Innovación social en tiempos de estatismo: generación de empleos y emprendimientos, ayuda mutua y beneficencia

Foto de Martin Krause

Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso.Doctor en Administración por la Universidad Católica de La Plata y Profesor Titular de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Sus investigaciones han sido recogidas internacionalmente y ha publicado libros y artículos científicos y de divulgación. Se ha desempeñado como Rector de ESEADE y como consultor para la University of Manchester, Konrad Adenauer Stiftung, OEA, BID y G7Group, Inc. Ha recibido premios y becas, entre las que se destacan la Eisenhower Exchange Fellowship y el Freedom Project de la John Templeton Foundation.

Soluciones voluntarias

El papel dominante del estado en esta materia se ha trasladado también al área de la discusión académica y a la de elaboración de políticas públicas donde el sólo planteamiento del problema genera una inmediata búsqueda de las acciones que el estado debería desarrollar para resolver el problema. La creatividad e inventiva llegan hasta allí, pero se mueven en un círculo cerrado, limitado por los escasos recursos disponibles. Más dinero para la educación, más dinero para la salud, más dinero para viviendas no es fácil de encontrar y, cuando se consigue, no llega adónde se lo necesita.

La situación es tal que pocos se animan a preguntarse qué es lo que la libertad y el mercado puede hacer al respecto o, en términos más correctos, qué papel puede cumplir la colaboración voluntaria en materia de ayuda hacia los que necesitan.  Tal vez sea interesante, antes de responder a esas preguntas, conocer lo que hicieron los argentinos en otros momentos de su historia, cuando, precisamente, el estado no estaba allí para “resolver” estos problemas.Empleo y desarrollo

Lo que la libertad y el mercado pueden hacer para resolver los problemas relacionados con la pobreza puede clasificarse en tres elementos:

  1. Tal vez lo más importante, por supuesto, es generar riqueza, de tal forma que el número de pobres se reduzca. Por cierto que algunos critican a la economía de mercado por la actual cantidad de pobres, como si fueran estos causados por ella. Dos cosas pueden decirse al respecto: en primer lugar, el porcentaje de pobres en el mundo a comienzos del capitalismo y la revolución industrial era del 80%, hoy es menos del 20% y, en segundo, si bien el número total de pobres es grande, el crecimiento económico ha permitido sostener a un número total de habitantes en este planeta como nunca hubiera en toda su historia. Una economía primitiva o cerrada genera un mayor número de pobres y un menor número total de habitantes que ésta puede sostener.
  2. En segundo lugar, las acciones que los mismos individuos pueden realizar para ayudarse a sí mismos, a sus familias, a sus vecinos, a sus grupos de afinidad, cualquiera que sean éstos, sabiendo que serán ayudados a su vez en caso de necesidad propia. Esto es lo que se ha llamado socorro o ayuda mutua.
  3. Por último, las acciones que los individuos pueden realizar para ayudar a otros sin esperar en este caso un tratamiento recíproco en caso de necesidad, lo que denominamos beneficencia.

 

Veremos ejemplos de la historia argentina en los tres casos, aunque otros similares se pueden encontrar en muchos países, en particular latinoamericanos y consideraremos sus posibles equivalentes moderno .

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