Ha publicado artículos en diarios de Estados Unidos y de América Latina y ha aparecido en las cadenas televisivas.
Es miembro de la Mont Pèlerin Society y del Council on Foreign Relations.
Recibió su BA en Northwestern University y su Maestría en la Escuela de Estudios Internacionales de Johns Hopkins University.
Trabajó en asuntos interamericanos en el Center for Strategic and International Studies y en Caribbean/Latin American Action.
CATO – Líderes populistas en países tan disímiles como Turquía y EE.UU. están debilitando la credibilidad de los bancos centrales. Así lo afirma Raghuram Rajan, el exgobernador del Banco Central de la India, en un ensayo reciente donde observa cómo este fenómeno está afectando a un sinnúmero de naciones donde ha caído el potencial para bien de la política monetaria.
Rajan no es cualquier académico. Fue economista en jefe del Fondo Monetario Internacional y años antes de la crisis financiera internacional dio un famoso discurso en el que advirtió que los incentivos y los riesgos en el sistema financiero eran tales que podrían acabar en lo peor. Al principio lo criticaron, pero terminó teniendo la razón.
Ahora, los bancos centrales representan otro problema para las economías del mundo, según Rajan. La política monetaria alrededor del mundo empezó a mejorar en los años ochenta y con eso la idea de que los bancos centrales deberían ser independientes del sistema político. Esa independencia se puso cada vez más en práctica y los políticos, que apreciaron la estabilidad monetaria, respetaron ese arreglo institucional.
Desde la crisis financiera internacional, sin embargo, y con la llegada de populistas al poder, ese arreglo se respeta cada vez menos y los límites de la política monetaria se están haciendo más evidentes. Según Rajan, una serie de factores están llevando a esta situación.
Primero, la crisis financiera del 2008 mostró que, en lo monetario y financiero, los bancos centrales fallaron enormemente. Aun así, por su respuesta extraordinaria a la crisis, se ha dado una impresión de que esas instituciones tienen la habilidad de no solo salvar las economías, sino también de hacerlas marchar bien. Pero el hecho de que no logran sus metas básicas de inflaciónmuestra que los banqueros centrales no son todopoderosos. Según Rajan, “Cuando el público cree que los hacedores de política monetaria tienen superpoderes, los políticos se preguntan por qué esos poderes no se utilizan para cumplir sus mandatos”.
Los populistas ponen presión a los bancos centrales de varias maneras. Primero, los critican por no implementar la política que ellos desean, como ha hecho el presidente Donald Trump. A la hora de tomar decisiones, es razonable que el público y los mercados se pregunten cuán independientes fueron. El banco central de EE.UU. recientemente rebajó la tasa de interés. ¿Lo hizo por decisión propia o por presión de Trump?
La política de los bancos centrales tiene que tomar en cuenta la tasa de crecimiento económico. Pero si las políticas populistas son tales que ponen en peligro el crecimiento, entonces el banco central esta jugando el papel de rescatar, hasta donde puede, a los populistas de sus propios errores y alentar ese tipo de riesgo. Los mismos populistas, según Rajan, pueden creer que los bancos centrales pueden hacer más para corregir los errores de sus gobiernos de lo que realmente es el caso.
Los aranceles que Trump ha impuesto, por ejemplo, afectan negativamente a la economía estadounidense. Ayer, China respondió al bajar su tipo de cambio en lo que puede degenerar en una guerra comercial feroz. Habrá más presión sobre la Reserva Federal, por lo tanto, para rebajar intereses en EE.UU.
No menciona Rajan que, en realidad, este es un viejo problema que el populismo ha empeorado. El hecho de que los banqueros centrales son tan difíciles de entender y requieran mucha interpretación significa que a menudo no queda claro qué reglas están siguiendo.
La verdad es que los bancos centrales no tienen el poder de aumentar el crecimiento, bajar los intereses o reducir el desempleo de manera permanente. Existen límites a su poder y en cuanto todos entendamos eso, mejor. Si no, dice Rajan, una inestabilidad financiera mayor bien podría ser el precio que paguemos.
Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 6 de agosto de 2019.