Ha publicado artículos en diarios de Estados Unidos y de América Latina y ha aparecido en las cadenas televisivas.
Es miembro de la Mont Pèlerin Society y del Council on Foreign Relations.
Recibió su BA en Northwestern University y su Maestría en la Escuela de Estudios Internacionales de Johns Hopkins University.
Trabajó en asuntos interamericanos en el Center for Strategic and International Studies y en Caribbean/Latin American Action.
EL COMERCIO – PERÚ –
Los periódicos siempre reportan las malas noticias: crímenes, accidentes, corrupción, guerras. Al hacer su trabajo, nos dan una impresión negativa del mundo. Lo positivo casi no se reporta. Asevera Max Roser que “los periódicos podrían haber usado el titular ‘Número de personas en extrema pobreza cayó en 137.000 desde ayer’ todos los días durante los últimos 25 años”.
Es un ejemplo del gran progreso que ha experimentado el mundo y sobre el que la mayoría de las personas está malinformada. De hecho, hace poco más de 200 años, el 90% de la humanidad vivía en la pobreza extrema, como fue el caso por miles de años. Desde entonces, la cifra ha caído a menos del 10%. Casi cualquier indicador de bienestar humano muestra mejoras impresionantes, especialmente en los últimos 30 años y para los pobres.
Steven Pinker, uno de los intelectuales más importantes de Estados Unidos y profesor en la Universidad de Harvard, acaba de publicar un libro que documenta el progreso reciente e inaudito de la humanidad: “La ilustración ahora” (“Enlightenment Now”). En 75 gráficas, muestra tendencias globales respecto a temas tan diversos como la expectativa de vida, la soledad, las guerras y la desigualdad.
Su tesis es que los principios de la ilustración —la razón, la ciencia, el humanismo y la fe en el progreso— forman las bases para todo tipo de progreso, tanto en lo moral como en lo material. Pinker explica por qué predomina el pesimismo a pesar de los hechos, por qué urge entender las fuentes del progreso ante el auge del populismo en buena parte del mundo, y por qué deberíamos ser relativamente optimistas.
El mundo es cien veces más rico hoy que hace 200 años. Esto y los avances en la tecnología han dado acceso a mejores y más viviendas, medicinas, ropas, alimentos, educación, etcétera. Además, y a pesar de algunos altibajos, la violencia de todo tipo —genocidio, esclavitud, conflictos bélicos, homicidios, etc.— ha decaído durante siglos. Hoy se observa la democracia y los derechos humanos alrededor del mundo más que en cualquier otro momento de la historia. A mayor prosperidad existe una mayor extensión de valores éticos como la tolerancia, la libertad y la paz. “La vida de los pobres está mejorando más rápido que la de los ricos”, afirma Pinker.
El autor documenta cómo el progreso ha afectado al medio ambiente: “Desde los comienzos del movimiento ecologista en la década de 1970, el mundo ha emitido menos contaminantes, arrasado con menos bosques, derramado menos petróleo, apartado más alimento, extinguido menos especies, salvado la capa de ozono y pudo haber alcanzado su punto máximo en el consumo de petróleo, tierras de cultivo, madera, automóviles e incluso, quizás, carbón”.
La ilustración está funcionando, según Pinker, y sería lamentable pensar lo contrario. No obstante, los autoritarios venden el relato de que el mundo está empeorando. Si llegaran a tener razón, habrían acertado en sus propuestas para debilitar o eliminar las instituciones y las políticas que produjeron el progreso y que surgieron de la ilustración. Desgraciadamente, la gente tiende a creer relatos negativos por razones psicológicas. Pinker explica que eventos traumáticos —como accidentes de aviones— son los que más recuerda la gente y hace que se sobreestimen los peligros. El peso psicológico de los eventos negativos es superior al de los positivos, y es lo que predomina en la mente.
El futuro del progreso depende de los principios y valores de la ilustración, que incluye entender el mismo progreso. Pinker es optimista al respecto. Las tendencias positivas en conectividad y educación parecieran no revertirse. Avances explosivos nos esperan en biología sintética, inteligencia artificial, estudio de los genomas, y demás áreas. La humanidad puede beneficiarse de tal progreso, pero solo si no abandona la ilustración.
Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 13 de marzo de 2018.