(Reuters) – Las cuentas fiscales de Argentina se están debilitando durante la pandemia del coronavirus debido al mayor gasto público para ayudar a millones de afectados por la recesión y a la merma en la recaudación por la baja actividad económica.
El país sudamericano registró un déficit primario de 3.666 millones de dólares en mayo, el más alto en su historia, afectado por el aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno para disminuir la propagación del coronavirus. Pese a este intento, los casos positivos de COVID-19 siguen en aumento.
Con Argentina atrapada en una cesación de pagos y sin poder acceder a los mercados internacionales de crédito, el déficit podría alcanzar entre un 5,5% y 6,5% del producto interno bruto (PIB) en 2020, según analistas consultados por Reuters, desde las estimaciones del 2,2% y 2,5% de déficit alcanzado hasta mayo.
“La pandemia y la cuarentena impactaron fuertemente en las cuentas fiscales, que ya se encontraban en situación de fragilidad antes del brote de coronavirus”, afirmó Isaias Marini, economista de la consultora Econviews.
“El gasto primario se disparó en los últimos tres meses, mientras que los ingresos se desplomaron en línea con la caída de la actividad económica”, añadió.
El Gobierno de centroizquierda del presidente Alberto Fernández, que asumió en diciembre, ha lanzado medidas para asistir a trabajadores y familias de bajos ingresos, mientras que congeló las tarifas de servicios públicos para ayudar a la población durante el confinamiento obligatorio.
Este paquete de medidas hizo que el gasto primario casi se duplicara en el quinto mes del año, según su variación interanual, a 579.507 millones de pesos (unos 8.224 millones de dólares).
Por otra parte, los ingresos fiscales se estancaron a pesar de una inflación que ronda un 45%.
“El déficit fiscal aumentó y estamos en una situación mucho más delicada que en la situación pre-COVID-19”, dijo el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, durante un evento este mes.
La economía se ha contraído durante la pandemia. La actividad económica se desplomó en abril un fuerte 26,4%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica una contracción para la economía de casi un 10% para 2020, lo que llevaría a Argentina a su tercer año consecutivo en recesión.
CONSOLIDACIÓN FISCAL “EROSIONADA”
Bajo la administración de Mauricio Macri, Argentina había logrado lentamente mejorar su situación fiscal con políticas estrictas para controlar el gasto, parte de ello para cumplir con las metas acordadas con acreedores como el FMI.
Morgan Stanley dijo que con el alto gasto para combatir la pandemia “los esfuerzos de consolidación fiscal de los últimos años se están erosionando rápidamente”, lo que probablemente empeoraría con Argentina en default y en medio de un esfuerzo por reestructurar 65.000 millones de dólares de deuda.
“En medio de la falta de acceso al mercado, Argentina debería incurrir en una mayor monetización del déficit para financiar la creciente brecha fiscal, lo que a su vez ayudará a impulsar la inflación una vez que las condiciones de la demanda interna comiencen a normalizarse”, dijo el banco de inversión en un comunicado.
Para la consultora local ACM, que estima un déficit fiscal que podría superar el 6% del PIB en 2020, las perspectivas seguirían empeorando por la merma de los ingresos fiscales y los “mayores gastos para ayudar a empresas y trabajadores en la cuarentena para mitigar el avance del coronavirus”.
El presidente Fernández recientemente anunció la extensión y el endurecimiento de la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires y sus suburbios, luego de un aumento preocupante en los casos de COVID-19.
Según los analistas, si la nación sudamericana llegara a un acuerdo con sus acreedores de deuda y superara la pandemia, aún tendría una complicada situación económica que afrontar, incluido el incremento de precios -una vez que la economía se recupere- debido a la inyección de efectivo sobre la economía.
“Lo principal ahora es renegociar la deuda, de esa forma podría volver a endeudarse para financiar la política fiscal expansiva”, afirmó Natalia Motyl, economista de la consultora Libertad y Progreso, y añadió que podrían ser necesarias reformas impositivas y previsionales.
“Argentina durante esta crisis no tiene mucho margen de maniobra. Debe sí o sí, una vez pasada ésta crisis, tener un plan económico integral”, agregó.
(Tipo de cambio: 1 dólar = 70,46 pesos)