En educación, no ignoremos lo que Chile nos puede enseñar

Ph.D. en Economía en la Universidad de Chicago. Rector de la Universidad del CEMA. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Consejero Académico de Libertad y Progreso.

EL ECONOMISTA – Viendo las manifestaciones de estudiantes y la violencia en las calles de Santiago de Chile, sólo detenida por la irrupción del coronavirus, cómo es posible titular una nota con semejante apreciación. Puede parecer un absurdo, pero no lo es. Esta nota propone aprender una de las tantas lecciones que Chile es capaz de enseñarnos y que nos empeñamos en ignorar.

El presidente Alberto Fernández, en su discurso de apertura del Congreso, señaló que “la agenda de un nuevo Contrato 2020/2021 se basa en responder de modo colaborativo y cooperativo a las siguientes preguntas: 1. ¿Cómo promover las profesiones estratégicas y los trabajos del futuro?…”

Es claro que tiene razón, si partimos de la premisa que nuestro sistema universitario produce muchos graduados en áreas que el país no necesita tanto y pocos de lo que necesita mucho. La evidencia provista por la pandemia del coronavirus provee una nítida foto de ello. ¿Cómo imaginarnos qué hubiese pasado de haber explotado la pandemia en los inicios del Siglo XXI, cuando lo que hoy es para nosotros cosa de todos los días, era propio de una fantasía futurista? Pero, aceptando esta premisa, ¿cómo lograrlo sin establecer cupos al ingreso en las distintas carreras?

El Gobierno anterior intentó incentivar las carreras estratégicas a través de un tratamiento diferencial para las mismas de las Becas Progresar. Pero más allá de que sus montos eran ridículos, es evidente que cuando un graduado de la escuela secundaria elije su carrera toma en cuenta, además de su vocación y las becas existentes, las posibilidades de crecimiento profesional que esa carrera le ofrecerá.

La actual cartera educativa considera esencial proporcionar un mayor conocimiento de carreras estratégicas, de las cuales los jóvenes carecen al tomar sus decisiones a diferencia de las carreras tradicionales.

Está en lo correcto. Sin embargo, resulta obvio que las posibilidades de crecimiento profesional es una información de importancia que todo joven debería disponer al momento de realizar su elección y de la que hoy carece por completo.

Podemos ver una foto bien distinta en Chile. Con el fin de apoyar a los postulantes, el Ministerio de Educación chileno creó en 2011 el portal www.mifuturo.cl, con el objetivo de proporcionar a los jóvenes información de utilidad la hora de decidir su carrera.

El portal cuenta con cuatro buscadores, dos de los cuales proporcionan la información sobre el potencial futuro profesional:

Estadísticas por carrera. Información de ingresos y empleabilidad de 264 carreras genéricas. Muestra el ingreso promedio de las carreras desde el 1er al 5° año después de titularse, y el porcentaje de empleabilidad al primer y segundo año.

Buscador de empleabilidad e ingresos. Información de 1.740 combinaciones de carrera e institución, con datos como el ingreso promedio al 4° año de titulación y empleabilidad al 1er año. Ello permite comparar la diferencia de ingresos que hay para una misma carrera, dependiendo de la institución donde se estudie.

Si deseamos que nuestros jóvenes elijan carreras estratégicas deben contar, además de la información sobre la carrera y las becas, con tanta información como sea posible sobre sus posibilidades de desarrollo futuro.

Por ello, como corolario de esta breve nota, propongo la conveniencia de crear una página a imagen y semejanza de www.mifuturo.cl, por supuesto adaptada a nuestra realidad. ¿No sería ello una iniciativa en el camino correcto? ¿No es hora de abrir nuestras mentes y ver con otros ojos lo que sucede del otro lado de la Cordillera? Creo que sí.

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