Quienes hoy en día detentan el poder político en Venezuela asestaron este 30 de julio uno de los peores golpes a la libertad y la República en la historia de esa nación, al imponer una inconsulta Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a través de la violencia y el fraude electoral.
No les importó a quienes hoy gobiernan el país que más de siete millones de venezolanos se hayan expresado el 16 de julio en contra de realizar una ANC que no contó con la aprobación de los ciudadanos venezolanos; tampoco les importó sumar más muertos al centenar que ya han caído en el marco de más de cien días de protestas ciudadanas en contra de Nicolás Maduro y a favor del retorno de la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, los cuales han sido violentamente reprimidas por parte tanto de funcionarios como de los llamados “colectivos” armados durante años, primero por el gobierno de Hugo Chávez y continuados por su sucesor.
Valiéndose de un Consejo Nacional Electoral compuesto mayoritariamente por simpatizantes y exmilitantes del partido de gobierno, llevaron a cabo este proceso que intentaron, en vano, llenar de electores coaccionados y amenazados: empleados públicos y ciudadanos chantajeados con la escasez inducida por el fracasado sistema socialista. Viendo que eran insuficientes, no les quedó otro recurso que ocultarse tras la opacidad y la imposibilidad de auditar los resultados, para presentar números de participación evidentemente falsos.
No lograron, sin embargo, perpetrar el engaño. La comunidad internacional, y en particular, los países de América Latina tradicionalmente aliados de la libertad y la democracia, dan la espalda a este golpe y han mostrado, de manera categórica, su intención de desconocer la fraudulenta ANC y cualquier acto jurídico que esta pretenda llevar a cabo.
Desde la Red Liberal de América Latina (Relial), organización que agrupa a instituciones y partidos políticos de varios de esos países que defienden los valores y las ideas de libertad, respaldamos esta actuación contundente de los gobiernos de la región y acompañamos a los venezolanos en esta lucha por rescatar la República y el Estado de Derecho. Tengan la seguridad de que no están solos y de que seguimos con preocupación los sucesos de los próximos días, que serán decisivos para el destino de la libertad y la democracia en Latinoamérica.