferencia es que permiten no traer el dinero, sólo declararlo; estarían pagando un impuesto por las dudas”.
“Si esperamos que ingresen efectivamente u$s 60 mil millones de blanqueo a la Argentina, eso no existe. Ahora, si con el blanqueo la gente va a poder dejar la plata afuera y con el tiempo les vamos a demostrar que no los vamos a volver a robar, creo que puede llegar a pasar que se logre ese monto, pero hay que ver cómo se va a discutir y cuáles son los planteos de la oposición que pueden generar incertidumbre hacia el futuro”, analizó Aldo Abram, director de Libertad y Progreso. El economista José Luis Espert, quien estimó en unos u$s 110 mil millones el dinero negro que los argentinos tienen en el exterior, afirmó: “Que el Gobierno piense que puede llegar a u$s 60 mil millones, implica que se está blanqueando la mitad del dinero en negro que hay, es un número optimista. Vamos a suponer que el Gobierno logra blanquear el 50% del dinero negro, luego para pensar el efecto positivo sobre el crecimiento económico argentino que ese dinero negro puede tener, hay que empezar a pensar cuánto de ese dinero negro va a venir a la Argentina, y hay que ser adivino para saberlo…”. En tanto que Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres, enfatizó: “Si blanqueás mas de u$s 20.000 millones, festejá”.
La posibilidad de éxito dependerá en buena parte de la confianza de aquellos que oportunamente decidieron ocultar activos y ahora deben correr el velo. “Los blanqueos en realidad siempre son injustos porque obviamente la gente que pagó sus impuestos como corresponde, en realidad termina discriminada. Pero a veces se dan situaciones que lo justifican siempre y cuando haya un cambio en el contexto que hizo que esos capitales se fueran. Si realmente en la Argentina el compromiso del oficialismo y la oposición es volver a reconstruir la calidad institucional y la seguridad jurídica puede justificarse porque esa falta de respeto al derecho de la propiedad hizo que todo el mundo quisiera fugar el fruto de sus esfuerzos al exterior o sacarlo de la circulación interna”, sostuvo Abram. En ese sentido, Álvarez consideró que el éxito del blanqueo se sostendrá en que “hay una convicción que este Gobierno tiene otro enfoque respecto al mercado de capitales. El temor es bajo de que luego haya represalias porque se blanquee”.
En cuanto a las posibilidades de que las empresas blanqueen, Spotorno argumentó: “Puede ser que la empresas blanqueen. No las grandes empresas pero sí las pymes que tienen negocios en el exterior. Por ejemplo las pymes que producen productos industriales acá y tienen representación comercial en el exterior y por alguna razón no habían vendido, tenían que girar dinero para los sueldos. Hacían operaciones para enviar dinero en negro y muchas veces se generaban saldos que hoy podrían blanquear”.
Un dato no menor es que hasta el momento, según un informe del Centro de Economía Política Argentina en el primer trimestre “se registra una compra de moneda extranjera por personas físicas y jurídicas de u$s 4.237 millones (habilitada por la compra hasta la suma de u$s 2 millones mensuales). Hay que agregar la salida de divisas de u$s 2.024 millones en diciembre, lo que totaliza unos u$s 6.200 millones de fuga en los primeros 4 meses de gobierno de Cambiemos. Es un promedio mensual de u$s 1.500 millones de fuga, tres veces más que en 2015. En efecto, entre enero y noviembre de 2015 el promedio de salida de divisas mensual había sido de u$s 590 millones”.
PACTO
Impulsado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el pacto de transparencia firmado en octubre de 2014, implica que desde el 1 de enero de 2017, 51 países pondrán en marcha el intercambio automático de información financiera, a los que se sumarán en una segunda etapa otros 50 países desde el 1 de enero de 2018. Los datos a intercambiar entre los organismos competentes de cada nación abarca a depósitos bancarios, valores negociables, participaciones en fondos de inversión, seguros o rentas, además de incluir la identificación de la persona o entidad titular y quien efectivamente controla la cuenta.
“El motivo del blanqueo en estos momentos es bastante claro, al ser la última oportunidad que tiene que brindarse a aquellos que tienen fondos en el exterior, existiendo este régimen de transparencia fiscal internacional donde gran cantidad de países ya han firmado que a partir del 1 de enero de 2017 van a brindar información de las cuentas bancarias aún cuando no se trate de una inspección puntual a un contribuyente determinado. En consecuencia, este nuevo panorama mundial hace que haya que darle una alternativa a los incumplidores”, explicó el experto tributarista Santiago Sáenz Valiente, titular del estudio Sáenz Valiente y Asociados.
Al respecto, Espert consideró que “el blanqueo es un dispositivo para que los privados que tengan dinero en negro se normalicen para que el intercambio de información no les caiga como una hachazo en el cabeza. Si no blanquea y lo agarran a partir del 1 de enero de 2018, el Estado se queda con un tercio de lo que tenía entre las punitorios y los retroactivos de Ganancias y Bienes Personales”.
