VISIÓN LIBERAL – El dicho popular dice “el que avisa, no traiciona”. Tanto CFK como sus dirigentes, a ocho meses de las primarias, ya defienden un proyecto sin Poder Judicial independiente.
(Panam Post) La abogada Diana Conti no es un cuadro más dentro del kirchnerismo. Durante los 12 años de hegemonía K, además de ser una de las espadas más combativas de la Cámara de Diputados, la legisladora era la punta de lanza de los proyectos más polémicos y autoritarios. Cristina Fernández la utilizó siempre (con toda la predisposición de ella, claro) como el globo de ensayo de los proyectos más cuestionados.
Conti los sugería en sus discursos o en los medios de comunicación y se aguardaba por el resultado. Si “pasaba” sin gran escándalo, la opinión personal de la legisladora se convertía en un proyecto oficial. Si la sociedad mostraba resistencia, finalmente desde el Poder Ejecutivo se hacía mención a que todo es una “opinión personal” de la diputada, sin que represente necesariamente la posición del Gobierno.
La tristemente célebre “ley de medios” (ya enterrada por la justicia) fue un caso de proyecto que prosperó. La idea de la reforma constitucional para nuevos mandatos de CFK generó indignación general y marchas multitudinarias. Esa reacción ciudadana fue lo que garantizó que la expresidente no pueda presentarse a un nuevo mandato en 2015 y que Argentina siga teniendo la misma Constitución desde 1994 y no una Carta Magna al estilo chavista.
En coincidencia con declaraciones recientes de Kirchner, Diana Conti hizo referencia a la necesidad de un nuevo texto constitucional. “Deberíamos marchar hacia una Constitución que arraigue los valores de la nueva realidad argentina”, manifestó en declaraciones radiales. Según la tesis del kirchnerismo, la Constitución de Alberdi está desactualizada y no puede abarcar la realidad de hoy en día.
A la hora de los detalles del proyecto K, tanto Kirchner como Conti coinciden en apuntar a la independencia del Poder Judicial. En un acto político reciente, la exmandataria manifestó que tener hoy los tres poderes pensados como en la época de Montesquieu o Locke, era un sinsentido semejante a “quitarse una muela como en el Siglo XVII”.
Hoy Conti reafirmó esa idea y dijo que “los tres poderes tradicionales no están expresando en los hechos la voluntad popular”. En su opinión, las causas de corrupción que enfrenta Cristina en la justicia son producto de una politización de un poder que finalmente no sería independiente del poder político, por lo que propone pensar un Poder Judicial diferente. También reconoció que el proyecto tendría mucho más que ver con la Constitución fascista de Perón de 1949, que con el texto original alberdiano . Otra de las características de aquella Constitución, derogada por la Revolución Libertadora que derrocó al caudillo en 1955, es que la “inviolabilidad” de la propiedad privada deja de existir para dar lugar a la “función social” de la propiedad.
Lo que queda para el análisis es la interpretación de los motivos para semejantes declaraciones. Con Macri y una economía fallida, el sentido común indicaría que Kirchner y compañía deberían moderar al extremo el discurso para incrementar las posibilidades. Pero más allá de la estrategia que esté considerando el kirchnerismo, lo cierto es que el que avisa no traiciona.