Porfolio Profesional Inversiones – En los últimos días se estuvo barajando la posibilidad de que MSCI bajara a la Argentina al grupo de “mercado de frontera”. Lo cierto es que ya desde principios del año pasado se estuvo analizando la situación de nuestro país y las advertencias de la agencia ya vienen desde hace un tiempo atrás.
En éstos momentos, nos encontramos en el grupo de “emergentes”. Este grupo se caracteriza por ser países más riesgosos que los países desarrollados, poseen alta volatilidad de ingresos y precios. Son mercados que se caracterizan por reaccionar violentamente a los shocks. El cambio de precio internacional de un bien, o de una tasa de interés externa, o de una moneda afectan de sobremanera a éstos países. Por lo que el riesgo de apostar en países así, es muy alto.
Obviamente, muchos inversores, no tan aversos al riesgo, apuestan a éste tipo de países porque, a diferencia de los países desarrollados, que necesitan de algún tiempo para obtener un beneficio, pueden obtener ganancias en el muy corto plazo. Éstos inversores arriesgan sus ahorros en una apuesta, muchas veces, a todo o nada por países que no les garantizan seguridad.
Las causas de que éstos países se encuentren en ésta situación, es que poseen instituciones demasiado débiles. No se garantiza ni la libertad, ni el derecho de propiedad privada de sus ciudadanos. El sistema previsional no protege los aportes de sus habitantes y el Estado ahoga con impuestos altos al sector privado. Se trata de economías con excedentes de regulaciones -lo que obstaculiza la proliferación del espíritu emprendedor de sus ciudadanos-, el sistema de coparticipación federal no fomenta que las provincias recauden lo que gastan y sus mercados laborales son rígidos (lo que impide la apertura de nuevos puestos de trabajo)
En otras palabras, son economías cerradas, por lo que sus ciudadanos sólo pueden acceder a productos y servicios caros y de baja calidad. A su vez, la calidad educativa es muy baja, por lo que las personas no se encuentran capacitadas para ser absorbidas por el mercado laboral y la tecnología del sistema productivo es obsoleta.
Además, éstos países se caracterizan por ser mono exportadores, cuyo único bien exportado depende de precios internacionales, muy volátiles, por lo que termina determinando el horizonte de crecimiento económico y los ciclos de stop and go.
Si los mercados emergentes son riesgosos, los de frontera sólo garantizan que se acerquen aquellos inversores que se arriesgan para obtener rentabilidades anuales muy altas, dada la extrema volatilidad de éstos países. Dado el contexto de incertidumbre actual, hay más aversos al riesgo, por lo tanto, eso implicaría que, en medio de una renegociación, la salida de capitales e inversores fuera histórica.
No obstante, es una cuestión de tiempo. Tenemos cada vez más regulaciones en la entrada de capitales, un mercado de capitales cada vez más chico y un sistema financiero cada vez más vulnerable, por lo que es de esperarse que, una vez que pase la pandemia, analicen el volver a colocar a la Argentina en el grupo de “mercado de frontera”.
Para salir de ésta situación nuestro país necesita un plan económico integral que contemple una serie de reformas estructurales orientadas a bajar la presión impositiva, las regulaciones, modernizar el aparato estatal y el mercado laboral, reformar el sistema previsional y abrirse al comercio exterior. Todo esto, dejando atrás los controles cambiarios, los tipos de cambio múltiples y todas las trabas que impiden el acceso que necesitamos para recuperarnos vía incremento de las inversiones privadas.