Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
La Ciudad dio el primer paso en su plan de urbanizar la Villa 31. Lo hizo a fines de mayo con el comienzo de la obra para modificar el trazado de la Autopista Illia, entre la 9 de Julio y el peaje: se trata de los casi 2 kilómetros en los que atraviesa el barrio ubicado en Retiro. Su construcción tardará un año y medio y costará unos $1700 millones. Hay que tener en cuenta que pasaron sólo 22 años desde que se inauguró el tramo que ahora se modifica.
En 1995, cuando la Illia comenzó a funcionar en ese sector de la Ciudad, en la Villa 31 vivían 7.950 personas. Hoy en día, entre la 31 y la 31 bis (se dividen, justamente, con la autopista) hay más de 43.000 habitantes. Muchos de ellos, tal como dijeron a este diario, consideran que existen otras prioridades dentro del barrio. Por ejemplo, podrían construirse allí más de 3.000 casas a razón de casi $600 mil por vivienda. Pero también ese monto alcanzaría para hacer dos hospitales de alta complejidad: en noviembre de 2015, por ejemplo, la empresa de medicina privada Galeno inauguró un sanatorio en Ramos Mejía por el que invirtió $700 millones.
En diciembre de 2014, Mauricio Macri cuestionó los $2000 millones que el Gobierno nacional invertía por entonces en Aerolíneas Argentinas y dijo: “Con ese dinero urbanizás todas las villas de la Ciudad. ¿Urbanizar qué significa? Le abrís calles, le das cloacas, le das agua corriente”. Si bien, aun por entonces, ese cálculo resultaba insuficiente para cumplir con tal objetivo, una cifra cercana a aquella (como la desembolsada para la nueva Illia) alcanzaría para avanzar en la urbanización propiamente dicha de la Villa 31.
“La primera licitación que hicieron en el barrio fue la de la autopista. Pero las prioridades, lógicamente, son otras: la apertura de calles para que puedan entrar las ambulancias y los Bomberos (para eso es necesario reubicar a muchos de los vecinos). Las primeras redes cloacales, que empezaron a hacerse a mediados de mayo, son de la manzana 12 del sector 4. Pero las hicieron mal y hubo informes técnicos advirtiendo eso: esa zona ahora se inunda y antes no”, contó Lorenzo Martelli, de la Agrupación Los Invisibles, que trabaja desde hace diez años en el barrio. Y agregó: “Dentro de lo que es un proyecto participativo de urbanización, que sale de las demandas del barrio, ningún vecino de los 40 mil que hay, va a decir: ‘Hacé un nuevo trazado y pasame la autopista por la cabeza’. No es la manera en que piensan los vecinos. Eso tiene que ver más por negocios o ver cómo mejorar la movilidad en la Ciudad, pero no tiene nada que ver con la urbanización”.
Agustín Etchebarne, presidente del centro de investigación de políticas públicas Libertad y Progreso, comenzó en enero a juntar firmas para evitar el nuevo trazado de la autopista Illia. “Es la obra más ridícula que se empezó en estos últimos años. Creo que es absurda porque los motivos que te dan no me parecen razonables. Dicen: ‘Es porque la autopista se hizo en un lugar urbano’. Eso no es real, porque la autopista estaba y la villa avanzó sobre la autopista. La Ciudad de Buenos Aires incrementó el presupuesto de una manera impresionante: pasó de $3200 millones cuando asumió Macri como jefe de Gobierno en 2007 y ahora estamos arriba de $11000 millones. Y el nivel de impuestos subió de una manera descomunal. En ese marco, cerrar una autopista que funciona muy bien, no se entiende”, dijo Etchebarne a este diario.
“Durante la audiencia pública con los vecinos de la villa que se llevó a cabo para debatir la conveniencia de la obra, de 70 personas sólo 3 no votaron en contra del nuevo trazado”, aseguró Martelli. Uno de los que no se opuso fue Teófilo Tapia, referente histórico del barrio. “No nos podemos negar, porque estaríamos equivocados aseguró-. El nuevo trazado no va a molestar a las familias. Las familias que viven abajo van a ser trasladadas. No podemos cortarle un proyecto a la Ciudad. Ese es mi punto de vista, de alguien que vio gente que dio la vida por la urbanización. La autopista que está ahora no se va a poder tirar. Lo que quieren hacer es un corredor, que la gente va poder poner su comercio y creo que va a tener más participación (harán una especie de parque sobre la actual traza de la autopista). Y nos vamos a olvidar que eso lo empezaron los militares”.