Editorial
(Xinhua) — La reestructuración de la deuda soberana de Argentina mediante la extensión de los plazos de pago, sin alterar capital e intereses, muestra el fracaso de la política económica oficial, afirmó hoy la experta Natalia Motyl.
En una entrevista con Xinhua, la analista de la Fundación Libertad y Progreso (FLyP) dijo que “Argentina está entrando directo al default (cesación de pagos) sin ninguna posibilidad de escapatoria. El Gobierno le está diciendo al mundo que no puede hacerse cargo de la deuda”.
“El Gobierno heredó al asumir en diciembre de 2015 un enorme problema, el déficit fiscal. Para poder bajarlo debía achicar el gasto público, pero en cambio escogió una política ‘gradualista’ y tomar un caudal de deuda para sostenerlo. Estamos igual que hace cuatro años pero ahora al borde del default”, advirtió Motyl.
El miércoles, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, informó de cuatro medidas para dar “alivio financiero” al sistema, que constan fundamentalmente de extender los términos para el pago de la deuda de corto plazo, sin alterar capital e intereses.
La primera medida es extender los vencimientos de la deuda de corto plazo de las Letras en dólares y pesos en manos de inversores institucionales, que constituyen el 10 por ciento de los tenedores. El otro 90 por ciento, los ciudadanos comunes no se verán afectados.
En segundo lugar, el Poder Ejecutivo elevará al Congreso un proyecto de ley “que provea las herramientas necesarias para promover una extensión voluntaria de los plazos de la deuda, sin quita de capital ni intereses”.
Además, se prevé iniciar un proceso para extender los plazos de los bonos bajo legislación extranjera y, finalmente, se iniciará un diálogo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para “reperfilar” los vencimientos de la deuda que el país tiene con el organismo multilateral.
“Es una pésima decisión, una declaración pública del fracaso del modelo de endeudamiento para sostener un elevado nivel de gasto público. Se refinancian las Letras en poder de los fondos comunes de inversión, de los seguros y de los bancos. El ahorro estimado es de 8.000 millones de los 13.500 millones de dólares que vencían”, observó la experta.
La economista estimó que “por lo tanto quedan 5.500 millones de dólares, que es lo que va a desembolsar el FMI en el marco del préstamo stand-by acordado. Lo que está diciendo el Gobierno es que no puede sostener la deuda que tomó para quemar todas las reservas internacionales del Banco Central intentando sostener el tipo de cambio, la paridad del peso ante el dólar”.
Motyl lamentó que Argentina “es ante los ojos de los inversionistas extranjeros un país en el que no se puede confiar, ni siquiera con un Gobierno más ‘friendly market’. El mayor temor que tenían los inversores sobre un regreso del kirchnerismo (Gobierno entre 2003 y 2015) lo terminó adelantando el oficialismo”.
“Estas medidas que supuestamente intentan controlar el tipo de cambio terminarán por dispararlo aún más. Vamos a ver una destrucción de los mercados locales fenomenal. El riesgo país nuevamente va a subir. En momentos en que mayor tranquilidad se debía dar a los mercados, más temor se les da”, observó la experta.
Según Lacunza, las medidas anunciadas buscan disipar las dudas sobre los compromisos financieros del país, en medio de un nuevo escenario de tensión e incertidumbre entre inversionistas, que llevaron nuevamente al alza del dólar y a la suba del índice riesgo país por encima de los 2.100 puntos básicos este miércoles.
Para Motyl, tras las medidas “muy difícilmente un inversor vuelva a apostar en nuestro país por mucho tiempo. Definitivamente, luego de esto, le dimos a entender al mundo que no somos de fiar, que en nuestro país no hay que apostar. El oficialismo terminará su mandato en diciembre con esta lamentable imagen”.
“Las medidas de hoy son una declaración pública de que el nivel de deuda que el Gobierno tomó no lo puede sostener. Es un golpe fuerte a las instituciones y a la confianza y lo único que va a provocar es mayor volatilidad”, alertó.
Además, estimó que tras una “nueva escalada del dólar que el país va a sufrir, la inflación se va a acelerar fenomenalmente”.
Lacunza subrayó que Argentina “no tiene un problema de solvencia sobre la capacidad de pago de deuda”, aunque reconoció que enfrenta “un escenario económico y financiero complejo”, con un dólar y una tasa de inflación “demasiado elevados”.
El país enfrenta una nueva volatilidad cambiaria sumada a la incertidumbre en el ámbito financiero, agudizadas desde el pasado 11 de agosto, cuando se dio a conocer el resultado de las elecciones primarias, que demostró una ventaja considerable para la oposición de cara a los comicios presidenciales del 27 de octubre.
En la semana siguiente a dicha jornada electoral, el dólar escaló más de 20 por ciento y el mercado de valores doméstico llegó a hundirse cerca del 40 por ciento, mientras que también cayeron las acciones de compañías argentinas en Wall Street.