Durante su discurso del lunes pasado, el presidente de la Nación Mauricio Macri planteó la necesidad de terminar con los “recovecos” del Estado donde los políticos pueden “ubicar amigos, parientes y militantes de sus agrupaciones“. Sin embargo, desde su asunción los puestos públicos en el Estado han crecido un 25% con la creación de nuevos ministerios, secretarías y direcciones nacionales a las que han accedido militantes de Cambiemos y familiares de funcionarios. El gobierno de Macri no escapa a las sospechas por corrupción, mientras el primo del presidente continúa siendo investigado por la compra de un inmueble en el exterior.
Luego del triunfo del oficialismo en los principales distritos del país en las elecciones legislativas, Mauricio Macri dio un discurso el día lunes en el Centro Cultural Kirchner para delinear los principales puntos de su propuesta de gobierno para la segunda mitad del mandato. Además de proponer los detalles de su reforma laboral e impositiva, dedicó tiempo a hablar de la importancia de la lucha contra la corrupción y la transparencia del Estado. “Queremos terminar con los privilegios que salvan a unos pocos mientras tantos argentinos padecen la pobreza y la desigualdad” declaró en su discurso apuntado a reducir el gasto público y el déficit fiscal. Contrario a los deseos del presidente, los privilegios del poder siguen vigentes y no parecen estar cerca de desaparecer.
En su discursco, además de proponer los detalles de su reforma laboral e impositiva, dedicó tiempo a hablar de la importancia de la lucha contra la corrupción y la transparencia del Estado.
La semana pasada se conoció un pedido de embargo por 8 millones de pesos sobre el primo del presidente y actual intendente del partido de Vicente López, Jorge Macri. El funcionario es investigado por la compra de un departamento en Miami por 403.000 dólares que sospechan que puede formar parte de una maniobra de lavado de dinero. Aunque el pedido de embargo fue rechazado por los jueces de la Cámara Federal de San Martín, la investigación continúa en marcha. El nombre de Jorge Macri ya había aparecido en la filtración de los Panamá Papers como dueño de dos empresas off-shore en el exterior, pero el tema no tuvo amplia repercusión en los medios.
Además de ser intendente de Vicente López, el primo del presidente es el presidente del Grupo Bapro (dependiente del Banco Provincia), cargo que ocupa desde la asunción de Mauricio Macri como presidente. No hubo grandes críticas a la decisión de elegir al intendente, aunque no tiene estudios universitarios en economía y además ya ocupaba un cargo público previo. Otro de los familiares cercanos a Mauricio Macri que son sospechados de haber sido favorecidos por las decisiones del gobierno es su hermano, Gianfranco Macri, que gracias al programa de blanqueo de capitales ingresó al sistema bancario 600 millones de pesos, seis veces más de lo que declaró el presidente en su patrimonio. Al ser consultado, Macri defendió a su hermano diciendo que “lo hizo dentro de la ley”.
Otro de los familiares cercanos a Mauricio Macri que son sospechados de haber sido favorecidos por las decisiones del gobierno es su hermano, Gianfranco Macri, que gracias al programa de blanqueo de capitales ingresó al sistema bancario 600 millones de pesos.
Más allá de los familiares involucrados, las cifras indican que los puestos del Estado crecieron un 25% desde la asunción de Mauricio Macri como presidente de la Nación, gracias a la creación de nuevos ministerios, secretarías y direcciones generales a nivel nacional. Según un relevamiento de Fundación Libertad y Progreso (LyP) existen hoy 21 ministerios, 87 secretarías de Estado, 207 subsecretarias de Estado y 687 direcciones nacionales y generales. Aunque Macri comenzó su gestión reduciendo 11.000 puestos de trabajo estatales y durante el discurso del último lunes criticó a la Biblioteca del Congreso de la Nación por tener 1700 empleados, no está reduciendo el número de organismos estatales.
El crecimiento del Estado debe ser acompañado por un análisis de su composición, para evitar que los puestos sean tomados por militancia partidaria y no por los ciudadanos más capacitados para cada tarea. El discurso contra la corrupción no debe centrarse tampoco en una enemistad partidaria, sino en un crecimiento que permita profundizar la calidad del Estado.