INFOBAE – El dólar en la Argentina se desacopló de lo que ocurrió en el exterior: contra la tendencia global, cuando la divisa de EEUU recortó posiciones, a nivel local volvió a anotar precios récord.
En bancos y casas de cambio del microcentro porteño se operó con alza de 49 centavos, a $31,47 para la venta y $30,42 para la compra. Así escala 66,3% en 2018 y un 80,2% en 12 meses, desde los $17,46 del 24 de agosto de 2107.
La fortaleza del dólar se consolidó en los últimos meses por las preocupaciones a nivel global dada la escalada de la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Pero en la City porteña juegan otros factores, que aportan una volatilidad exagerada. La elevada inflación genera expectativas de un dólar más alto en el futuro. La demanda se incentiva debido a que la recesión de la economía siembra dudas sobre la capacidad del país para generar divisas por su desempeño comercial, mientras que del lado financiero el riesgo país en torno a 700 puntos básicos bloquea la posibilidad de emitir nueva deuda en el exterior.
En simultáneo, la caída de producción del agro en torno al 30% este año, por la sequía del verano y las inundaciones del otoño, deterioró la oferta de divisas, cuando ya pasó la etapa de mayor liquidación de exportaciones por la cosecha gruesa.
Según el INDEC, la actividad económica cayó en junio 6,7% en comparación al mismo mes de 2017, exhibiendo la mayor contracción en la gestión de Mauricio Macri. En el acumulado de los primeros seis meses de 2018, la actividad muestra una baja de 0,6 por ciento.
“Esta es la tercera caída consecutiva, confirmando el escenario recesivo de la economía argentina. Resta un mes más para ingresar oficialmente en recesión pues se formaliza tras dos bimestres negativos”, indicó un reporte de Research for Traders.
Para el economista Gustavo Ber, el movimiento alcista del dólar se produjo “a un ritmo bastante homogéneo en las últimas ruedas”, ya que “el proceso local de dolarización de carteras se ve aún más acentuado por la aceleración de la depreciación de las monedas emergentes, entre ellas el real brasileño”.
A la reciente devaluación del real, con importante incidencia en la Argentina por tratarse del principal socio comercial, se le suman cuestiones judiciales por casos de corrupción que involucran a encumbrados políticos y empresarios. Los “cuadernos” fungen como otra señal de alerta sobre la Argentina para los inversores internacionales.
El dólar mayorista se apreció 41 centavos, a $30,90, también un valor récord.
El monto operado fue magro, unos USD 414,5 millones en el segmento de contado (spot). En futuros se negociaron importantes USD 1.347,1 millones, más otros USD 44,3 millones en el Mercado Abierto Electrónico (MAE).
Los contratos futuros (en pesos, pero atados al tipo de cambio) para fin de mes cerraron a $30,85, mientras que para diciembre de 2018 se pactaron a 34,14 pesos.
Cambistas explicaron que hay una persistente cobertura en dólares por parte de inversores institucionales, a la vez que la intervención del BCRA en el mercado de futuros apenas moderaba la suba del tipo de cambio.
Gustavo Ber añadió que “el dólar mayorista continúa su reacomodamiento alcista ya que el proceso de dolarización sigue en marcha, dado que los inversores siguen privilegiando la cautela a la espera de un mejor panorama, aún cuando el ‘dollar-index’ y las monedas emergentes hoy se toman un respiro ante las más amigables señales de Powell”.
El peso argentino es la moneda que más se devalúa en 2018 detrás del bolívar venezolano, por encima de la lira turca
El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, aseguró que no se ve “un elevado riesgo de sobrecalentamiento” en la economía de Estados Unidos, pese al repunte de la inflación en los últimos meses, y que espera que el “fuerte” ritmo de crecimiento continúe.
Por eso, insistió en que el ritmo actual de progresiva suba de tasas de interés en EEUU es el “apropiado”. La Fed elevó el costo del dinero en dos ocasiones en lo que va de año, hasta el rango actual de entre el 1,75 y 2 por ciento. Los mercados anticipan que se lleven a cabo al menos una o dos alzas más antes de terminar 2018.
En el mercado doméstico registra una tendencia más marcada que la advertida en las tasas de cambio regionales y emergentes en general. El dólar llegó a negociarse en Brasil a 4,12 reales, su máximo desde enero de 2016; este viernes resta 0,9%, a 4,07 reales. En Rusia la divisa de EEUU recorta 1,2%, a 64,47 rublos. En Turquía el dólar caía 0,8%, a 6,03 liras, aunque mantenía una apreciación de 59% en poco menos de ocho meses de 2018.
“De cara al futuro, las perspectivas de la actividad no son buenas, más aún si consideramos las turbulencias cambiarias que reaparecieron en agosto”, puntualizó Ecolatina. Agregó que “la caída del PBI alcanzará, de mínima, el 1% en 2018. De esta manera, la maldición de los años pares volverá a atacar a la economía argentina, que no crece en un año no electoral desde 2010. Visto desde otra perspectiva, el PBI per cápita cerrará 2018 al menos 3% por debajo del nivel de 2015”.
“La confianza no se recupera sin estabilidad monetaria. Si la gente no confía en la moneda, no consume tanto, no pone sus ahorros en el banco, no invierte. La gente confía cuando hay estabilidad en la moneda. No es condición suficiente pero sí necesaria”, explicó a Reuters el economista Aldo Abram, director Ejecutivo de Libertad y Progreso.
En el mercado paralelo, el dólar “blue” se ofreció a 31,65 pesos, en un contexto de reducidos negocios.