Natalia Motyl considera que Argentina no tiene mucho margen para aplicar política monetaria o fiscal expansiva por no haber hecho una serie de reformas antes de la crisis, situación que ha dejado al país en una situación de vulnerabilidad extrema.
A raíz de la crisis del Covid-19, la situación en la que se encuentran los países de la región es bastante alarmante y el impacto va a depender del margen de maniobra fiscal y monetario que cada uno de los gobiernos posea. Éste margen va a determinar las políticas que puedan llevar a cabo los gobiernos en materia económica para amortigüar la crisis. Obviamente, no es la primera crisis económica. En más de un siglo hubo alrededor de 14 recesiones mundiales. La última de ellas, fue la de la crisis financiera del 2008. En el mundo siempre hubo crisis económicas, el tema es cuán preparado puede llegar a estar un país para afrontarlas.
Lamentablemente, se han deteriorado los fundamentals económicos en toda la región latinoaméricana y la mayoría de estos países se encuentran actualmente en una posición mucho más vulnerable, y por tanto menos preparados, que en comparación a la crisis del 2008.
Uno de los países que peor se encuentran es la Argentina. En materia fiscal para evaluar el espacio fiscal que nuestro país posee para, por ejemplo como apunta el actual gobierno, aplicar una política fiscal expansiva durante el segundo semestre vía incremento de las inversiones públicas, podemos estudiar cuatro indicadores: el balance fiscal, la presión fiscal, la deuda externa y pago de intereses.
Si el déficit fiscal o la presión tributaria son muy elevados, el gobierno de un país posee menos espacio fiscal para poder llevar adelante una política fiscal expansiva que amortigüe el impacto de la crisis. Es decir, en países cuyas arcas fiscales se encuentran deterioradas hay menos recursos para aplicar paquetes de estímulos fiscales. En la Argentina, el déficit fiscal ha empeorado en los últimos años. En 2007 teníamos un superávit primario, que se había reducido en 0,3 puntos porcentuales respecto del 2006. Mientras que la presión tributaria en 2007 se incrementó en 1,7 puntos porcentuales respecto del año anterior. En 2019 el déficit fiscal se había reducido del 4,5% al 1,9%. Sin embargo, sigue en niveles altos, sin una baja del gasto público.
No obstante, una política fiscal expansiva también puede ser financiada en el corto plazo tomando deuda. Si observamos la deuda externa acumulada en porcentaje del Ingreso Nacional Bruto vemos que en nuestro país en 2007 se ha mantenido por arriba del 43%, en 2012 se incrementó al 26,2%, en 2015 al 30,3% y actualmente se encuentra por arriba del 56%. En intereses en porcentaje del PBI nuestro país llegó al 2% en 2007, mismo nivel que en el 2005, luego de la baja al 1,5% en 2004. El gasto destinado al pago de intereses de deuda externa en 2019 pasó del 3,7% al 4,3% del PBI. Por lo que hay un empeoramiento en ésta variable en ambos años.
Es decir, nos encontramos en una peor situación en comparación con las ultima crisis como para acceder a los mercados internacionales de crédito para financiar un potencial incremento del gasto público. Ésto suponiendo que se llegue a un acuerdo con los bonistas.
Si comparamos la posición fiscal de Argentina con respecto al país latinoaméricano que más espacio posee en materia fiscal que es Perú vemos que éste bajó la presión fiscal en los últimos cinco años del 14,7% del 2015 al 13% del 2019. Es más, el saldo de deuda pública externa bajó del 12,4% de 2015 al 9,8% en 2019. Es más, el déficit fiscal es sólo del 1,6% en relación a su PBI, logrando reducirlo desde el 3% de finales de 2017. Hoy Perú puede aplicar un plan de estímulo fiscal del 12% de su PBI porque tiene margen fiscal para hacerlo.
En materia monetaria, la situación se encuentra bastante encrudecida como para recurrir a una política monetaria expansiva vía expansión del crédito, inyección de liquidez o emisión monetaria en los próximos meses. Para ello podemos observar tres indicadores que nos permitirán entender que no tenemos mucho margen para recurrir a éstos instrumentos: posición de reservas internacionales, inflación y crédito interno al sector privado.
Si tomamos las reservas internacionales en porcentaje de la deuda externa, ésta se incrementó del 2006 al 2007 en 11 puntos porcentuales al 38%. Del 2015 al 2018 las reservas internacionales en porcentaje de la deuda externa aumentaron del 14,5% al 23,6%. Sin embargo, a pesar de éste magro aumento, aún se encuentran aún muy por debajo si comparamos con el resto de la región: en Perú éste ratio es del 90,5%, en Brasil del 67,2%, en Paraguay del 49,5% y en Colombia del 35,5%. Así que, el gobierno, en medio de una crisis como la actual, debería cuidar su nivel de reservas y eso implica, por un lado, generar seguridad en los mercados y, por el otro, no dilapidarlas en políticas cambiarias.
Por otra parte, si analizamos la inflación ésta tuvo una aceleración en los últimos años: pasó del 12,3% en 2005 al 25,7% en 2007; luego se aceleró al 38% en 2014, para finalmente subir del 47,6% de 2018 al 53,8% de 2019. Ésto le da muy poco margen de maniobra para aplicar una política monetaria expansiva e inyectar liquidez al mercado en medio de la crisis ya que eso corroería el valor de la moneda local.
Con respecto al crédito interno al sector privado, éste en porcentaje del PBI se ha deteriorado en la última década en nuestro país. Se redujo del 24,9% de principios de 2000 al 15,3% en 2002 y al 13,1% en 2007. Luego, se incrementó del 13,7% al 16% en 2017; sin embargo, a causa de la crisis de confianza que se inició en 2018 se contrajo a un 11% en 2018 hasta el 9% en 2019. Vemos cada vez más una tendencia a la desbancarización que hoy provoca que el crédito interno esté tan magro en medio de una crisis que necesita de liquidez.
Si comparamos la posición monetaria de Argentina con la de Ecuador vemos que la diferencia entre los dos países es abismal. En términos de crédito interno en porcentaje del PBI vemos que Ecuador ha incrementado éste ratio desde el 18,1% de 2002, luego al 21,8% de 2006, al 22,9% de 2007 y, finalmente, al 42,8% de 2019. Mientras que en la Argentina, éste ratio no supera el 16%. En términos de inflación, Ecuador acumula una inflación en los últimos 10 años del 26,3%, en tanto en que la Argentina es del 1620,3% en los mismos 10 años. Tiene mucho menos margen en materia monetaria nuestro país que Ecuador.
Pues bien, como vemos la Argentina no tiene mucho margen para aplicar una política monetaria o fiscal expansiva. Más allá de que la evolución de los países de la región ha sido negativa, lo cierto es que nuestro país es uno de los países que peor se encuentran preparados ante la crisis. Ésto es por no haber hecho las reformas años anteriores a la crisis, dejandolo ahora frente a ésta crisis en una situación de vulnerabilidad extrema.