¿Más pobreza o reconocer la realidad?

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Subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas en ESEADE.

La mayor cantidad de pobres en Argentina refleja el fracaso del modelo kirchnerista

Recientemente se conocieron e nuestro país los datos de la pobreza. El dato en sí mismo es toda una curiosidad a nivel internacional. Es que si bien la mayoría de los países cuenta con un ente estadístico nacional que elabora este tipo de relevamientos, el INDEC argentino está en pleno proceso de reconstrucción, luego de años de manipulación política y pérdida de credibilidad.

Durante los últimos años, frente a la incapacidad del gobierno de ofrecer datos sinceros sobre inflación, pobreza y crecimiento, los analistas comenzaron a mirar fuentes privadas de información, y fue la Universidad Católica Argentina la que se transformó en la referencia obligada en la cuestión de la pobreza y la marginalidad a nivel nacional.

Ahora la mencionada Universidad divulgó sus últimas estimaciones. Para los primeros cuatro meses de 2016, calcularon que la pobreza ascendió al 32,6%, un salto desde el 29% con el que había cerrado el año 2015. Si bien la propia universidad fue bastante cuidadosa a la hora de explicar las causas del aumento, lo cierto es que una gran cantidad de analistas y políticos simpatizantes del gobierno anterior no dudaron en acusar al gobierno actual por esta situación de evidente deterioro.

¿Es esto realmente justo? ¿Quién es responsable por estas 1,4 millones de personas que pasaron a formar parte de los pobres en Argentina?

Para entender lo que está pasando me gustaría hacer una analogía con un paciente enfermo. Una persona puede tener una enfermedad grave. Luego de hacerse estudios e investigar bien lo que le sucede, él y su médico coinciden en que la única opción para salvar su vida es operarlo.

Unos días antes de la operación, a pesar de cargar con su delicada enfermedad, el paciente puede caminar, comer y también moverse libremente. Sin embargo, una vez pasada la operación, todo esto se habrá terminado. Nuestro paciente recién operado no puede moverse, no puede siquiera comer, y estará por unos días recostado en una cama tolerando el fuerte dolor post-operatorio.

Frente a esta situación, sin duda que algunos pueden decir que está peor que antes, pero todos sabremos que de no pasar por esta intervención, el fin de la historia iba a ser todavía más negro. Ahora sabemos que va a sobrevivir.

Algo muy similar es lo que le sucede a la economía argentina. Por años padeció la enfermedad llamada “populismo intervencionista”, que creía que la receta para la prosperidad era la inflación y el control de precios. Ahora como la realidad venezolana demuestra, la inflación y el control de precios solo llevan al estallido económico y social. Y la única manera de evitar este derrotero es sincerar la economía, lo que deja al descubierto cuál es la verdadera realidad.

El propio informe de la UCA habla sobre cómo las medidas de “normalización” tuvieron como consecuencia el mayor número de pobres. ¿Ahora cómo puede ser que las medidas que lleven las cosas a su cauce “normal”, generen este tipo de negativas consecuencias?

Lo cierto es que las medidas de normalización económica no crean pobreza, sino que la dejan al descubierto.

La mayor cantidad de personas en situación de vulnerabilidad en Argentina se explica principalmente por la liberación del tipo de cambio y el incremento de las tarifas de servicios públicos. Eso generó un aumento del nivel de precios sin un igual incremento de los ingresos. Sin embargo, la responsabilidad debe recaer en el gobierno anterior. Ningún gobierno del mundo tiene que decretar “tarifazos” o liberaciones del tipo de cambio si previamente no se controlaron los precios al mismo tiempo que se incrementó sideralmente la cantidad de dinero.

El kirchnerismo intentó ocultar las desagradables consecuencias de su política inflacionista con la imposición de todo tipo de controles. Una vez que esos controles insostenibles se eliminan, queda en evidencia la verdadera consecuencia del intervencionismo “k”.

La situación es triste, lamentable y nos conmueve a todos los argentinos. En otras palabras, la foto económica y social es mala, pero es la consecuencia inevitable de 12 años de implementar un modelo a todas luces inviable. Cómo termine la película dependerá de lo que haga el gobierno actual, y es mi convicción que cuanto más se aleja de lo que hizo la gestión anterior, mejor nos irá a todos, y mucho menor será la pobreza con el correr de los años.

Publicado originalmente en PanamPost.

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