ÁMBITO FINANCIERO – Jorge Herrera
La corrida contra las reservas no dejaba mucho margen al Gobierno que sólo aspira a llegar al 27-O en calma. Sin embargo, la reacción oficial no parece ser demasiado acertada. Hay mucha confusión.
Las primeras lecturas entre economistas, analistas y gestores no eran muy alentadoras. Obnubilados por la niebla de este confuso anuncio, el gran temor del mercado es que, a contramano de lo que debía procurarse, se detone una corrida financiera. Sí va en línea con el objetivo de parar, o por lo menos desacelerar, la corrida cambiaria. Ahora está claro que las reservas disponibles del BCRA son para defender el valor del peso y no para pagar deuda. En ese sentido el director de la Fundación L&P, Aldo Abram, valora esto calificándolo como “lo único bueno del anuncio” y que “se acaba el debate político para qué son las reservas”. “El resto es confuso y el riesgo son las Leliq porque pueden generar una corrida bancaria. Para que eso no ocurra el BCRA debe ganar la pulseada contra el dólar”, señala Abram.
Como señaló en varias oportunidades del presidente Macri, hay que llegar a la otra orilla, y eso es el 27 de octubre. Después veremos. Pero dada la historia hoy el temor es que se acelere la salida de depósitos como así también los rescates sobre los fondos comunes de inversión, por lo menos hasta que se aclare el panorama. “Pocas reservas, mucha demanda de dólares, caída de valor de cuotapartes, acelera la salida”, explicaba un exdirector del BCRA quién a la vez advertía los potenciales problemas por las Letes en manos de provincias, municipios, sindicatos, iglesias etc. que entran como inversores institucionales. Un gestor se lamentaba por la decisión anunciada ya que consideraba mejor aceptar el pago de impuestos con Letes y Bonar 20, con quitas, en lugar de defaultear a 3 meses diciendo que ahí van a pagar. Al recordar las esquirlas del 2001, seguramente la Comisión Nacional de Valores (CNV) tendrá que tomar cartas en el asunto y aclarar rápidamente cómo serán los rescates en los fondos comunes de money market (los que invierten en plazo fijo y Letras del Tesoro principalmente) y cómo será el tratamiento entre personas físicas y jurídicas. Todo esto trae tristes recuerdos del 2001.
¿Cómo tomarán los anuncios los mercados? Ni ellos lo saben. El Gobierno optó por sentarse en las reservas del BCRA y aguardar como en “El Álamo” el asalto final. Ayer el termómetro del mercado fueron las tasas implícitas de las Letes en el mercado secundario del 140%. Estaban de remate. Algo el mercado sospechaba. ¿Inside Information? Puede ser. Lo cierto es que el mercado, ante la escasez de la oferta de dólares, le envió un mensaje tanto al oficialismo como a la oposición: no estamos dispuestos a refinanciar los vencimientos de Letes. Ven un Gobierno que se va y al que parece que viene le están diciendo que no bastan declaraciones amigables de voluntarismo de pago de la deuda. Por el momento, Macri empezó a “defaultear” para beneplácito de los Fernández.