VISIÓN LIBERAL – A raíz del Coronovirus, los mercados globales están en jaque. Las principales bolsas internacionales están sufriendo uno de sus peores momentos, con caídas de entre el 10% y el 20%.
Cuando el virus, que estaba en focalizado en China, comenzó a expandirse, las bolsas previendo un mayor riesgo de desaceleración económica global, empezaron a reaccionar negativamente. Recordemos que la bolsa es el valor presente de los beneficios futuros empresariales. Si estos se pueden ver afectados entonces la bolsa reflejará ésta probabilidad.
El Coronavirus desde el punto de vista económico es un shock de oferta negativo. Si las políticas de prevención, para que no se expanda el virus, o el mismo virus impiden que las personas lleven adelante normalmente sus actividades económicas, esto va a impactar negativamente sobre la producción, contrayéndola.
Una menor producción lleva a una caída de la actividad económica del país. No obstante, posee un efecto de contagio a más países que dependerá tanto del tamaño económico del país afectado como del grado de integración económica que tenga este con otros países.
Obviamente, si cae la actividad económica entonces las compras que haga ese país al resto del mundo se van a ver reducidas, dado el menor nivel de ingresos. Además, si ese país, como el caso chino, produce bienes intermedios que son utilizados para producir otros bienes en otros países, también terminará perjudicando la producción de esos países.
Este impacto negativo se profundiza en la medida en que las barreras de previsión y contención del virus no logren frenar ni amortiguar la expansión de éste.
Además, ahora, el mayor riesgo se encuentra en los cisnes negros. El Coronavirus, al frenar la producción de las empresas, va a generar que las mismas disminuyan sus ventas y, por ende, sus ingresos. Así, dado su nivel de endeudamiento, las firmas verán reducidas su capacidad de repago y se podría llegar a una ruptura generalizada de los contratos de deuda. De suceder esto, las pérdidas se trasladarían a los acreedores, afectando al sistema financiero.
El mayor peligro es que esto último termine disparando una crisis económica mundial, más profunda que la de la crisis de las subprime del 2008.
A nivel local, el Coronavirus también podría afectar profundamente a un país que se encuentra transitando uno de sus momentos más delicados en materia económica. En medio de una renegociación de la deuda, evidenciar la vulnerabilidad financiera de nuestro país no ayuda.
Asimismo, como se mencionó anteriormente, esta pandemia impacta negativamente sobre el sector externo y, uno de los puntos al que hizo mayor hincapié el oficialismo, es crecer vía suba de exportaciones.
Con la suba de las retenciones, el cepo, no dejar libre el dólar oficial y el Coronavirus, no se observa un aumento de las ventas al exterior.
Desafortunadamente, se vienen épocas de mucha incertidumbre tanto para la economía local como para la internacional. Todo dependerá de la capacidad de los países de frenar el avance del Coronavirus y, con respecto a la Argentina, a través de las reformas estructurales, construir una economía sólida que amortigüe este tipo de shocks a futuro.