Europa sin rumbo

Foto de Ian Vasquez

Ha publicado artículos en diarios de Estados Unidos y de América Latina y ha aparecido en las cadenas televisivas.

Es miembro de la Mont Pèlerin Society y del Council on Foreign Relations.

Recibió su BA en Northwestern University y su Maestría en la Escuela de Estudios Internacionales de Johns Hopkins University.

Trabajó en asuntos interamericanos en el Center for Strategic and International Studies y en Caribbean/Latin American Action.

EL COMERCIO – Después de las elecciones europeas de este fin de semana, ¿hay más o menos incertidumbre con respecto al rumbo del continente?

A primera vista, pareciera que hay más. Los partidos de centroderecha y centroizquierda que tradicionalmente han manejado el Parlamento Europeo perdieron su mayoría por primera vez. Ganaron terreno partidos populistas de derecha, críticos de la Unión Europea (UE), así como partidos de izquierda, como los verdes, que son proeuropeos. Europa está polarizada y los partidos centristas tendrán que buscar cómo existir en alianza con esos últimos partidos.

Un hecho llamativo es que la participación de los votantes fue alta (51%) y que, por primera vez desde que empezaron las elecciones europeas en 1979, se revirtió la tendencia anual al declive. Los europeos, que por tantos años han tomado al Parlamento Europeo por sentado, han empezado a prestarle una renovada atención.

El debilitamiento del centro, así como el mismo ‘brexit’, muestra el descontento que existe en una porción significativa de europeos con el statu quo y el manejo de la UE. De hecho, el Partido Brexit del Reino Unido arrasó con el 30,5% de la votación para ser representado en una institución europea de la que irónicamente se quiere retirar. La recesión o estancamiento económico en países importantes de la UE, el alto y crónico desempleo, la creciente y elevada deuda pública, y el manejo caótico y descoordinado de la crisis migratoria, entre otros temas, han contribuido al “déficit democrático” que sufre Europa y que anima la polarización.

Las elecciones europeas pueden llegar a tener un impacto mayor a nivel nacional que a nivel continental, según el analista Charles Grant. El pobre resultado del Partido Socialdemócrata de Alemania, por ejemplo, podría minar la coalición de la canciller Angela Merkel poniendo fin a su gobierno, mientras que el partido nacionalista de Matteo Salvini en Italia se fortaleció y podría, tras unas elecciones generales, llegar a gobernar el país por cuenta propia. El hecho de que el partido nacionalista de Marine Le Pen obtuviera la votación más alta de Francia significa que la fuerza política del populismo no ha disminuido frente al gobierno del reformista Emmanuel Macron.

A pesar de que los partidos populistas de derecha aumentaron su representación en el Parlamento Europeo del 20% al 25%, no llegaron a ser la oleada que muchos temían. Los partidos proeuropeos siguen teniendo la mayoría por lejos. Podría ser que la elección represente un punto de inflexión con respecto al populismo de derecha. Es notable, por ejemplo, que ningún partido de derecha en el continente proponga retirarse de la UE. Son críticos, pero en la Europa pos-‘brexit’ los demás europeos parecen no querer vivir en el desorden e incertidumbre al que se están sometiendo los británicos.

Los partidos del centro no han ignorado del todo la ansiedad de sus electorados. Respecto a la inmigración, que hace unos años fue la preocupación número uno de la mayoría de los europeos, la han llegado a restringir notablemente. De esa manera, el centro ha incorporado parte de la agenda de derecha, quitándole fuerza. Según el politólogo Eric Kauffmann, fue durante la ola migratoria de hace unos años cuando el populismo llegó a su auge máximo. El hecho de que el centro haya ajustado su agenda también explica que parte de su base ha decidido votar por la izquierda en su lugar.

Puede ser que el auge populista en Europa se esté conteniendo y que la política europea se esté ajustando a tal punto que llegue a ser algo más estable. Quizás. Pero nada de eso asegura que los partidos proeuropeos sabrán dar respuesta a los problemas de fondo que siguen abatiendo el continente. El rumbo incierto de Europa perdurará buen rato.

Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 28 de mayo de 2019.

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