Editorial
(Xinhua) — Argentina necesita llevar adelante una serie de reformas estructurales, entre ellas en materia laboral y tributaria, para volver a la senda del crecimiento económico, afirmó este miércoles la economista argentina.
Natalia Motyl, analista de la Fundación Libertad y Progreso (FLyP), dijo en entrevista con Xinhua que los distintos intentos de reforma en el país “han fracasado porque coexisten dos tipos de equilibrio, el político y el económico. Entre ellos existe un constante ‘trade off’ y ambos pujan por imponerse”.
“Por un lado, están los intereses políticos, que intentan durante cuatro años captar votos para la próxima elección y, por el otro, el interés económico que nos permitiría salir de las sucesivas crisis económicas. Obviamente, muchas de estas reformas tienen un costo político y por eso la clase dirigente intenta postergar para más adelante las reformas y sostenerse así lo más que puedan en el poder”, consideró la analista.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer este miércoles su informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial y un documento bajo el título “Reiniciando el crecimiento del mercado emergente y de bajos ingresos”, en el que analiza la situación de distintos países que han realizado reformas y ubica a la economía argentina entre las que más fallaron, junto con México, Nigeria y Filipinas, a la hora de implementar reformas estructurales que le permitan acercarse al nivel de vida de los países desarrollados.
Motyl dijo coincidir “totalmente con el diagnóstico del FMI. La Argentina para crecer obviamente necesita llevar adelante una serie de reformas estructurales, entre ellas la reforma laboral, para dotar de mayor flexibilidad al mercado de trabajo, y la reforma tributaria, mediante una menor presión tributaria, que actualmente supera el 30% del PIB y es regresiva”.
“No obstante, para poder llevar adelante este tipo de reformas es necesario, previamente, un ajuste fiscal sostenible en el largo plazo vía reducción del gasto público y no, como venía avalando hasta ahora el organismo, por medio de una suba de los impuestos que ahogue aún más al sector privado”, señaló la experta.
La economista remarcó que “el FMI hasta ahora no ha sido una figura fuerte a la hora de exigirle a nuestro país las reformas necesarias para crecer. Más bien avaló una política gradualista, que agudizó aún más la crisis económica. En estos momentos tenemos los mismos problemas que hace cuatro años, pero ahora estamos endeudados”.
Argentina suscribió el año pasado un acuerdo con el organismo multilateral para acceder a un préstamo por 56.300 millones de dólares, de los cuales recibió unos 44.100 millones. Un desembolso de 5.400 millones de dólares está pendiente debido a la incertidumbre política y financiera en el país tras el revés del gobierno de Mauricio Macri en las elecciones primarias realizadas el pasado 11 de agosto.
En su informe de este miércoles, el FMI dijo que Argentina llevó adelante una serie de reformas entre 1988 y 1997, pero el resultado no fue el esperado, de acercarse al nivel de vida de los países desarrollados, sino lo contrario, un alejamiento de 1,5% anual en el lapso 1998-2007.
Las reformas estructurales que defiende el FMI incluyen liberar áreas clave de la economía, como las finanzas, el comercio, los mercados de productos o la desregulación laboral.
Para Motyl, Argentina recuperará la senda del crecimiento económico si prosperan “una reforma laboral, una reforma tributaria que abarque la reforma de la coparticipación federal de impuestos, la apertura comercial, una reforma educativa y lograr una moneda sana. Cada una de ellas son necesarias e imprescindibles para poder salir de este estancamiento en el que nos encontramos por una década”.
“Obviamente, para poder llevarlas adelante será necesario una figura política fuerte que se anime a hacerlas. No creo que haya mucho más margen de maniobra para intentar algo distinto dada la situación delicada en la que nos encontramos”, advirtió.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundidos a mediados de septiembre, el nivel de desempleo en Argentina aumentó en el segundo trimestre del año a un 10,6%, afectando a unas 2,1 millones de personas.
Además, a la contracción de la economía de Argentina, estimada por el INDEC en un 2,5 por ciento al concluir el primer semestre del año, se suma una inflación acumulada de 30 por ciento en los primeros ocho meses del año, lo que ha dificultado a miles de hogares del país llegar a fin de mes.
La economista enfatizó que “no existen fórmulas mágicas y posponer las reformas, que son inevitables, empeora más la situación. Sin embargo, a veces, es mejor arriesgarse y enfrentar la situación lo más temprano posible. Caso contrario, podría ocurrir lo que le pasó al presidente Macri”.
Es decir, continuó, “los problemas iniciales se convirtieron luego en una reducción de la gobernabilidad y la tensión económica afectó al equilibrio político. Si hubiesen hecho las reformas hace cuatro años, cuando asumió el actual Gobierno, hoy la historia podría ser diferente, tanto para el oficialismo como para el resto de los argentinos”.