Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
El economista argentino y jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Ivan Cachanosky, planteó su visión al PanAm Post sobre cómo se está enfrentando la pandemia, la crisis inminente que se avecina, qué medidas urgentes deben ejecutarse para poder sobrellevarla de la mejor forma posible y la relación entre lo público y lo privado al igual que el sector económico y el sector salud: «Todos deben estar unidos».
«La crisis va a ser fuerte, probablemente más que la del 2009», comienza el economista para después profundizar en los indicadores que «asustan bastante». Uno de los que destacó fue el de Jobless claims de los EE.UU., que «pegaron un salto histórico que no se ve desde 1980, 1970 y no sé si hay que remontarse a la crisis de los 30’s. Es decir, lo que sucedió con los pedidos de empleo de los EE.UU. es fuerte, te corre un frío por la espalda», espetó el economista.
Cachanosky mencionó que Goldman Sachs ya está desarrollando un estudio para medir el impacto económico que tendrá el coronavirus en América Latina; aunque, aclara que este tipo de proyecciones no son absolutas y están sujetas a los cambios y a la evolución de la pandemia o a los acontecimientos. «A las proyecciones hay que tomarlas con pinzas». Goldman Sachs ya está pronosticando una caída del 3,8% en América Latina, este estudio incluye a México y excluye a Venezuela. Antes de la pandemia, el avance general era de 1,6%.
«Acá los que más van sufrir son Argentina y Ecuador, según Goldman Sachs», avisa Cachanosky. Argentina va a caer en un 5,4% en el 2020 cuando tenía proyectado la caída de un 1%; Ecuador va a caer en un 5,7%, cuando antes tenía proyectado solo una caída del 0,3%».
El resto de los países en la región como Brasil, Chile, Colombia o Perú; que tenían proyectados crecimientos, van a tener que olvidarse de eso porque todos van a caer según el estudio. «El golpe va a ser duro a nivel mundial y Latinoamérica no va a escapar de esto».
Señaló la preocupación por la pandemia y la diferencia con las epidemias: «Las epidemias afectan a pocos lugares en comparación con las pandemias que van extendiéndose. En la epidemia cae el nivel de actividad, pero se recupera rápido. En la pandemia no y la recuperación es mucho más lenta y no sabemos cuánto puede tardar y cuánto más puede seguir avanzando».
Sobre las medidas que se están aplicando en Sudamérica para frenar al coronavirus, en específico, el confinamiento (cuarentena), habló de la disyuntiva que hay entre la salud y la economía. «Las dos deben ir de la mano. Al final los gobernantes lo que van a decidir es el costo menor y eso está muy debatido, no está tan claro. Entonces, en países como Argentina, donde a la economía ya venía debilitada antes del coronavirus, cada decisión económica que se tome hay que analizarla mucho».
Además, criticó las decisiones económicas y señaló que no van en la dirección correcta, «hay control de precios máximos, quieren cerrar locales si suben los precios, terminan cerrando locales y entonces hay menos productos, están prohibiendo los despidos; todo esto va a trabar al mercado laboral muchísimo. Es decir, la crisis económica en Argentina puede ser particularmente fuerte».
Uno de los grandes problemas al que se enfrenta Argentina es la incapacidad de poder hacer testeos masivos, por lo cual, la salida fue el confinamiento absoluto porque no había forma de saber cuántos estaban contagiados. Distinto es el caso de Chile, que está apostando por una cuarentena parcial, con controles supervisados y una buena cantidad de testeos diarios si se compara con países de la región.
«Los expertos médicos dicen que será mayor el costo si no se realiza la cuarentena total y los economistas creen lo contrario, que el remedio será peor que la enfermedad. Yo creo que esto es imposible de saber. Ponerse de cualquiera de los dos lados sería pecar de fatal arrogancia», sostiene el economista desde la disyuntiva salud o economía. «Es importante privilegiar la salud, hay que apuntar a salvar vidas; pero los Gobiernos tienen que estar muy atentos en cómo generar paliativos económicos». En ese sentido, agregó que Argentina está mal parada, porque tuvo que entrar en cuarentena de golpe y no estaba preparada para entrar en aislamiento. «Es importantísimo que se pueda conseguir una salida de la cuarentena planificada y rápida si la situación empeora. Porque la economía es muy sensible a los conflictos sociales. Entonces todos los países tienen que ir viendo los dos temas, la salud y la economía, nadie sabe cuál de las cosas puede ser peor o mejor».
