Ph.D. en Economía en la Universidad de Chicago. Rector de la Universidad del CEMA. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Consejero Académico de Libertad y Progreso.
ÁMBITO FINANCIERO – Para lograr dicho fin se requerirá testear a millones cada semana y aislar a aquellos que den positivo, tal como propusieron en EEUU. Para ello, se necesitan algunos incentivos.
El pasado 30 de abril, el periódico estadounidense USA Today publicó una interesante nota en la cual Paul Romer, Premio Nobel de Economía 2018, Steven Levitt, profesor de Economía de la Universidad de Chicago y autor del bestseller Freakonomics, y Jeff Severts, director del Centro de Innovación Radical para el Cambio Social de la Universidad de Chicago, proponen un creativo procedimiento basado en incentivos para lograr salir de la cuarentena con éxito.
Para lograr dicho fin se requerirá testear a millones de estadounidenses cada semana y aislar a aquellos que den positivo. Pero el contar con suficientes tests, si bien es una condición necesaria, no es una condición suficiente para el éxito del programa, pues también es imprescindible que la gente esté dispuesta a testearse y quedarse en sus casas, si son portadores asintomáticos del virus.
Aún si las pruebas son completamente gratuitas, es poco probable que una gran parte de la población, que no se sienta enferma, esté dispuesta voluntariamente a tomarlas, sabiendo que en el lugar donde se realice la prueba probablemente se cruzará con personas que tienen interés en testearse pues no se sienten bien.
Veamos los hechos. Cuando alguien es contagioso impone costos a otras personas por el riesgo de contagiarlas, costos que la mayoría de las personas no tienen plenamente en cuenta al tomar decisiones que podrían exponer a terceros. Levitt, Romer y Severts, proponen un procedimiento tan aplicable en EE.UU. como en la Argentina para enfrentar este hecho. En sus propias palabras: “generar incentivos para lograr que las decisiones individuales sean consistentes con lo que es mejor para la sociedad en su conjunto”.
Una manera de crear un fuerte incentivo para someterse a la prueba sería establecer una lotería con grandes premios semanales para aquellas personas elegidas al azar para ser testeadas, o elegidas utilizando algún algoritmo que evalué la probabilidad de estar infectadas. Esas personas tendrían hasta el final de la semana para hacerse la prueba y, de realizarla, obtendrían un billete de la lotería cuyos ganadores serían anunciados semanalmente.
Debido a que los beneficios de las pruebas generalizadas serían tan grandes, los premios podrían ser extremadamente significativos. Por ejemplo, señalan los autores, que en EE.UU. si se estableciera un premio de u$s200 millones por semana, el costo anual sería de u$s10 mil millones, aproximadamente el 0.5% del costo del paquete de ayuda recientemente aprobado por el Senado norteamericano.
A ello habría que agregar un pago semanal de u$s2.000 a todo adulto que resultase positivo, para persuadir a hacerse la prueba a quienes saben que no pueden quedarse en casa sin trabajar, si no tienen síntomas pero podrían dar positivos y, por ende, capaces de contagiar. Con lo cual, asumiendo que fuese necesario poner en cuarentena hasta a 20 millones de personas este año, el costo del programa rondaría los u$s80.000 millones; es decir, tan sólo el 4% del costo del paquete de ayuda aprobado.
Esta idea puede aplicarse perfectamente en nuestro país; por supuesto, ajustando los valores a nuestra realidad. De no realizarse testeos masivos es impensable pretender salir de la cuarentena con éxito. Pero constituye tan sólo una ilusión asumir que de contarse con suficientes elementos para realizar los testeos se logrará el objetivo. Para ello, será necesario generar los incentivos correctos para que las personas voluntariamente los lleven a cabo. No es un punto menor.
Las opiniones expresadas son personales y no necesariamente representan la opinión de la UCEMA.
(*)Rector de la Universidad del CEMA y Miembro de la Academia Nacional de Educación.