PÁGINA 12 – Manuel Solanet, Nadín Argañaraz y Fausto Spotorno reclaman la búsqueda de consensos entre el oficilismo y el Frente de Todos.
La incertidumbre se extiende como una mancha venenosa y los pases de factura comienzan a socavar la calma económica y la gobernabilidad. Tras la visita exploratoria de la misión del Fondo Monetario para tantear el terreno político que dejaron las PASO, economistas ortodoxos consultados por Página/12 analizaron la posibilidad de una transición ordenada hacia un próximo gobierno. Si bien existen fundamentos técnicos para que el FMI realice el desembolso de un nuevo tramo del préstamo –el macrismo cumplió con el ajustazo prometido—, los economistas reconocieron que hay cuestiones de política nacional y hasta internacional que podrían dar una sorpresa. La coincidencia, sin importar el signo ideológico de los consultados, es que al organismo multilateral le interesa una transición tranquila, ya sea para asegurarse el cobro como para morigerar el impacto mediático de un nuevo fracaso al aplicar el mismo recetario de medidas de ajuste de siempre en la Argentina.
“Es una situación extraña. En el mercado hay una presunción de cambio y lo que se necesita es que sea lo menos traumático posible. El Gobierno tiene que trabajar en los planes fiscales y monetarios, pero el papel importante lo tienen los que vienen, porque la gente ya espera un cambio, más allá de que haya alguna posibilidad de revertirse”, dijo a este diario Manuel Solanet, director de Políticas Públicas de Libertad y Progreso. “En los mercados están trabajando como si fuera a convalidarse el traspaso. Es por eso que se espera una actitud más cauta de la oposición y que el Gobierno mantenga un diálogo con los otros espacios aunque eso signifique dejar de lado cuestiones electorales para pensar en el futuro de la población”, agregó Solanet.
El titular del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, y el jefe de la misión del organismo, Roberto Cardarelli, se reunieron este lunes con funcionarios del Gobierno y con el candidato presidencial Alberto Fernández y su equipo. La respuesta del Frente de Todos, el espacio más votado en las primarias, que recibieron los burócratas fue contundente: el Gobierno y el FMI son corresponsables de la actual crisis económica. Para Solanet hubo una sobreactuación en esa postura y consideró que Fernández debería seguir moviéndose con prudencia “como lo venía haciendo”.
El director el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadín Argañaraz, sostuvo que, desde lo técnico, el próximo desembolso del Fondo no debería peligrar. “El FMI tiene que hacer la revisión de las cuentas del segundo trimestre del año, donde hubo un superávit primario de 0,1 por ciento del PBI. No debería haber inconveniente”, señaló el especialista en temas fiscales. “Pero seguramente el Fondo también va a discutir ideas y proyecciones para el cierre del año”, advirtió. Según recordó, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, presentó el martes de la semana pasada una proyección fiscal con un déficit de medio punto. “Desde mi punto de vista seguramente el Fondo va a discutir el contenido y el detalle de esta nueva proyección y, a partir de eso, tomará alguna decisión”, sentenció Argañaraz.
Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos que dirige Orlando Ferreres, agregó la variable geopolítica al análisis. “Esta es una situación incómoda para todos, sin contar con el hecho de que Argentina tuvo en el último tiempo un apoyo global gracias a la cercanía con Estados Unidos. Uno puede sentarse a discutir con el FMI, pero ya no vas a tener el tratamiento VIP que te ofreció, como premio, Estados Unidos”, explicó Spotorno. El economista remarcó que el acercamiento con el Fondo no puede desconocer estas cuestiones geopolíticas. Coincide en que en el aspecto técnico –el resultado del ajuste comprometido- no habría inconvenientes para un nuevo desembolso del Fondo. “Ahora el lío es más político que otra cosa. Ellos se preguntan ¿quién va a pagarme todo esto? Y el FMI está interesado y va a empujar a una transición ordenada. Tiene cuestiones más políticas y un montón de niveles de interés para que el traspaso se hago con relativo éxito”, concluyó el especialista.