Hay que eliminar el gasto superfluo del Estado, eliminar todos los privilegios de la clase política” Agustín Etchebarne

Foto Agustin Etchebarne
Director General en 

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

EL ECONOMISTA – La pregunta del millón (o de los billones) es si las medidas de ajuste anunciadas incrementalmente desde el viernes 27 de abril calmarán las turbulentas aguas cambiarias o no.

Según los economistas liberales vernáculos (“plateístas”, como los tildó desacertadamente un importante funcionario Ministerio de Hacienda), falta más para estabilizar el mercado en el corto plazo y/o evitar futuras tensiones dado que se descuenta que el contexto internacional (que contribuyó lateralmente a la corrida contra el peso) podría empeorar aún más a medida que las economías maduras normalicen sus políticas monetarias.

Envalentonados intelectualmente por la devaluación y porque el Gobierno terminó reconociendo (en los hechos) que el ajuste fiscal original era insuficiente (“una tortuga embarazada”, diría Javier Milei), dicen que es el momento de hacer “cirugía mayor”, como dice Economía & Regiones (E&R), capitaneada por Diego Giacomini, en su informe del viernes.

E&R apeló a las metáforas del mundo de la medicina para diseccionar la respuesta oficial. Hasta ahora, argumenta, hizo la Cirugía de Control de Daños (CCD), paso previo a la Cirugía Clásica (CC). La nueva etapa precisa que “la política fiscal y el Presidente de la Nación hagan la CC que termine corrigiendo los problemas de fondo que causan los desequilibrios económicos de los últimos días”.

¿Qué propone? “No sólo se necesita un cambio más profundo en la política fiscal sino una reestructuración del organigrama del Gobierno y un cambio de nombres que permitan una mejorar la toma de decisiones y el diseño de las políticas públicas”, dicen. Eso, además de mayor coordinación y eficiencia, generaría “un cambio de las expectativas de parte del público”. Por caso, dicen, hoy hay 23 dependencias con rango ministerial, el nivel más alto desde de las últimas décadas.

“Presidente, debe ser más agresivo”, dijo Germán Fermo en su Twitter. “El mercado mira lo fiscal y es por ahí”, agregó. “Hay que hacer un service del plan”, pidió José Luis Espert en la misma red. ¿Qué implica eso? “Una baja del déficit fiscal en serio” y “basta de las mentiras fiscales de (Nicolás) Dujovne”. “Se requiere un claro golpe de timón que cambie radicalmente la dirección en que rumbean el Estado y el Gobierno”, aportó Dardo Gasparre en Infobae. “No sobra el tiempo”, agregaba. “En vez de seguir poniendo la economía al servicio de ganar elecciones cometiendo torpezas económicas, la política tiene que empezar a ponerse al servicio de sostener un plan económico consistente”, pidió Roberto Cachanosky. “Hay que eliminar el gasto superfluo del Estado, eliminar todos los privilegios de la clase política, incluyendo los jueces que no pagan ganancias y se jubilan con 100% del salario, los choferes, aviones, helicópteros, comidas fastuosas, decenas de miles de asesores, etc”, pidió Agustín Etchebarne en Twitter. Mañana, y en las próximas ruedas, el mercado dirá si las medidas fueron suficientes. O todavía no.

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