LA NACIÓN – La Argentina mejoró considerablemente en un índice que mide la calidad institucional de los países. En el último año escaló 19 puestos en ese ranking, aunque todavía se ubica más cerca de los peores calificados que de los mejores.
El análisis fue elaborado por la Fundación Libertad y Progreso, que destacó que el ascenso de la Argentina en el ranking tuvo “el mejor desempeño de toda América Latina”.
Según la fundación, el país comenzó a mejorar en el listado tras la llegada de Mauricio Macri al poder. Hoy, la Argentina está en el puesto 119 de 191 países. El dato ratifica la tendencia inversa a lo que se registró en los últimos 20 años, en los que el país cayó 94 puestos.
La confección del listado se basa en las categorías Seguridad Jurídica, Voz y Rendición de Cuentas, Libertad de Prensa, Percepción de Corrupción, Competitividad Global, Libertad Económica y Facilidad para Hacer Negocios.
Libertad y Progreso indicó que la principal mejora en los últimos tiempos se registró en el índice Seguridad Jurídica, mientras que la mejor calificación se obtuvo en la categoría Rendición de Cuentas, seguido por Libertad de Prensa.
“El gradualismo en la política económica no permite todavía observar mejoras importantes en la calidad de las instituciones de mercado, si bien las hubo, pero la persistencia del déficit fiscal, la elevada inflación, presión impositiva alta y una economía todavía bastante cerrada al comercio internacional frenan por el momento una mejora mayor”, sostuvo el economista Martín Krause, que dirige la fundación.
Los mejor y peor calificados
La calidad de las instituciones de un país es clave para los intereses de los posibles inversores, señala Libertad y Progreso. Actualmente, los países mejor ubicados en ese ranking son Nueva Zelanda, Suiza, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia. A ese grupo se suman, como más tentadores para los inversores del mundo, Países Bajos, Canadá, Reino Unido, Australia, Irlanda, Estados Unidos, Alemania, Estonia, Luxemburgo y Austria.
En la otra punta del listado, Corea del Norte figura como la nación con menor calidad institucional. Entre los peores también figuran Somalia, Eritrea, Siria, Turkmenistán y Sudán del Sur. Venezuela, por su parte, también figura entre los últimos puestos. Sobre este punto, Krause dijo: “El caso de Venezuela es el más acuciante en toda la región. La situación, en términos de calidad de vida, ya es casi insostenible para la gran mayoría de la población y el régimen se dirige a manipular unas elecciones que son una farsa institucional que no esconde la verdadera intención de continuar un régimen autoritario y dictatorial que viola los derechos humanos”.
Según indicaron Krause y el director general de Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne, una buena calidad institucional repercute en la mejora de la calidad de vida en general.
“Hay un claro vínculo entre calidad institucional y calidad de vida (medida según el Índice de Desarrollo Humano de la ONU), calidad institucional y nivel de ingresos (medido como PBI per cápita), inversiones, innovación e incluso calidad ambiental y calidad institucional”, sostuvieron.
Y agregaron: “En todos los casos puede verse que los países que tienen peor calidad institucional son también aquellos que brindan las peores oportunidades a sus ciudadanos y tienen el peor desempeño en términos de pobreza, educación, salud o el indicador que quiera mirarse”.
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