Licenciado en Economía (UBA, 2002), Master en Economía y Administración de Empresas (ESEADE, 2004) y Doctor en Economía Aplicada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC, 2009).
Profesor Titular Regular de Introducción a la Economía en la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam).
Contribuye en el blog Punto de Vista Económico y en Libertad y Progreso.
EL CRONISTA – Los datos de Producto Interno Bruto (PIB) trimestral llegan algo tarde. Ahora mismo, en marzo de 2018 apenas contamos con información del tercer trimestre de 2017. Si observamos este primer gráfico, se puede notar un 2016 con tasas de crecimiento negativas pero mejorando, las que se hacen positivas en el primer trimestre de 2017, y se aceleran hacia el segundo y tercer trimestre. ¿Pero qué ocurre desde ahí en adelante? ¿Sigue creciendo la economía?
El INDEC dispone de una herramienta complementaria que permite anticipar las tasas de variación del PIB. Esta herramienta es el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) y no sólo refleja la evolución mensual de la actividad económica, sino que además permite observarlo distinguiendo el conjunto de los sectores productivos a nivel nacional.
El siguiente gráfico muestra los resultados mensuales del EMAE. Si lo comparamos con el gráfico anterior de los resultados trimestrales del PIB puede notarse una dinámica similar.
Crecimiento negativo en 2016 que se transforma en positivo en 2017. Pero en este caso, disponemos también de datos para el último trimestre de 2017. El EMAE de octubre, noviembre y diciembre arrojó resultados de 5,0 %, 3,9 % y 2,0 %. La media es 3,63 % lo que permite imaginar un cuarto trimestre con crecimiento en torno a ese valor.
El EMAE también nos permite adelantar el resultado del año con un crecimiento del 2,8 % del PIB, lo que implica que el Gobierno no tendrá que pagar los cupones a sus acreedores por presentar una tasa de crecimiento debajo del 3,0 %.
Si ahora se observan los resultados por sector, se notará que sólo 2 de los 15 sectores tuvieron resultados negativos, a saber, “Transporte y comunicaciones” y especialmente “Pesca”. El sector “Construcción”, con fuerte presencia de obra pública, empuja la actividad económica hacia arriba. Las industrias como la siderurgia y la metalmecánica, el comercio y la intermediación financiera también sostienen la actividad económica. El sector inmobiliario —impulsado por los créditos— y la producción agropecuaria —incluyendo maquinaria agrícola y producción de fertilizantes y agroquímicos— también tuvieron buen desempeño en 2017.
Un aspecto que remarcamos más arriba y que no podemos pasar por alto es la desaceleración de la actividad del último trimestre de 2017. Octubre, noviembre y diciembre muestran tasas positivas, pero decrecientes. Esto es lo que enciende las alarmas de cara al 2018, sumado el hecho de la sequía y los malos pronósticos para la cosecha gruesa. De continuar esta tendencia, el nivel de actividad estaría lejos de las proyecciones de los analistas en torno al 3 % del PIB.
Respecto de cómo arrancó el 2018, la consultora de Orlando Ferreres nos ofrece otro índice complementario que mide el nivel General de Actividad (IGA), con la particularidad que ya disponemos del dato de enero de 2018.
El siguiente gráfico compara el EMAE con el IGA, lo que no sólo nos permite observar una dinámica similar, sino que en enero se podría revertir la desaceleración económica.
Proyección 2018
2017 nos dejó una economía recuperada de los vaivenes de los últimos años, pero ahora el desafío es iniciar y consolidar el crecimiento, lo que requiere de mayores esfuerzos de inversión, hoy en torno al 21 % del PIB.
La buena noticia es la recuperación económica de Brasil que empujará la industria automotriz, en particular la producción de pick ups.
La mala noticia está en la sequía, pero aun no está claro si tendrá un efecto importante sobre la cosecha.
Es aventurado arrojar estimaciones de crecimiento de la actividad económica para el 2018, pero creemos que podría resultar en torno al 2,5 % anual.
Este artículo fue publicado originalmente en El Cronista (Argentina) el 2 de marzo de 2018.