En diálogo con La Mañana, el economista Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación “Libertad y Progreso”, afirmó que, en poco tiempo, la administración nacional tiene que buscar la manera de “poner en movimiento la economía” con aquellas personas que tienen menos chances de contagiarse, y aislar a los contagiados y a quienes presentan factores de riesgo, para así evitar que la cuarentena genere mayores efectos negativos en materia de salud y de calidad de vida. “Esto tiene que realizarse de a poco, estableciendo protocolos para cada sector que pueda volver a su actividad”, evaluó.
“En algunos países, se habilitó al sector privado a efectuar tests para detectar casos de coronavirus, incluyendo a algunos hipermercados. De esa forma, el control es mucho más amplio y se puede aislar a aquellas personas que están enfermas del resto de la ciudadanía, junto con los grupos de riesgo, y permitir al resto de las personas concurrir a trabajar. Hay personas que no tienen ingreso registrado y deben salir para llevar el pan a sus casas”, explicó Abram a este diario.
“A su vez, existe una fuerte tendencia de este Gobierno a lograr que todo parta del Estado, y establecer mayores regulaciones. Esto le hará daño a los argentinos y argentinas en el futuro”, agregó.
“Es entendible que cuando pasa un hecho así, que despierta el pánico en la población, se tomen medidas excesivamente restrictivas en un primer momento. Cuando se tenga un mayor control de la situación, y se instalen nuevos instrumentos para saber quién podría salir y quien no podría salir, según el riesgo que tiene, las restricciones deberían ir levantándose en el tiempo”, señaló el profesional.
“Si una familia se encuentra aislada en una isla desierta, vive de la caza y de la pesca y se enferma uno de los integrantes, el jefe de ese grupo familiar tendrá que decidir cuánto tiempo dedica a cuidar al enfermo y cuánto a buscar comida para el resto de la familia. También, hay que resolver cómo se va a organizar internamente esa familia. De lo contrario, por cuidar a un integrante de la familia, el resto se puede morir de hambre y eso no sería lógico”, ejemplificó.
“Los recursos que hoy gasta el Estado salen del sector privado”
“En un principio, tendemos a pensar que el Estado tiene recursos ilimitados y que va a evitar que todos seamos pobres, lo cual no es cierto. La realidad es que todos los argentinos vamos a ‘bajar algunos escalones’ en términos de nuestro nivel de bienestar e ingresos: algunos más, otros menos. Cuanto más duren las restricciones, menos ingresos y menos trabajo vamos a tener. Corremos el riesgo de mandar a mucha gente a la pobreza o a la indigencia”, advirtió Abram.
“Los recursos que el Estado gasta hoy de manera adecuada para contener la pandemia, salen de algún lado y no los genera el Gobierno, sino el sector privado productivo, que ya está pasando por una mala situación; y se lo ‘aprieta’ cada día más. Entiendo que es necesario, pero en ciertos casos estamos destruyendo capacidad futura de generar riqueza, ingresos y empleo para la gente”, aseveró.
“Hay que buscar un equilibrio muy justo. En un principio, esto resulta imposible cuando se toman medidas extremas. Pero no hay que generar daños futuros muy graves, porque eso también origina riesgo de vida”, apuntó.
“Comer es salud. Si una persona no come, no puede estar saludable. Si bien la crisis que vivía la Argentina antes de la cuarentena ya implicaba altos niveles de pobreza, por las restricciones habrá más pobreza e indigencia. Estamos generando riesgo de salud hacia adelante, aunque hoy no lo veamos, porque habrá personas que no estarán bien alimentadas”, remarcó.
“A través de los medios, hoy observamos la cantidad de gente que lamentablemente está muriendo por el coronavirus, y eso nos impacta directamente, y en ciertos casos eso genera reacciones que en algunos casos son exacerbadas. La ciudadanía puede reaccionar de esta forma, pero el Estado tiene que buscar el límite justo para todas las cosas”, subrayó Aldo Abram.