RADIO RAFAELA – Analizamos con el economista Aldo Abram el miércoles después de lo sucedido en la jornada de ayer y la reacción del mercado en el día de hoy. El economista destacó como positivo lo sucedido porque demostró una cierta capacidad del gobierno de manejar en el límite una corrida aunque señaló que “los instrumentos utilizados no van a estar disponibles de nuevo, ha sido como gastarse los últimos cartuchos”.
“Es muy buena la noticia, es bueno tener tranquilidad cambiaria pero si alguien dijera que está todo resuelto estamos en el horno y vamos a terminar mal”.
En otro tramo de la entrevista el economista señaló que “este tiempo sin la angustia de estar frente al precipicio y a punto de caerse hay que aprovecharlo para planear cómo vamos a resolver los problemas de la Argentina”.
Para el experto, director ejecutivo del Centro Libertad y Progreso, el gobierno actual recibió una herencia casi nefasta y con esto del gradualismo se alejó un poquito de la quiebra usando el crédito que supo conseguir para generar un crecimiento mucho más alto que el factible.
De acuerdo a su opinión, “estamos en problemas. A partir de ahora hay dos escenarios, va a venir el Fondo a imponer ajustes, toda la solución a nuestros problemas lo vamos a resolver de la peor forma, como lo hemos hecho siempre. Por suerte tenemos la posibilidad de tener crédito de los organismos internacionales y a partir de allí minimizar el costo de resolver los problemas. Supongamos que no lo hacemos, lo vamos a terminar haciendo de la peor forma posible en medio de una crisis. No hay que usar el financiamiento para seguir con la jarana, aprovechemos estos recursos para resolver los problemas porque eso nos garantiza que nos irá bien a todos”.
“El hecho de que la tasa sea alta no es culpa del Banco Central, surge del hecho de que hubo una fuga de capitales porque no logramos generar la confianza suficiente y tomamos medidas desacertadas, como por ejemplo cobrarle impuestos a la renta financiera”, señaló el economista.
“La gente es el país, y ahí el problema que tenemos cuando un político nos dice no al ajuste aplaudimos a rabiar. El tema es que ellos no harán el ajuste, lo haremos nosotros y nuestra familia. Pregúntele a un empresario del sector privado que le parece el gradualismo, y seguramente te responderá que esto fue un schock”.
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