Por Pedro J. Toranzo.
A medida que la civilización humana va avanzando en el progreso; podemos observar que muchos riesgos ambientales van siendo mitigados. La raíz más profunda de este cambio, se debe primordialmente a un cambio cultural; que se refleja en como valoramos, cultural y económicamente al medio ambiente.
El ejemplo más claro de lo expresado arriba, se observa en que hoy con que la naturaleza ya no es más un lugar ‘salvaje’; sino mas bien algo necesario para el ser humano. Anteriormente, las ciudades se resguardaban con muros y cercos de lo ‘salvaje’; y hoy en día; la nueva planificación urbana pide a gritos, mas ‘espacios verdes’ dentro de los perímetros urbanizados.
Etimológicamente; los términos Economía y Ecología significan casi lo mismo. Mientras que Economía proviene del griego ‘oikos’-hogar- y ‘nomos’ –gestión, regulación-’; el término ‘Ecología’, primeramente utilizado por el alemán Ernst Haeckel en 1866; significa ‘oikos –hogar- y ‘logia’ –estudio de-. Consecuentemente, se puede apreciar una clara relación de cuna; desde el punto de vista del ‘oikos’, ya sea refiriéndose al ‘hogar humano’ o al ‘hogar’ como el ecosistema del cual dependemos. Asimismo, los términos ‘nomos’ y ‘logia’ tampoco son tan lejanos; puesto ambos se refieren a aspectos lógicos, regulación de acuerdo a patrones que cuidan el aspecto del ‘oikos’.
La definición de Economía ‘tradicional’; se enmarca de acuerdo al mercado de bienes y servicios; y como estos se relacionan desde el punto de un precio más bajo; ya sea en la producción y/o el consumo de los mismos. Este concepto de Economía; llevo lógicamente a descuidar el ‘oikos’; es decir los ecosistemas globales; dañando estos y luego impactando en los mercados con un efecto ‘boomerang’.
Estas ineficiencias económicas; con el tiempo se llamaron ‘externalidades de la economía’; es decir aquellas cuestiones –en este caso implicancias ambientales-, a las cuales la economía de mercado no le ponía precio; teniendo como consecuencia que este precio era pagado por terceros; o damnificados que quizás no fueron ni productores ni consumidores de los bienes y servicios que produjeron la contaminación –ejemplo clásico, un ciudadano que no tiene vehículo particular, y sin embargo es afectado por una enfermedad pulmonar producto de la contaminación aérea-.
Estos daños ambientales; comenzaron a afectar al ‘mercado tradicional’; provocando escasez de algún bien como ‘los niveles de ruido aceptable en una ciudad’, o de disminución de pesca comercial en algún ecosistema, o el desmejoramiento de la ‘calidad del aire’, o con la clausura de playas por ‘aguas contaminadas’.
Tarde o temprano; y citando al maestro Adam Smith, ‘la mano invisible del mercado’ actuó; y muchos aspectos ambientales del mercado que aun desconocemos; comenzaron a afectar en los precios de bienes y servicios.
Existen dos desafíos en cuanto a la relación de la ‘Economía Tradicional’ y la ‘Ecología’ como ciencia puramente, aislada de lo humano.
El primer desafío es que muchos de los daños ambientales no impactan en los mercados, sino después de años de la producción del mismo daño –cuestión temporal– y no menos importante, la –cuestión espacial-, que hace que muy amenudo el daño se produzca lejos del lugar donde se causo el perjuicio.
El segundo desafío, es que si comenzamos a regular la actividad económica en modo ‘cirugía mayor’; incorporando la correcta valuación económica de los ecosistemas; esto provocara el encarecimiento de muchos precios y una crisis que dejara a muchos actores fuera de los mercados.
El reconocimiento de que los ecosistemas brindan ‘servicios’ a la civilización humana; fue apreciado inicialmente, incluso por los sumerios; quienes prohibieron la tala de árboles; por los problemas ya visibles, y entonces no bien comprendidos; en la cuenca del Tigris-Éufrates. Platón mismo, también reconoció daños ambientales a causa de la desforestación; al igual que Von Humboldt; quien lo hiciera tan ilustrativamente a inicios de los 1800’; además, agregando temas como los daños de los monocultivos y la alteración total de cuerpos de agua a efectos de la irrigar cultivos.
