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Gabriel Zanotti disertó sobre la escasez y la división de trabajo, por Bertha María Carrillo-Dehnert
La escasez la vivimos todos en mayor o menor medida. No es un tema ajeno al individuo ni a la sociedad. Siempre algún titular nos recuerda que estamos expuestos a alguna o algunas carencias. Pero, nos hemos preguntado ¿por qué hay escasez?
Para adentrarnos al tema, el profesor y filósofo Gabriel Zanotti nos lo explica desde dos visiones, la del teólogo santo Tomás de Aquino y la del economista Ludwig von Mises. La conferencia se realizó en el marco de la Cátedra Acton, que es un programa de capacitación anual promovido por el Instituto Acton de Argentina.
Ya en el siglo XIII, santo Tomás vislumbraba que la naturaleza ha provisto al hombre en muy pocas cosas. “El primer punto de la escasez es que nada de lo que existe está dado por la naturaleza misma. Por un lado, la escasez es una condición natural de la humanidad. La humanidad está expuesta ante la escasez, pero si relacionamos eso con el cristianismo, es una condición natural después de que la humanidad ha sido arrojada del paraíso”, expuso Zanotti.
Setecientos años después, en el siglo XX, el economista austríaco von Mises, puso como eje central de su economía la distinción entre la competencia biológica y la cooperación social. En el mundo animal, “ante la escasez el más fuerte sobrevive”. Pero en el mundo humano, el ser humano tiene la capacidad intelectual para advertir las ventajas de la cooperación del trabajo. “Con la cooperación del trabajo y el intercambio de bienes y servicios minimizamos la escasez”, aseveró el profesor Zanotti.
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Von Mises, para quien la paz es una noción de progreso, definía que para reducir la insuficiencia había que intercambiar los unos con los otros bajo el marco de la división del trabajo, con cooperación. “La división del trabajo y el intercambio pacífico de bienes y servicios es el factor que produce la cooperación social que a su vez implica la coordinación del conocimiento”, señala Zanotti los que deberían ser los principios básicos de la sociedad contemporánea.
Internándonos en el pensamiento y el origen de los bienes, cabe reflexionar que existe una falsa interpretación del destino universal de los bienes. “No significa que los bienes están dados, están allí, no aparecen como las hojas de los árboles. Significa que hay que generar sistemas para minimizar la escasez”, remarcó Zanotti.
Con estos preceptos se derribarían los apostolados socialistas que pregonan que el origen del problema económico es la “injusta” distribución de los bienes. Suponer que la economía es un problema de cómo el estado distribuye los bienes, es un error, según el filósofo argentino. “La escasez no es fruto de que seamos malos (maldad moral asignada usualmente a un gobernante, líder o grupo económico), es fruto de que la naturaleza física no provee los bienes y servicios demandados por el ser humano”.
Por lo tanto, dado que los bienes no están, el problema es ¿cómo producirlos? ¿Cómo con la acción humana los bienes empiezan a ser producidos? “Acá necesitamos una ética, pero una ética de la producción. Cómo deben ser las instituciones jurídicas que deben funcionar como incentivo para la producción. “Para que funcione, la economía de mercado tiene como condición jurídica el Estado de Derecho (Rule of Law), lamentablemente las sociedades latinoamericanas no han tenido éxito en implementarla, acá nunca funcionó” sentenció Zanotti.