Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
NUESTRO AGRO – El Director General de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, dialogó con Nuestro Agro sobre los problemas que afectan a la economía argentina, condicionada por un alto grado de burocracia y un elevado défi cit fi scal. ¿Cómo lograr que 200.000 personas pasen al sector privado?
La economía argentina siempre está en la mira y más aún, en un año electoral. El escenario presenta fortalezas y debilidades que desvelan a los especialistas. Cómo crecer con un gasto público exorbitante y el consecuente déficit fiscal, es una de las incógnitas de cara al futuro. Nuestro Agro dialogó con el Director General de la Fundación Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne. Autor de “La Gran Raviolada”, un video que se viralizó a través de las redes sociales y explica el gran crecimiento del sector público, el economista puso sobre la mesa una problemática que en la denominada “década ganada” encontró su punto máximo. Por eso, elaboró una propuesta para reducir la plantilla pública (eliminando por ejemplo varios ministerios) que contempla el traspaso de unas 200.000 personas al sector privado.
Nuestro Agro (NA) – Desde la Fundación ponen la lupa en la fuerte presión tributaria hacia el sector privado, ¿qué análisis hace?
Agustín Etchebarne (AE) – Hace tiempo vemos que viene creciendo el gasto público y eso nos preocupa porque lo financias con impuestos y por eso la existencia de esta sobrecarga impositiva extraordinaria. Sobre los 200 países que hay en la Tierra, Argentina es el que más impuestos cobra a las empresas en el mundo entero, excepto la Isla de Comoros [un archipiélago africano] que ocupa el primer puesto del ranking según un informe del Banco Mundial. NA – ¿Por qué hace mucho hincapié en el gasto público? AE – Porque en los últimos años se ha duplicado la cantidad de empleados públicos dado que hace rato se viene creando una cantidad de burocracia impresionante. Este fenómeno empezó fundamentalmente durante el primer gobierno de Perón, que eliminó en la Constitución de 1949 el límite que fijaba no más de ocho ministerios y creó alrededor 19. En 1957 se vuelve a fijar el límite inicial, pero en 1994 se vuelve a eliminar. El Gobierno actual bajó de 21 a 20 los ministerios, pero las secretarías y subsecretarías siguen creciendo.
NA – ¿En las provincias la situación es similar?
AE – En las provincias todavía es peor la situación porque mientras en la Nación el empleo público creció en los últimos 15 años cerca del 70%, en las provincias el crecimiento fue del 100%. El drama es que pese a los inmensos impuestos que cobra el Estado, no alcanza para pagar tamaño gasto público y por lo tanto tenemos un déficit fiscal muy grande. Se gasta más de lo que se puede y esa diferencia se paga con deuda (que viene creciendo muy rápido) y con inflación. Por eso, la única manera de eliminar esos dos flagelos es bajando el gasto público. Lo que ha pasado estos años con el crecimiento de la burocracia de las provincias es que han puesto Ingresos Brutos, que se habían eliminado en la década del ’90, a veces con tasas estrafalarias, muy altas. A las empresas las están matando. El propio presidente de la Nación dijo en alguna oportunidad “los impuestos nos están matando”, pero la pregunta es quién pone los impuestos y la segunda pregunta es por qué, y ahí llegamos al gasto. Estamos hablando de un gasto público que termina siendo muy improductivo porque no tenemos mejores hospitales, mejor seguridad o mejor educación.
Cada vez más “cheques del Estado”
El alto nivel de burocracia tiene consecuencias directas sobre el sector privado que, según el Director General de la Fundación Libertad y Progreso, “no arranca desde hace seis años”.
NA – ¿Cómo observa al sector privado?
AE – La actividad privada no arranca más porque lo único que ha crecido es el Estado. Hace 15 años atrás había siete millones de personas que trabajaban en el sector privado formal y siete millones que recibían un cheque del Estado. Ahora esa relación se ha desbalanceado completamente porque tenemos más de 20 millones de personas que reciben un cheque del Estado y ocho millones que trabajan en el sector privado formal. En realidad, cuando uno mira otros países, el esquema es al revés y hay mucha más gente trabajando en el sector privado formal como ocurre en Estados Unidos, Nueza Zelanda o Australia.
NA – ¿Considera que el Gobierno tiene intenciones de revertir la situación?
AE – Nosotros nos reunimos con representantes del Gobierno, nos recibieron muy bien, hablamos dos horas y quedaron en estudiar unas propuestas que les presentamos. Están trabajando en la “micro” del Estado, tratando de solucionar todos los sistemas y creo que están avanzando bastante rápido. La realidad también es que encontraron un despelote descomunal cuando llegaron. El Estado argentino está armado para generar votos, el Estado otorga beneficios pero el que recibe beneficios políticos es un partido y ningún partido debería ser usufructuario de esos beneficios. Seguramente después de octubre el Gobierno hará un poco más de esfuerzo para reducir el gasto. Hasta ahora lo que han hecho es aumentar tarifas, que baja un poco el gasto público, pero en realidad es ajuste del sector privado. Acá lo que falta es el ajuste del sector público, donde los salarios son bastantes más altos que en el sector privado.
Una idea para bajar el gasto
“Nosotros tenemos propuestas para ir rebalanceando esta situación, tratando de no dejar a nadie en la calle, pero sí haciendo reformas muy importantes”, reconoce Etchebarne a este medio al ser consultado sobre iniciativas viables que puede aportar la Fundación.
NA – ¿En qué consiste el proyecto que elaboraron?
AE – Nosotros eliminaríamos una cantidad enorme de secretarías y subsecretarías y eliminaríamos 12 de los 20 ministerios. Si logramos eso, quedarían 200.000 personas en disponibilidad a las cuales la ley les da la posibilidad de contar con un año de sueldos mientras se van relocalizando. Pero nosotros proponemos ser todavía más flexibles y dar dos años, y además permitirles a las empresas que tomen a esas personas que el Estado se haga cargo de las cargas patronales, es decir, incentivar a las empresas para que tomen personas y así vayan pasando del sector público al privado. Y un tercer beneficio sería pagarle también el reentrenamiento en el nuevo trabajo. La idea es que durante dos años gradualmente vayan pasando al sector privado; con esta reforma se pueden bajar impuestos y ahí sí se puede tener financiamiento y crecimiento de deuda para hacer la reforma. La idea es tener un programa claro de reforma para equilibrar las cosas en el mediano plazo, esto es tres, cuatro o cinco años. Otra de las propuestas que explica contempla la posibilidad de eliminar las horas extras de trabajo: “la izquierda siempre pide bajarlas, yo lo que pido es cumplir las ocho horas y así reducir el costo de la política”. Y vaticina: “como la deuda va subiendo, en algún momento las tasas de interés van a subir y eso es lo que va a empezar a doler en los bolsillos del Estado, porque hay que pagar los intereses, y cuando empiece a subir la tasa de interés de toda la inmensa deuda el mercado de alguna manera empieza a disciplinar a los políticos y ellos se empiezan a asustar”.