En el año 2005, se publico el MEA o ‘Millenium Ecosystem Assessment’; un estudio en profundidad empujado por las Naciones Unidas. En dicho informe; se reconoció globalmente que los ecosistemas proveen de los siguientes servicios a la Economía Global:
- Servicios de Soporte (reciclaje de nutrientes, producción primaria, formación de suelos, provisión de hábitats y polinización)
- Servicios de Provisión (Alimentos, materia prima, recursos genéticos, agua, recursos medicinales, energía, recursos ornamentales, minerales biogénicos –cuarzo, diamantes, pirita, calcio, etc)
- Servicios de Regulación (regulación de especies, control de pestes y enfermedades, descomposición de desperdicios, captura de carbón y regulación de clima, purificación de aguas y aire).
- Servicios Culturales (Históricos, espirituales, recreacionales, terapéuticos y culturales).
Si queremos internalizar las antes llamadas ‘externalidades de la economía’; el máximo desafío de los mercados actuales, parece ser; precisamente la clara tendencia a la ‘universalización’ de las mismas. Hoy parecería que los mercados locales, tienden a desaparecer, siendo fagocitados por el mercado global. Ciertamente, para que exista un mercado global; deberá homogeneizarse totalmente la cultura humana; lo cual parece ser en contra de la misma naturaleza del hombre; tan diversa en etnias y culturas. Quizás en el futuro, más que un mercado global; se podrían crear mercados supeditados a eco-regiones; que respondan más o menos a las mismas condiciones ecosistémicos y culturales.
Hay algo claro en el ecosistema global; que provee servicios a todos los mercados, ya sean locales como al global; esto es la realidad de la ‘conectividad’ de los factores ecosistémicos; Esta conectividad se ve claramente por el flujo de fluidos como el agua y el aire; que no conocen límites ni limitaciones; al moverse de un lugar a otro del planeta.
Hoy, las universidades ya enseñan materias como ‘Economía Ambiental’ y también ‘Economía de los Recursos Naturales’. En el primer caso, se profundiza el tema de los precios que debería tener la contaminación; y en el segundo, se estudia cual es la tasa más eficiente para el consumo de los recursos naturales.
Como ejemplos, de los cuales podemos aprender de algunas estrategias económicas donde se pudo disminuir el daño ambiental, así como mejorar la eficiencia en el uso de los servicios ecosistémicos; se puede enumerar:
Regulación de pesca: Un estudio comparo las estrategias de USA y Canadá con respecto a la pesca en el mar. USA adopto un sistema de ‘control’ en cuanto al tamaño de la pesca, zonificación de pesca y esfuerzo de pesca; mientras que Canadá; creo un sistema de cuotas de pesca transferibles; que representaron la realidad del recurso y del mercado de consumo. El resultado de la implementación de ambas estrategias, demostró que el esquema canadiense mantuvo e incluso aumento el ‘stock’ de pesca y la ganancia; mientras que paso todo lo contrario en su país vecino.
Regulación del transporte: Singapur, una nación con alto poder adquisitivo, pero con un territorio pequeñísimo; desarrollo la mejor política de transporte posible, para evitar problemas ambientales. Como resultado, Singapur, hoy en día no tiene problemas de transito, ni bocinazos, ni grados de polución aérea significativa. Entre sus soluciones implementó un sistema de limitación de vehículos nuevos a registrarse por anualmente; haciendo que dicha registración sea más cara que el mismo vehículo y un sistema de transferencia de dichos derechos a registración; es decir creando un mercado eficiente de licencias de propiedad automotor. También estableció distintos precios para los estacionamientos, de acuerdo a zonas y horarios; lo mismo aplico para los peajes. Asimismo, un gran porcentaje de los fondos recaudados por el gobierno con estos sistemas, se invirtió en transporte público; es decir transformando un problema en un beneficio para los ciudadanos.
Regulación de uso de la tierra: En Tailandia, en la villa de Tha Po, en un estudio económico realizado por dos economistas; se demostró que la remoción de 550 Ha de manglar con el objetivo de criar langostinos; produce más daño que ganancia puesto que los manglares son aéreas de reproducción de muchos otros peces; y que la eliminación de los mismos; afecta a la pesca comercial local; además, de quitar el beneficio económico de los manglares en relación de control de inundaciones y erosión del suelo; por lo tanto afectando agricultura y desarrollos inmobiliarios también.
En pocas palabras; los mercados siempre son flexibles y tienden a buscar eficiencias; dentro de estas eficiencias; hoy la tendencia es el incorporar eficiencias ambientales.