EL LIBERAL – El Lic. Jorge Colina, economista jefe del Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (Idesa) y Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso alertaron por la situación inflacionaria que se vivirá en los próximos meses la cual en el caso de Colina estimó que rondará el 50% a fin de año mientras que Abram pronosticó niveles de alza de precios en torno al 5% mensual hasta el cierre de 2020.
Por otro lado, ambos coincidieron que en el caso de la renegociación de la deuda con los acreedores, el Gobierno argentino cada vez pierde más terreno.
No obstante, agregaron que lograr un acuerdo no implica que habrá un crédito fluido para el Estado argentino. Diferenciaron el efecto que tendría un eventual acuerdo en el sector privado que beneficiaría a las empresas de ese sector pero, en el caso del sector estatal sin presentar ningún plan que garantice que no volverá a caer en default, será más complicado obtener el financiaiento que necesita.
”Los acreedores logran cada vez mejores condiciones”
El economista de Idesa se refirió a la instancia de negociación en que se encuentra el canje de deuda por más de U$S 65 mil millones que lleva adelante la Argentina con distintos fondos de inversión y destacó que “los acreedores están logrando cada vez mejores condiciones, por eso no cierran”.
El analista al ser consultado respecto de cuánto mejoró la situación de la Argentina en su negociación con los acreedores, señaló que “quienes están logrando mejores condiciones son los acreedores, por eso no cierran y le exigen al Gobierno tener que dar un paso más dando mejores condiciones”, indicó.
Agregó que “hasta aquí las mejores condiciones eran dar más plata, pero ahora ya lo que quieren los acreedores es aumentar el porcentaje de personas que se pliegan a aceptar un futuro canje, hoy están en alrededor del 66% ellos quieren que esté por arriba del 80% como era el canje en el 2005, entonces en ese sentido el alargamiento de la negociación implica que la Argentina va perdiendo condiciones”.
Deuda y contexto
Con respecto a si un acuerdo mejorará las condiciones de la economía, señaló que “el acuerdo no mejora las condiciones económicas porque no significa que la Argentina va a acceder a más financiamiento, lo único que significa es que la Argentina no va a caer en default”.
Esto significa que los acreedores le aceptan que la Argentina no pague por los próximos tres años intereses ni capital y a partir de los tres años empezar a pagar de a poco, esta aceptación no significa que ahora le van a volver a prestar, el hecho que la Argentina no vuelva a pagar significa que nadie le va a querer prestar”. A su vez, al ser consultado respecto de si es factible reducir la emisión monetaria que creció durante la pandemia para atender necesidades sociales, señaló que “va a ser difícil bajarla porque ya veníamos con un déficit fiscal muy alto pre pandemia y ahora con la destrucción de empresas significa que la recaudación no se va a recuperar enteramente. Se va a recuperar pero no al nivel que tenía antes con lo cual el déficit fiscal va a empeorar y va a ser necesario mantener la emisión y esto nos va a llevar a un problema de muy alta inflación”. Sobre el escenario inflacionario dijo que “depende de la cuarentena, a medida que la gente se vaya liberando, la inflación va a ir subiendo. A fin de año estaremos en el orden del 50%. El gran problema inflacionario se manifestará en 2021”.
“Hacia adelante lo que se verá es una inflación creciente”
El economista Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, se refirió a la negociación por el canje de deuda e indicó que “los que están consiguiendo mucho mejores condiciones que las propuestas por el Gobierno son los acreedores”.
Agregó que “la verdad es que la negociación de la deuda como la han planteado el Gobierno es bastante mala. Hay que tener en cuenta que este país va por la novena reestructuración de deuda así que evidentemente lo más probable, si no cambiamos de rumbo y empezamos a hacer las cosas bien, es que los papeles que les entreguemos en esta reestructuración los volvamos a reestructurar en el futuro. De hecho la mayoría de los papeles que estamos reestructurando ahora nos recibieron por deudas defaulteadas en 2001’.
Añadió que “hay que imaginar si alguien va a querer ser generoso en una quita o ser más flexible cuando este Gobierno no quiso decir qué era lo que iba a hacer a futuro como para darles una idea de si iba a cambiar de rumbo”.
A su vez, respecto de cuánto influiría el acuerdo por el canje en la economía, diferenció que “es el Estado el que no tiene crédito, pero no el sector privado productivo que tiene crédito y un poco más de lo esperable porque hay un mundo con mucha liquidez como para invertir en empresas, por ahí no le van a prestar al Estado pero sí al sector privado productivo y, si no se cierra un acuerdo aceptable, ese crédito se va a perder”.
En cambio, “si se logra una reestructuración aceptable, el crédito para el sector privado productivo va a aumentar algo, no será un boom de financiamiento, pero va a aumentar, es muy importante porque vamos a necesitar que el sector privado productivo tenga la mayor cantidad posible de crédito para que pueda recuperarse de esta cuarentena. De eso depende que mucha gente consiga trabajo y pueda salir de la pobreza en la que cayeron en la cuarentena porque habrá un altísimo desempleo”.