Con una inflación difícil de domar, el Banco Central optó por controlar al dólar y a las tasas de interés. ¿Cuánto tiempo podrá sostener esta estrategia? Para responder esta pregunta, y otras vinculadas a las consecuencias de la negociación del pago de la deuda externa, BANK MAGAZINE entrevistó al economista Aldo Abram, Director Ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.
Por Mariano Jaimovich
-¿Cómo ve la situación del país?
-La situación del país es realmente compleja. La restructuración de la deuda no es el principal problema de la Argentina sino la consecuencia de la falta de avance en reformas estructurales necesarias. Si no se toma cartas en el asunto, el crecimiento del país estará plagado de recesiones, tal como venimos hasta ahora. Nunca pagaremos nuestras deudas y no generaremos credibilidad para refinanciarlas.
-¿De qué habla puntualmente?-Cuando hablo de reformas estructurales, básicamente, proponemos una baja del gasto público. En definitiva, el exceso de gasto público que no se puede pagar ni con una presión tributaria extraordinaria fue lo que nos condujo a sucesivos defaults y de crisis monetarias. Y esto es lo que evita que podamos crecer. Estamos en el puesto 21 de 190 países con mayor carga tributaria. Es imposible que las empresas que son las que impulsan el crecimiento productivo del país decidan invertir, producir y trabajar en este contexto.
-¿Qué ocurrirá si se llega a negociar con éxito la deuda?-La realidad es que, aunque el Gobierno Nacional logre una buena reestructuración de la deuda, lo que va a conseguir, si no se realizan las reformas estructurales necesarias para la reducción del gasto público, es un veranito. Una reactivación que va a ser más corta y más moderada que la del gobierno de Mauricio Macri, porque contaremos con menos crédito y fondos para volver a caer en una crisis más profunda que la actual.
-¿Cómo ve al sector bancario en este momento?
-El sector bancario tendrá que adaptarse a un gobierno y a un Banco Central que pretenden corregir con arbitrariedades, y de forma absolutamente ineficiente al sistema bancario, los errores que van a cometer en su gestión de política económica, al igual que en el sistema financiero. Todas esas regulaciones que llegaron como “parches” al resultado negativo de una política anterior, tendrán de forma coincidente resultados negativos. Seguramente estas vicisitudes resulten en medidas de poco calado y regulaciones arbitrarias que resultarán en menores ganancias de los bancos. Por otro lado, también es una realidad que, en este contexto económico, dar créditos no será el mejor negocio. Claramente el mejor negocio será el especulativo, el que se realice desde las mesas.
-En este marco, ¿qué puede llegar a ocurrir con el dólar y las tasas de interés?-La realidad es que las tasas de interés no tienen mucho más margen para bajar. Las expectativas son que la inflación no esté lejos del 40% anual, por lo tanto no deberíamos tener tasas de interés muy negativas en términos de inflación porque desincentivarían los plazos fijos y el ahorro en el sistema financiero. Por otro lado, seguir bajándola implica que el Banco Central continúe con un ritmo de emisión fenomenal, lo que hará que el peso se deprecie muchísimo, algo que se verá reflejado en los dólares paralelos ya que el oficial está fijado en forma artificial arbitrariamente bajo. Obviamente, las personas perderán mucho dinero en términos de dólares. Claramente esta estrategia impulsada por el Banco Central generará que sea mucho más conveniente tener dólares que un plazo fijo.-