Por Diego Sánchez de la Cruz.
LIBREMERCADO – El Free Market Institute de Lituania es, desde hace décadas, uno de los think tanks liberales más prestigiosos de Europa del Este. Aunque su popularidad en el Viejo Continente aún es algo limitada, lo cierto es que su influencia en asuntos domésticos es más que notable, hasta el punto de que los libros de texto de economía que estudian los jóvenes lituanos están diseñados por los expertos de la institución.
Recientemente, el Free Market Institute ha creado un Índice de Flexibilidad Laboral con el que pretende estudiar el grado de facilidad para contratar de cada uno de los países miembros de la Unión Europea y la OCDE. El documento en cuestión considera variables como la regulación de las horas trabajadas, los procesos de contratación o los costes de despido.
Según dicho documento, el mercado de trabajo más liberalizado del mundo rico es el de Dinamarca, que recibe una excelente puntuación de 96,9 sobre 100. Se cae, por tanto, el mito de Dinamarca como “país socialista”: su sistema laboral es el más flexible de todos.
Completan el podio Estados Unidos y Japón, con 92,4 y 91,0 puntos, respectivamente. El desempleo en estas tres economías se caracteriza por ser muy reducido: 5,7% en Dinamarca, 4,1% en Estados Unidos y 2,8% en Japón. De modo que, lejos de generar paro, la flexibilidad crea empleo y reduce la desocupación.
También logran una buena puntuación los sistemas laborales de Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda o República Checa, todos ellos con una nota superior a los 80 puntos. Algo más bajo es el resultado de Bulgaria, Suiza, Malta, Islandia, Italia, Hungría, Australia y Chipre, si bien todas estas economías rebasan la barrera de los 70 puntos.
En la zona media nos topamos con Austria, Letonia, Bélgica, Israel, Noruega, Rumanía, Alemania, Chile, España, Eslovaquia y Lituania. Este grupo de países logra anotarse más de 60 puntos. En el caso de nuestro país, la calificación asignada por el Free Market Institute es de 60,8 puntos sobre 100. Sin duda, hablamos de una nota lo suficientemente alta como para lograr el aprobado y constatar la mejoría del mercado de trabajo, si bien la evaluación confirma que seguimos alejados de los países referentes en flexibilidad laboral, que además son las economías con menos desempleo del mundo rico.
El grado de rigidez de otros países de la UE y la OCDE es aún mayor. Es el caso de Estonia, Suecia, Polonia, Países Bajos, Finlandia, Eslovenia, Croacia o Grecia, que apenas logran superar los 50 puntos. Pero el peor resultado es el que reciben Turquía, Corea del Sur, Portugal, México, Luxemburgo y Francia, todos por debajo del aprobado. El caso galo es notable: apenas 39,4 puntos sobre 100, a la espera de la reforma laboral anunciada por Emmanuel Macron.