No hubo milagro, hubo reformas estructurales

Foto Ivan Cachanosky
Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

DRIAO EL LITORAL- CORRIENTES – Luego de la visita de Alberto Fernández a Portugal hace pocas semanas, mucho se ha hablado del “milagro portugués” para salir de una crisis. Sin embargo, lo cierto es que, si uno se da un baño de números del país europeo se observará que hubo mucho sacrificio y esfuerzo y que no hubo ni existieron fórmulas mágicas para salir de una crisis rápidamente y sin costo.
En el 2010, Portugal alcanzaba un nivel de déficit fiscal que superaba levemente el 11% del PBI. Para ese momento, el nivel del gasto público llegaba casi al 52% del PBI y había un desempleo en torno al 11%. Por otro lado, el déficit en cuenta corriente se ubicaba en el 10% del PBI y la deuda bruta era del 90,5% del PBI. Lo único que no evidenciaba un problema era la inflación, en el nivel del 1,4% interanual. ¿Cuánto tiempo le llevo a Portugal eliminar el déficit fiscal?Salir de la crisis económica
En realidad, no logró eliminarlo, pero en la actualidad se encuentra un déficit en torno al 0,5% del PBI, por lo que el trabajo realizado es interesante ya que prácticamente alcanza un déficit 0%. Sin embargo, el camino al déficit cero y al crecimiento no fue todo color de rosa. Portugal estuvo en recesión por tres años (2011-2013) con una economía que caía y recién en el 2014 volvió a mostrar signos de crecimiento que continúan hasta estos días, a tasas moderadas, pero siempre creciendo.
En términos de desempleo, los primeros años también fueron duros, ya que el desempleo pasó de casi 11% en el 2010 hasta un nivel de 16% en el 2013 para luego ir descendiendo a un 8,8% en la actualidad. La balanza comercial también se logró sanear. Ya en el 2013 había superávit en la balanza de pagos (1,6% del PBI), aunque mermó hasta el 0,1% en el 2015 para luego volver a recuperarse a un nivel de aproximadamente 0,45% en la actualidad. ¿Cómo fue que Portugal logró reducir el déficit y volver a crecer?
Dentro de las medidas tomadas, se destaca el incremento de la deuda, pero acompañada de una reducción del gasto público. Esto es muy distinto a la deuda tomada por Argentina, donde lo que sucedió es que se colocó deuda para continuar financiando un gasto público elevado. De esta manera, Portugal incrementó su deuda bruta desde el 90,5% del PBI en 2010 hasta el 130,5% del PBI en 2014. Luego fue bajando lentamente hasta el 124% del PBI; es decir, aun en niveles por encima del 2010 pero con una clara tendencia a la baja. De esta manera, Portugal logró bajar un gasto público que en el 2010 era del 52% del PBI a un nivel de aproximadamente 45%. ¿Qué implicó esta reducción en el gasto público?
El empleo público se redujo en aproximadamente un 20% y además los sueldos lo hicieron en un 23%. Además, los salarios del sector privado también cayeron, en un 15% y el desempleo alcanzó niveles del 16%. Por lo visto, si Alberto Fernández busca copiar el “milagro portugués”, en realidad lo que encontrará es que tendrá que llevar a cabo un ajuste (necesario) en el gasto público. De más está decir que, de aplicar una solución similar en Argentina, habría que evaluar amortiguadores sociales para que la gente que deje de estar vinculada al Sector Público continúe cobrando un sueldo por un año (ampliable a dos años) hasta que logre incorporarse en el sector privado productivo. La idea del gradualismo es que incorpore amortiguadores sociales, pero transitorios.
Sin embargo, para que el sector privado pueda incorporar más trabajadores (el empleo en el sector privado no crece desde el 2011) se deberán bajar los impuestos, la litigiosidad laboral y recuperar la competitividad. Para que esto suceda, es necesario encarar también una reforma laboral para evitar que el desempleo se incremente como sucedió en Portugal. Claramente el mercado laboral no está funcionando desde el 2011 y Argentina se debe el debate de cómo mejorar el mercado laboral para que el sector privado pueda contratar a más trabajadores y que haya también menos gente en el sector informal.
Es sumamente importante que Argentina comience a debatirse cómo reducir el gasto público y dejar de buscar países con “casos milagrosos” porque no existen. Portugal es una prueba de ello. En la actualidad se encuentra creciendo hace varios años y con una economía mucho más sana, pero el resultado no tuvo nada de milagroso, sino mucho de sacrificio que terminó dando sus frutos con el tiempo.
Por Iván Cachanosky, economista jefe de la Fundación “Libertad y Progreso”.

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