Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
IPROFESIONAL – El dólar volvió a estar en boca de todos. Y otra vez los economistas volvieron a desfilar en masa por los medios de comunicación para tratar de interpretar el momento delicado del mercado financiero.
El miércoles llegó a superar los $45 a la venta en algunos bancos privados de la City, escalando sólo en la jornada casi 3%, para acumular en todo marzo un 12% de suba. Esto llevó al Banco Central a subir la tasa de interés de referencia al 67,76% de las Letras de Liquidez (Leliq).
Hubo de todo: desde quienes asignaron la “culpa” enteramente a la volatilidad internacional hasta quienes creen que es el final del plan Sandleris.
Uno de los más duros fue Ricardo Arriazu, uno de los más escuchados en la City. “En el FMI son talibanes flotadores que no entienden que Argentina piensa en dólares”, sentenció Arriazu, que además calificó de “diabólico” el programa del Fondo Monetario Internacional.
Al analizar el esquema de flotación con intervención limitada del Banco Central sobre el mercado cambiario acordado con el FMI, insistió que es “mediocre y peligroso” porque desconoce la economía argentina. Así se refirió, sin nombrarlo, a Roberto Cardarelli, responsable de la relación con nuestro país.
Y consideró que el gobierno de Mauricio Macri debe conseguir que el Fondo le permita usar todas las reservas de las que dispone, y no sólo un límite de u$s60 millones diarios, para frenar al dólar a partir del 15 de abril.
Si logra este amplio poder de fuego, el economista considera que el Presidente tendrá chances de dar “vuelta las elecciones” porque detendrá la incertidumbre y el traslado a precios del incremento de la divisa.
“¿Para qué tengo las reservas? De adorno, ¿para qué el swap con China?, De adorno”, ironizó Arriazu, sobre la imposibilidad de intervención que tiene hoy el Banco Central.
Por ende, opinó que “es una locura” sostener la volatilidad del sistema cambiario en base a regular y subir la tasa de interés. “No es el instrumento adecuado para equilibrar los vaivenes del dólar; el instrumento es intervenir y romperle la cabeza al especulador. Hay plata para hacerlo, pero no lo hacen porque el Fondo no deja”, concluyó en una charla que brindó en el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF) de Córdoba.
En base a las limitaciones que tiene el Banco Central para intervenir tras el acuerdo con el Fondo Monetario, Gabriel Caamaño Gómez, economista de la consultora Ledesma, agregó: “Ahora lidiamos con las consecuencias y con un gobierno que intenta administrar esa derrota con varias restricciones”.
Para Arriazu, la intención del Gobierno era “comprar futuro”, pero con las tasas de interés al 67% “ya no se puede hacer porque cuando la gente ve que la tasa sube, piensa: ‘están desesperados’. La volatilidad asusta y se compran dólares”.
De igual manera consideró el economista Aldo Pignanelli, que advirtió que la divisa estadounidense “con este modelo no tiene techo”, y aseveró que “la incertidumbre por errores del Gobierno” está en el corazón de la nueva corrida cambiaria.
Cabe recordar que el citado ex presidente del Banco Central, había dicho en diciembre pasado que el que compra dólares hoy, “va a estar más tranquilo en marzo” porque “este modelo económico ya se cayó”.
¿Factores locales o mundiales?
Este miércoles el presidente Mauricio Macri se refirió a la suba del tipo de cambio como un efecto global: “Nadie la tiene fácil en el mundo. Hoy el dólar sube lo mismo en Brasil, en Turquía… Hay cosas que tienen que ver con el mundo y hoy nosotros tenemos una política monetaria seria, equilibrada”.
Este único argumento oficial respecto a la causa del “golpe” que está sufriendo la plaza doméstica fue rechazado de plano por el economista Rodolfo Santangelo, debido a que sostuvo directamente a que se trata de un “problema macroeconómico local”.
“Hubo un 50% de herencia recibida, 45% de mala praxis y un 5% de mala suerte”, detalló a LN+.
Asimismo, Santángelo completó que el programa de emergencia acordado por el Fondo Monetario es “muy duro” porque vino a corregir los desbalances heredados y no corregidos.
En este sentido, acotó que “la economía argentina no se va a recuperar -con la única excepción del sector agrícola-. Estamos en una recesión brava, con contracción económica que empieza a parecerse a la de 2009, cuando en serio hubo una crisis en el mundo y cuando hubo un conflicto en el sector agrícola parecido al del año pasado”.
Al mismo tiempo, Santangelo dijo que se resiste a creer que esta crisis se deba a una incertidumbre política.
Claro está, más allá de la clara responsabilidad de la mala praxis local y de la herencia recibida, el factor internacional ayuda a precipitar una mayor volatilidad local.
“El dólar en Brasil casi toca 4 reales. Hay mucho escepticismo en la figura de Bolsonaro, que lejos de construir consensos pelea con enemigos y puertas adentro empiezan a haber grietas. Todo en medio de caída de mercados globales”, grafica Gustavo Neffa de Research For Traders.
Impactos en la economía
Más allá del gran incremento del tipo cambiario de los últimos días, la preocupación de los analistas se traslada al impacto que puede traer aparejado en otras variables de la economía y que se refleja en la vida diaria de los argentinos.
“El movimiento del tipo de cambio impacta en la economía real (…) y el primer impacto es sobre los precios” en momentos de una muy alta inflación, dijo Rodrigo Álvarez, economista de la consultora Analytica.
Por el lado de las tasas de interés, que el Banco Central subió hasta casi el 68%, Martín Vauthier, economista de la consultora Eco Go, analizó: “En un cierre de mes donde aumenta la demanda de liquidez de los bancos y con una tasa de letras (‘Leliq’) que ya es prácticamente endógena al objetivo de intentar evitar un nuevo evento cambiario, el Banco Central convalidó una suba de tasas para acotar la -esperada- expansión monetaria en la jornada”.
En esa línea, Ramiro Castiñeira, analista de Econométrica, acotó que “hacer lo mismo conduce a los mismos resultados. El BCRA emite los pesos que luego le corren contra las reservas. Las leliqs son parte del problema, principal factor de creación de dinero”.
Por ende, concluyó: “Es la historia Argentina: emitir, devaluar y llorar la inflación en un ciclo de 75 años”.
En tanto, el economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Iván Cachanosky, consideró que el Gobierno “intenta aguantar hasta la cosecha el ingreso de divisas, pero hay que ver si podrá hacerlo”.-