INFOBAE Por Luis Beldi con opiniones de Aldo Abram
Todos los caminos conducen al dólar. Cada Gobierno aspira a reescribir esa historia pero el final es el mismo. La actual conducción económica cree que puede quebrar ese destino y por eso cada medida que toma para bajar el precio de la divisa termina en fracaso.
“Todas las medidas para restringir la demanda de dólares y alentar las preferencias por el peso, terminan en contradicciones y solo obtienen efectos positivos circunstanciales“, señaló Aldo Abram, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
Entre esas contradicciones puso como ejemplo la medida de limitar las colocaciones de fondos en dólares en los bancos. Las entidades tuvieron que salir a malvender bonos en dólares y abarataron por unos pocos días las operaciones de contado con liquidación ¿El resultado? Los ahorristas dejaron de colocar sus dólares en el sistema financiero a través de esos fondos que abarataron la fuga de dólares y la cobertura en divisas. Lo opuesto a lo buscado. Esos fondos que estaban en dólares, no salieron disparados hacia los títulos en pesos como aspira el Estado.
“Ni Macri ni este Gobierno entendieron que deben atacar las causas que producen el alza del dólar y encarar las reformas que el sistema reclama. Le tienen miedo a la palabra ajuste y a pagar costos políticos que terminan pagando, aunque no hagan las reformas”, agregó Abram.
Y esto es lo que se ve en este momento donde el mercado, a pesar de las restricciones, corre a cubrirse en dólares. De hecho, el primer día de la semana el billete subió $3, a $120, en el mercado libre.
Los dólares alternativos tuvieron una leve baja circunstancial de menos de 2%. El dólar Bolsa cerró a $110,9 y el contado con liquidación a $112,56, con lo que el gobierno abarató el costo de que los argentinos coloquen sus dólares en el exterior.
Motivos no faltan para cubrirse en dólares. La tasa de interés es la mitad de la inflación, hay dudas sobre la negociación de la deuda, la fuerte emisión de dinero de los últimos meses, la caída del salario y del empleo que provoca la pandemia, son motivos suficientes para advertir que hay un futuro con sombras que va a llevar tiempo superar.
“Podremos ver una reactivación leve cuando se levante la cuarentena, porque la gente volverá a consumir. La bonanza puede ser leve y durará un par de trimestres, después nos espera la realidad de una economía que no hizo las reformas que necesitaba”, pronosticó Abram que está de acuerdo con que la inflación de abril será baja porque es imposible medirla, porque los negocios están cerrados y porque todo el gasto se orientó a alimentos.
Lo cierto es que el impacto demostró las bases poco sólidas de la economía, donde la Bolsa está atada al dólar porque las acciones se utilizan para hacer operaciones con los dólares alternativos.
Por eso el S&P Merval perdió 1,09% con negocios por $ 731 millones, un volumen habitual. Las grandes perdedoras fueron las empresas de energía cuyos papeles se utilizan para operaciones de contado con liquidación porque se pueden transformar fácilmente en dólares en el exterior. Por eso, Transportadora Gas del Sur perdió 4,51% y Central Puerto, 4,32%. YPF fue otro gran damnificado al ceder 3,21%.
En Wall Street, los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones- subieron por la mayor demanda para hacer operaciones de contado con liquidación. Por eso los bancos fueron los más beneficiados. BBVA (+11,07%), Galicia (+6,49%), Supervielle (+5,84%) y Macro (+5,71%) fueron lo mejor de la rueda. Este mercado hizo más operaciones que la bolsa local.
A todo esto, las reservas subieron apenas USD 6 millones a 43.575 millones.
Los bonos fueron víctima de la incertidumbre y el riesgo país subió 3,4% a 3.633 puntos. Los bonos que subieron fueron los títulos en pesos porque son los únicos que tienen seguridad de ser pagados. En cambio, los nominados en dólares tuvieron un mall día. El Bonar 20 perdió 1,07% y ahora tiene una paridad de 26%, mientras el Bonar 2024 cedió 1,21% y su paridad es de 23%, precios de default. Los bonos más largos con ley extranjera fueron los más castigados. El Discount dejó en el camino 3,75% de su valor y el Par, 3,85%.
De acá al viernes, todo girará alrededor de las negociaciones de la deuda. El gobierno argentino mostró que tiene voluntad de no ir al default. Con la voluntad no alcanza. Falta el deseo de los acreedores y para ellos el mundo se está complicando, una mala noticia que favorece a la negociación con la Argentina. Lo que no variará en el futuro, es la demanda de dólares en cualquiera de sus formas por parte de los ahorristas e inversores locales.