EL ECONOMISTA – Invitado a protagonizar el desayuno mensual exclusivo de socios de Libertad y Progreso en el Hotel Feris Park, con auspicio de la Fundación Naumann, el profesor de la Universidad de San Andrés y economista José María Fanelli destacó la importancia de la calidad institucional para que Argentina venza la depresión en la que se encuentra desde 2012.
“Como dice Douglas North, sin instituciones no se puede. Poneme instituciones que funcionen, bancos que funcionen y un Estado que funcione y vas a ver cómo crece la economía. Claramente sin instituciones no hay futuro, pero las instituciones tienen que ser para todos”, explicó el especialista e investigador del Conicet.
“Desde el punto de vista de la política, la coalición del dólar barato es casi invencible. Si ponemos el dólar alto aumenta la pobreza y la clase media se queja porque no puede comprar como antes. Si lo ponemos bajo, bajan los alimentos, pero tenemos una cuenta de capital insostenible. Claro que la primera ecuación favorece a los que exportan, que son 5 en relación a los que quieren comer barato. La economía política de esta ecuación es terrible”, dijo Fanelli.
“John Nash, el economista de la película Una Mente Brillante lo explicó a la perfección, este es un caso de equilibrio de Nash donde todos hacemos lo que más nos conviene individualmente pero llegamos a un resultado agregado malo para todos. Porque cualquier persona que tiene un resto ahorra en dólares y si es posible afuera, para proteger el futuro de sus hijos, pero ahorrando afuera a la vez afecta la creación de trabajo, que afecta a sus propios hijos. Entonces lo que es bueno para él y sus hijos es malo para el país en general. Pero tampoco podemos pedirle otra cosa con las condiciones actuales y nuestra historia”, destacó.
Y continuó: “Vivimos en una economía del temor. El pobre tiene miedo y protesta por la inflación. El que tiene resto para ahorrar, como yo, también tiene miedo y compra dólares. Como no hay dólar para todos el dólar sube y eso es una máquina de destruir pobres. Hay un mito de que son grandes empresas las que están comprando dólares. Pero si miran los números hubo este mes 1,6 millones de personas comprando dólares por montos de un poco más de 1.100 dólares. Es la gente que puede ahorrar un poco y puede protegerse”.
Para el especialista, que estudió parte de su carrera los casos de reformas aplicados en los países de la ex Cortina de Hierro en los 90, la clave para aplicar paquetes de reformas profundas es la paciencia en la aplicación y la secuencia en la que se aplican, siendo las reformas con efectos positivos más inmediatos prioritarias. “Fíjense lo que pasó en Chile. Un aumento del boleto logró la movilización que todo el comunismo chileno no logró hacer en décadas. El orden en que se hacen la reformas es importante. También la velocidad. Comparemos los casos de Rusia y China. Rusia quiso des-estatizar las empresas y lo hizo de una manera tal que las empresas terminaron en manos de 17 familias oligarcas. China en cambio fue liberando de a partes, casi ciudad por ciudad, y generó tales incentivos que logró finalmente liberar todo. Claro que le falta ahora ser una democracia. Pero como fue aplicando las reformas económicas es un caso interesante para estudiar”, destacó Fanelli.
Seguidamente, señaló que una dolarización puede no ser el escenario que solucione los problemas. “Hoy, un dólar para que compren los dos deciles más ricos, los que pueden ahorrar, se cotiza en 60 y pico y genera 35% de pobreza. Un dólar para toda la población podría estar a 100 y generar un 50 y pico de pobreza. No sé si queremos vivir en un país así”, dijo.
“Las 2 condiciones para salir de esta situación con un plan de estabilización son que este tenga viabilidad política y que haya apoyo financiero externo”, finalizó el experto.