La teoría del valor subjetivo

CATO – Por Natalia Motyl y Juan Manuel Redolfi

Carl Menger nació en Viena, Austria, y llevó adelante la mayor parte de sus trabajos en el lugar de nacimiento de Ludwig Von Mises, Lviv, Ucrania. Menger es conocido por desarrollar la teoría del valor subjetivo

Dicha teoría entiende que los bienes son aquellas “cosas útiles” que tiene la propiedad de satisfacer necesidades y para ello deben cumplir cuatro condiciones:

  1. Debe satisfacer una necesidad humana.
  2. Que la cosa tenga tales cualidades que la capaciten para mantener una relación o conexión causal con la satisfacción de dicha necesidad.
  3. Conocimiento, por parte del hombre, de esta relación causal.
  4. Poder de disposición sobre la cosa, de tal modo que pueda ser utilizada de hecho para la satisfacción de la mencionada necesidad.

Para que determinados bienes tengan “utilidad” deben suceder dos instancias:

  1. Efectivamente estos bienes me deben brindar utilidad (en el sentido que satisfaga mis necesidades).
  2. Apropiación y significación del concepto de utilidad por parte del individuo (yo como individuo debo reconocer que ese bien es útil para mi).

Claramente esta concepción de “valor” es subjetiva, no está arraigada al bien en cuestión, sino que depende de la valoración que el individuo le otorgue a dicho bien.

Deteniéndonos en este punto debemos entender de qué manera le otorgamos importancia a la satisfacción de “x” necesidades, es decir, de las necesidades que poseo que pueden ser satisfechas por y cantidades de bienes (un par de autos, unos departamentos aquí y allá, libros del ayer y el mañana) a cuál de ellas las pongo al principio de la lista de “pendientes” y a cuál lista las coloco en “comprar en el súper”.

De una forma sencilla podríamos explicar esto afirmando que el valor de las cosas está dado por la oferta y la demanda. Existen así muchos ejemplos a los cuales podríamos recurrir, ya sean cuadros, obras de arte, esculturas o hasta metales preciosos. Cabe destacar que, durante muchos años, entre el 1500 y el 1600, los europeos intercambiaron con China oro por plata, porque en el país asiático, la plata era más cara que en Europa, algo impensado en el viejo continente. Si en China se intercambiaba por cada 5 gramos de plata uno de oro, en Europa tenías que dar 12 gramos de plata para conseguir uno de oro. Esto se daba simplemente por las preferencias de cada sociedad. Mientras que en Europa se valoraba menos la plata, en China su valor era mayor porque la sociedad demandaba más cantidad de este metal debido a que este era la base de su sistema monetario.

En nuestro querido país, la Argentina, parece que no tenemos muy en claro estos conceptos, o simplemente son ignorados por una gran mayoría al hablar de los formadores de precios o el aumento de los costos para explicar el precio de algún bien. Ni hablar de las exorbitantes regulaciones e intervenciones estatales en nuestra economía que año tras año nos han hundido cada vez más en una delicada situación que supongo que todos conocemos y es innecesario describir.

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