Hay otro aspecto que quedó como efecto del cepo cambiario que instauró el kirchnerismo en 2011, y que Mauricio Macri desactivó el 16 de diciembre de 2015. Es que muchas personas y empresas, apelaron al mercado paralelo para transformar los pesos en dólares que luego no podían declarar. “El nivel de atesoramiento en moneda extranjera, al margen del mercado de cambio que se había venido dando en los últimos años, especialmente por el cierre del atesoramiento por parte del Banco Central en el período más duro del Gobierno anterior, llevó a que buena parte de los que tienen hoy dólares, lo hicieran en el mercado paralelo, y de alguna manera había que darle una salida. Hay una parte de los tenedores de pesos que en sus balances deben figurar con pesos pero los usaron hace años para comprar dólares, entonces se hace inconsistente esa existencia de dólares colocados dentro o fuera de la Argentina, o colocados en la compra de departamentos que se declararon en pesos a un valor y necesitan exteriorizarlos”, analizó Bocco. En la misma línea, Sáenz Valiente sostuvo que “la verdad es que hay mucha gente que tiene moneda extranjera no declarada y que no es negra. Tuvimos años en que estuvo prohibido comprar dólares oficiales, con una autorización para comprar un monto mínimo, y hubo gente que tuvo operaciones transparentes, como venta de bienes, y la verdad que compró moneda extranjera para cubrirse de la inflación y ese es el dinero que tiene hoy en una caja de seguridad, con lo cual no estoy tan de acuerdo que sea una tenencia negra. No la pudo explicitar y tampoco dispuso de ella porque no encontró un momento oportuno para hacer una inversión, pero sobre todo no la pudo mostrar porque la compró en el mercado paralelo”.
Al respecto, Spotorno sostuvo que “el gobierno aprovecha una situación global donde se van a apretar las tuercas. En Argentina la gente tiene el dinero mayormente en el exterior no por evasores naturales, sino porque en pesos nunca fue bueno ahorrar. Mucha gente tiene dinero afuera no por evadir sino por proteger su capital. Y eso es lo bueno de este blanqueo, que apunta a que paguen impuestos pero no estén obligados a traerlo. El gobierno más que traer el dinero, quiere recaudar”.
DÓLAR
Si bien en las últimas semanas se viene dando una apreciación del peso por la entrada de los agrodólares, un eventual ingreso de dólares provenientes del blanqueo y posterior repatriación, pondría más presión sobre el tipo de cambio. Para Álvarez, el blanqueo “macroeconómicamente va a acrecentar un proceso de apreciación cambiaría. Esto llegó para quedarse y se va a profundizar la apreciación cambiaria. Hace unos años los ahorristas entendían que tener los dólares en el colchón era negocio, por el cepo el mercado ilegal era un resguardo. Hoy hay un círculo virtuoso que hace que la gente quiera aprovechar las oportunidades que se ofrecen hoy y se desprendan de los dólares”.
En cambio Abram consideró que la situación dependerá de “cómo maneje el Central la política cambiaria y monetaria. Lamentablemente el Central en estos momentos está tomando decisiones que hacen que haya una apreciación innecesaria del tipo de cambio y obviamente aumentaría esa apreciación”. Por su parte, Asian sostuvo que “la presión sobre el tipo de cambio es autogenerada por el Gobierno por una lógica que considero equivocada de no querer comprar reservas para evitar emitir moneda, me parece un absurdo”.
IMPACTO
Para el Gobierno, el blanqueo se traducirá en dólares que ingresarán en forma de inversiones, con un efecto reactivador. Al respecto, Álvarez explicó que “va a haber dinámicas contrapuestas en el blanqueo. No va a mejorar el tipo de cambio y va a empeorar la competitividad. Muchos de esos dólares van a ir al mercado de la construcción y otra parte importante va a ir al mercado de capitales. Ahí entramos en la lógica de ganadores y perdedores. La industria es un perdedor de esta dinámica y los ganadores la construcción, intermediarios financiera, bancos, mercados de capitales, actividades de infraestructura, proyectos energéticos y turismo”. En coincidencia, Spotorno indicó que “la construcción potencialmente es el sector mas beneficiado. Porque la mayoría de la gente que no declaró ese dinero tiene entre u$s 100 mil y un millón de dólares que hoy puede usar para comprar un departamento”.
Por su parte, Espert analizó que “si se blanquean u$s 60 mil millones el Gobierno va a recaudar en promedio un 7% que es la penalidad, unos u$s 4.200 millones por única vez. Del dinero blanqueado, como consecuencia del régimen impositivo de la Argentina, hay una gran incentivo a invertir en títulos argentinos porque están desgravados de Ganancias y Bienes Personales a diferencia de un bono externo, así que ahí puede que haya una baja en el riesgo país, así que ese puede ser otro elemento reactivante, además del dinero que puede llegar a entrar luego de que sea blanqueado”.
“Si baja el tipo de cambio por la llegada de dólares estaría poniendo en un serio aprieto a la economía exportadora. Como hemos visto este tipo de cambio con la inflación que tuvimos ya prácticamente se licuó mucho. Porque además la inflación no licuó solo por la vía de precios sino también por la vía de costos, dado que la forma en la que se fue dinamizando la formación de precios y tarifas, el tipo de cambio quedó atrasado, por eso cayeron las exportaciones de manufacturas de origen industrial cayeron de forma brutal en el primer trimestre del año”, alertó Bocco.