Editorial
VISIÓN LIBERAL – Nuestro país podría ser el paciente cero de una gran enfermedad que podría afectar a toda Latinoamérica, sobre todo a los países integrantes del Mercosur. La crisis en la Argentina podría disparar lo que en la jerga económica se conoce como “contagio financiero internacional”. Es un escenario en el que el malestar económico de un país termina afectando a otros países, que estaban “sanos”.
Esto contagio se genera debido a:
1- El tamaño de la economía: si es una economía pequeña- de dimensiones reducidas en relación a la población y el PBI, con recursos naturales limitados y un grado de apertura comercial poco abierto y diversificado- entonces es más vulnerable de recibir shocks exógenos. A raíz de las características mencionadas anteriormente, estas economías sufren de problemas de competitividad y economías de escala. La mayoría de los países latinoamericanos llegan a ser competitivos utilizando tipo de cambios diferenciales, pero no porque sus sectores locales generen productos que sean competitivos en el resto del mundo.
2- El grado de integración y dependencia con el país “cero”: los bloques comerciales tienen muchas ventajas como ampliación del mercado, integración económica, bajas de aranceles, poder de negociación con otros bloques, etc; pero también genera mucha dependencia entre los países miembros. Dada la configuración de los países miembros del MERCOSUR los mismos se encuentran muy interconectados unos con otros, pudiendo gestarse una especie de “efecto dominó” entre ellos.
LOS PROBLEMAS QUE PUEDEN TENER SON:
1- Desequilibrios en la balanza comercial – a lo que comúnmente nos referimos crisis de balanza de pagos- que provoquen una contracción de la entrada de divisas al país debido a la crisis de otro país que tenía una relación comercial, este vio reducido ingreso. O sea que, ante una Argentina con una fuerte recesión, el ingreso de este país cae y le compra menos al resto del mundo. Si los países del bloque, como Uruguay, Brasil, Paraguay, tienen a nuestro país como uno de sus principales compradores entonces indirectamente se verá afectados por una crisis interna. Además, ante una devaluación nacional se puede disparar una serie de devaluaciones en el resto de la región. A lo que se conoce como proceso de “devaluaciones competitivas”.
Si Argentina devalúa se vuelve más competitiva -nos volvemos baratos- el resto de la región también tendrá que devaluar para poder competir en el mercado mundial ya sea para que le compren bienes/servicios o, sencillamente, para atraer turistas. Basta con salir a la calle y ver la cantidad de turistas de países limítrofes que llegan a nuestro país de visita.
2- Salida de capitales. Es a lo que más le temen todos los países de la región. Si un país entre en default es probable que los inversores huyan a países más seguros. Es más, si los países que están involucrados, como el caso de Brasil, necesitan de financiamiento en el exterior y, por ejemplo, la Argentina entra en crisis tendrán dificultades de volver a financiarse ya que el costo de pedir prestado crecerá. Muy probablemente si la Argentina entra en default, el resto de la región también sentirá el impacto. No es nada marginal esta suposición ya que de entrar en un panorama así, toda LATAM tendrá problemas de solvencia.
Otro dato a tener en cuenta es que el Fondo Monetario Internacional siempre fue una entidad que sale al rescate de los países que podrían verse afectados por un tentativo efecto contagio. Sin embargo, este caso podría ser diferente porque más de la mitad de la cartera de la entidad es argentina, entonces no es una figura fuerte precisamente en estos momentos para salir al rescate de LATAM. En estos momentos sólo queda esperar cómo evolucionan las variables en la Argentina y esperar que el resto de los países vecinos estén atentos a cada nueva señal.