Para el economista, la flexibilización del confinamiento llegará mucho más rápido de lo que muchos piensan, la realidad de la economía de la Argentina se impondrá y tarde o temprano tendrán que flexibilizar. Lo que ya debería tener el listo el Gobierno de Argentina, es un plan para que esa flexibilización no necesariamente implique un aumento exponencial de los casos. «En Argentina hay un 40% o 45% de economía informal, ¿cómo le pides a estas personas que pasen un mes sin trabajar?».
Reducción del gasto público, un camino que debería ser común
En cuanto a la necesidad de reducir el “malgasto” público, que existe en la mayoría de los países latinoamericanos, Cachanosky señaló que este es un camino que todos los países deberían tomar porque es un bálsamo. Uruguay y Paraguay están esforzándose para lograr reducir este malgasto, aunque en el segundo hay muchas trabas burocráticas para cumplir con esa imperiosa necesidad. «Tiene que haber esfuerzos tanto del sector público como del sector privado, lo que pasa es que en Argentina se le está pidiendo todo el esfuerzo al sector privado y el sector público no se ajusta. Si bien hubo algunas provincias que decidieron bajarse sus salarios, no es una decisión que venga de la presidencia o el gobierno. Y el gasto público en Argentina es mucho más grande que el de los países vecinos, entonces tiene un nivel de malgasto muchísimo más grande».
Además, el dato es contundente: «Si tomas los salarios y el gasto burocrático de la administración central —dejándote afuera lo que es el sector educación, salud, seguridad, etc.— y los recortas en un 20%, ya estás financiando un tercio del paquete que anunció el Gobierno que va a financiar mediante emisión monetaria para enfrentar la crisis por el coronavirus». El gobierno estima que el Banco Central va a emitir 700 000 millones de pesos, que son unos USD 6 000 millones o un poco más. Si se hiciera ese recorte se financia un tercio.
Para culminar, Cachanosky sentenció con que Argentina, América Latina y el resto de los países con menos recursos deben priorizar la salud y la vida, pero no se debe descuidar la economía. A raíz de esto, el plan de acción debe enfocarse en cómo hacer para multiplicar los testeos. ¿Por qué esto? Para tener un mejor panorama de la situación y saber con mayor exactitud dónde estás parado. Pero los testeos debes financiarlos y unos países tienen más dinero que otros. «Para poder lograr esto, el sector público y el sector privado deben trabajar juntos, no que empiecen a enfrentarse como ocurre en Argentina». Para poder multiplicar los testeos, el gobierno va a necesitar ineludiblemente del sector privado, básicamente porque necesita la mayor cantidad de gente realizando testeos. Una vez se tenga un panorama más detallada, de cuántos casos hay, una proyección más precisa y las zonas más afectadas; se puede trazar un plan económico que implique la flexibilización del confinamiento para que el sector salud y económico trabajen de la mano. «Si no haces eso, te vas a cuarentena total como hizo Argentina porque estás a ciegas y te vas a llevar un tremendo golpe económico».
Conclusión
Latinoamérica, sin dudas, va a enfrentarse a una dura crisis económica. ¿Qué tan fuerte será? Tendrá mucho que ver con qué medidas toma cada país evaluando el costo-beneficio de la mismas. Resulta llamativo que se estén implementando confinamientos o cuarentenas totales, pero en la práctica son pocos los que la asumen. En Paraguay, pese a que se prohibió la circulación desde Asunción y el Departamento Central hacia el interior, aún hay un montón de tráfico de autos saliendo de la ciudad. En Argentina se puede apreciar cómo personas mayores, precisamente del grupo que está en riesgo por el coronavirus, se aglomeraba para retirar una ayuda del Estado argentino. La situación en el resto del continente también es similar; el confinamiento se respeta hasta cierto punto.
Entonces, ¿qué tan efectiva es la “cuarentena total”? El pico de la enfermedad se acerca a pasos agigantados, causa estragos en Ecuador y va a por el resto de los países de la región; ¿no será el momento de empezar a planear cómo disminuir el golpe económico antes de que sea demasiado tarde (si es que todavía hay tiempo)? O empezamos a entender que la salud, la vida y la economía deben ir juntas y no por caminos distintos o terminamos con cadáveres en las calles.