PANAM POST | “Hay 147 países más libres que la Argentina”, manifestó Agustín Etchebarne en una discusión con dirigentes de Cambiemos.
Cambiamos, pero no tanto. Argentina abandonó la línea que tenía como eje político y moral al chavismo y al castrismo de la mano de Cristina Kirchner, pero el país no despega. En muchos aspectos, hay que ser honesto, está peor. El azote al sector privado y los privilegios del estatal sigue siendo la moneda corriente en Argentina, pero el daño que esto genera no es estático. A más recesión cada vez es más complicado generar empleo en el sector formal. La utilización de la deuda para financiar un gradualismo fallido es otra de las pesadas herencias que dejará el Gobierno 2015-2019, sea al mismo espacio político o para otro diferente.
Las opiniones difieren a la hora de analizar la mala gestión económica de Mauricio Macri. Para algunos, agradecidos de terminar con los sueños hegemónicos de Cristina, no se debe pedir más por ahora. Sin embargo, otras voces más críticas resaltan que se está ante un fracaso, y que es tan serio, que hasta la misma CFK podría volver el año próximo de la mano de un “voto vergüenza” que podría surgir en el cuarto oscuro y hoy no se percibe del todo en las encuestas.
Si hay algo para reconocerle al gobierno argentino es la positiva alineación internacional, que sí ha modificado considerablemente su rumbo en los últimos tres años. Pero también es cierto que las políticas domésticas podrían llegar a denominarse incluso como “antiliberales”. Lo paradójico es que, en varios sentidos, terminan siéndolo más liberticidas que varias iniciativas kirchneristas.
Esto se percibe no sólo en las grandes cuestiones que determinan el rumbo del país en general, sino también en las pequeñas cosas. Nuevas secretarías, dependencias, cargos públicos de nombres ridículos y toda una serie de iniciativas delirantes (mucho más en épocas de déficit). Sin dudas que la Ciudad de Buenos Aires ha sido el experimento más estatista del PRO. Sus inescrupulosos inspectores atormentando comerciantes, las regulaciones imposibles que se suman a las nacionales, los aumentos impositivos y los intentos de persecución a UBER son algunos de los ejemplos que resumen a la gestión de Rodríguez Larreta. Hoy por hoy, la gestión municipal macrista, denunciada de “neoliberal” por la izquierda y el kirchnerismo, desconoce hasta la propiedad privada de los consorcios y pretende interferir hasta en los asuntos privados de los vecinos en los edificios de la ciudad.
La última barbaridad de la gestión municipal ha sido la prohibición de los clásicos choripanes en las inmediaciones de los estadios de fútbol. Larreta ya había regulado a los “carritos” de la costanera (parrillitas al paso) obligándolos a trabajar con gas y no con carbón. Estas medidas indignaron al exlegislador porteño Carlos Maslatón, que no dudó de tildar a Larreta de “comunista”.
Libertad económica: del puesto 20 al 144, pero se volvió a caer al 148
Anoche, el director de Libertad y Progreso, Agustín Etchebarne participó de un debate televisivo donde discutió con dirigentes del oficialismo. Para el economista, el país está “peor que en 2001, de eso no hay duda”.
En la discusión con un senador de Cambiemos, Etchebarne consideró como insuficiente la mejora de 24 puntos en el nivel de calidad institucional, cuando durante el kirchnerismo se descendió 96 lugares. Con relación a la economía, el especialista criticó el rumbo del oficialismo y advirtió que ya hay un deceso, incluso dentro del período macrista:
“Argentina estaba en el número 20. Con el kirchnerismo caímos al 170, nos destruímos. Y ahora, con Macri, rebotamos al 144, nefasto, pero un poquito mejor. Pero lamentablemente el año pasado, como Macri le hizo caso a Massa y demás, volvimos a caer al puesto 148”, resaltó.
https://www.youtube.com/watch?v=yOBAR8J9PJ0
Luego del debate televisivo, el economista de Libertad y Progreso compartió una noticia en las redes sociales que parece darle la razón. Hitachi se fue del país luego de 60 años en Argentina. Para el economista, la empresa japonesa se cansó.
Un dato para tener en cuenta es que las operaciones de la compañía se trasladarán a Brasil, lo que no resulta una sorpresa dadas las políticas que se vienen aplicando en ambos países. Bolsonaro y Guedes ya dejaron en claro que piensan cumplir al pie de la letra con el programa que propusieron en campaña, lo que no puede ser indiferente para Argentina. O se cambia en serio, o el futuro será incluso mucho más complicado que hoy.