Violencia en España
Hace dos siglos y medio, Adam Smith ironizó sobre “esos moralistas quejumbrosos y melancólicos, que perpetuamente nos reprochan que seamos felices cuando tantos de nuestros semejantes son desdichados, que consideran impío el regocijo natural ante la prosperidad, que no piensa en los muchos desventurados que en ese mismo instante están sometidos a toda suerte de calamidades, en la postración de la pobreza,