“Al impuesto a la renta financiera lo pagaremos todos los ciudadanos, no sólo los que más tienen”

Foto Manuel Solanet
Director de Políticas Públicas en 

EL COMERCIAL – “Algunos creen que ese impuesto recaería en los dueños de los bancos y no es así. Suponen que el sector financiero es un grupo de millonarios imaginados al estilo “Tío Rico”.

Según la Fundación Libertad y Progreso, la propuesta de gravar la renta financiera a las personas físicas sería una iniciativa que, por su impacto, perjudicaría al propio fisco, aunque su principal problema sería afectar el ahorro y la inversión. “Un impuesto sobre los intereses de los depósitos a plazo fijo, los bonos y otros activos financieros afectará mecanismos de la economía que influyen en las posibilidades de financiamiento de las personas, el sector productivo y el Estado”, señaló Manuel Solanet, director de Políticas Públicas de la Fundación.

“Algunos creen que ese impuesto recaería en los dueños de los bancos y no es así. Suponen que el sector financiero es un grupo de millonarios imaginados al estilo “Tío Rico”. Argumentan que el impuesto sobre la renta financiera recaerá sobre ellos en beneficio del resto menos afortunado. Lo real es que el sistema financiero es donde ahorran las personas, y las empresas (cuyas rentas ya están gravadas), y ese dinero sirve para préstamos que van a otros ciudadanos o empresas, para comprar autos, casas o para inversiones productivas.

Un impuesto sobre los intereses mueve al ahorrista a exigir una tasa de interés más elevada para compensar el nuevo impuesto. Los bancos, por su lado, trasladarán esa mayor tasa a los que pidan créditos”, arguyó por su lado Agustín Etchebarne, director general de Libertad y Progreso. “Así, habrá menor demanda de crédito, menos oportunidades para inversiones y ergo, menos empleo. Por eso creemos que es inconveniente impulsarlo”, coincidieron desde Libertad y Progreso.

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